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Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, Elpor Watchman Nee

ISBN: 978-1-57593-377-1
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ISAAC ES EL HIJO

Ya vimos el significado del Dios de Abraham. Abraham mismo era un padre. Por un lado, Dios condujo a Abraham a conocerlo a El como Padre, y por otro, lo hizo un padre. El nombre original de Abraham era Abram, que significa “padre”, y más adelante fue llamado Abraham, que también significa “padre”, pero uno superior: un padre de muchas naciones. Abraham conoció a Dios como Padre, y el resultado de ello fue que él mismo llegó a ser padre. El era un padre en todo el sentido de la palabra. En cuanto a la obra de restauración que Dios efectúa, Abraham fue el iniciador, y como tal fue padre. En cuanto a la elección de Dios, él fue el primero en ser escogido como miembro del pueblo de Dios y, por ende, también fue padre. En cuanto a sus acciones, fue el primero en cruzar el río; así que también fue el padre. Durante los dos mil años de historia posteriores a Adán, ¿quién fue un hebreo? ¿A quién llamó Dios a salir de su tierra, de su parentela y de la casa de su padre para ir a Canaán? ¿Habíamos oído de alguno que se comunicara con Dios y que tuviera una relación tan estrecha con El que se le llamara amigo de Dios? ¿Oímos antes de alguno que engendrara hijo después de pasar la edad de engendrar? ¿Oímos de alguno que tuviera un hijo a la edad de cien años, y que más tarde lo ofreciera como sacrificio? La Biblia nos muestra que en muchas cosas Abraham fue el primero; así que, sin duda, Abraham es un padre.

Ya que vimos que Abraham es el padre, debemos pasar a Isaac el hijo. Ninguna historia describe tan claramente al Señor Jesús el Hijo como la historia de Isaac. El nacimiento de Isaac no fue según la carne, sino según la promesa de Dios. Los primeros dos capítulos de Mateo, en el Nuevo Testamento, corresponden a Génesis en el Antiguo Testamento. Sólo hubo una persona en el Nuevo Testamento que no nació según la carne, y sólo una en el Antiguo Testamento. El Señor Jesús no solamente no nació de la carne, sino que era el Hijo unigénito, el amado de Su Padre. El fue puesto en el altar y vuelto a recibir del altar como de entre los muertos (He. 11:19). El es el Hijo a quien Dios ama, el cual murió y resucitó. Su Padre también envió un siervo a Su propia tierra y parentela para que le buscara una esposa. Los estudiosos de la Biblia saben que esto es una alusión al Espíritu Santo, quien busca la iglesia [como esposa] para Cristo. La iglesia está dentro de la voluntad de Dios; es engendrada por Dios y pertenece a la misma familia del Señor Jesús. Isaac y Rebeca eran de la misma familia. Los hijos de Dios, la iglesia, son engendrados por Dios de la misma manera que el Señor Jesús fue engendrado por El.

En una ocasión Abraham salió de Canaán para ir a Egipto, y Jacob pasó toda su vejez en Egipto. Pero Isaac nació en Canaán y murió en Canaán; él nunca salió de Canaán. Este es el Hijo, que nace, crece y muere en Canaán. El Hijo es Aquel que “descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo” (Jn. 3:13). El es “el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre” (1:18). Cuando estuvo en la tierra, El expresó al Padre; no obstante, El nunca dejó el seno del Padre. Por consiguiente, en la tipología, Isaac es la mejor figura del Hijo.

Según la tipología, Isaac ciertamente tipifica al Hijo. Pero, ¿qué experiencias tuvo Isaac? Podemos decir que todas las experiencias de Isaac fueron muy comunes. A diferencia de Abraham, quien hizo tantas cosas que nunca antes se habían hecho, Isaac hizo lo que otros ya habían logrado. Abraham verdaderamente era el padre, e Isaac, el hijo. En Génesis 21 vemos que el día que Isaac fue destetado, Ismael se burlaba, pero no vemos ninguna referencia a lo que Isaac hizo cuando era joven. Cuando Abraham puso la leña del holocausto sobre él y luego lo puso en el altar sobre la leña, Isaac no dijo ni una palabra. El fue a donde su padre le decía, y lo hizo sin proferir palabra. En un momento tan critico, lo único que dijo fue: “¿Dónde está el cordero para el holocausto?” (22:7). Su madre murió en Génesis veintitrés y en Génesis veinticuatro su padre le encontró esposa. El no tomó ninguna decisión, ni hizo nada para sí mismo, ni tenía nada de sí mismo. Cuando tenía sesenta años de edad, tuvo dos hijos, lo cual no era extraño, pues Abraham también tuvo dos hijos. Dios le mandó a Abraham que echara al primer hijo y que pusiera al segundo en el altar, pero a Isaac no le pidió esto. Aunque Dios amó a Jacob y aborreció a Esaú (Mal. 1:2-3), no le pidió nada a Isaac. Abraham experimentó hambre en Canaán, y también Isaac la experimentó (Gn. 12:10; 26:1). Cuando vino el hambre, Abraham descendió a Egipto. Mientras estuvo ahí le dijo a otros que su mujer era su hermana. En esto fue reprendido por Faraón (12:18-19). Aunque Isaac no descendió a Egipto cuando hubo hambre, sí descendió a Gerar, y allí también dijo que su mujer era su hermana. En esto fue reprendido por Abimelec (26:9-19). Más tarde, Isaac abrió algunos pozos de agua, pero estos pozos habían sido abiertos por su padre cuando éste vivía. A la muerte de su padre, los filisteos cegaron los pozos, pero Isaac los volvió a abrir, y los llamó por el nombre que su padre los había llamado (v. 18). Después de morir Isaac, fue sepultado en la tumba de su padre. Hasta su tumba fue preparada por su padre (49:30-31). Esta es la historia de Isaac.

Con base en estas experiencias, debemos aprender la lección de conocer a Dios como el Hijo. No sólo necesitamos conocer a Dios como el Padre, sino también a Cristo como el Hijo. ¿Qué significa que Dios sea el Hijo? Significa que El lo recibe todo y no inicia nada. En Abraham vemos el propósito de Dios, y en Isaac, Su poder. En Abraham vemos la norma que Dios requiere de Su pueblo, y en Isaac, la vida que capacita al pueblo de Dios para alcanzar esa norma. Muchos cristianos tienen un problema básico: sólo ven el propósito de Dios, mas no la provisión que Dios da. Ven la norma de Dios pero no la vida de Dios; ven las exigencias de Dios, pero no el poder que satisface dichas exigencias. Esta es la razón por la cual debemos examinar tanto a Isaac como a Abraham.


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