CAPÍTULO QUINCE

TOMAR A CRISTO COMO NUESTRA PERSONA

Lectura bíblica: Fil. 2:5; 2 Co. 2:10b; 10:1; 11:10; Ro. 8:4; Gá. 5:25; 2 Co. 3:18

FUIMOS PUESTOS EN UNA POSICIÓN DE BEBER

Por medio del bautismo en el Espíritu Santo, todos fuimos puestos en Cristo. De este modo, fuimos puestos en el lugar más propicio para Su obra. Su intención no es simplemente ponernos en Sí mismo, sino ponernos en Sí mismo para llevar a cabo Su obra dentro de nosotros. Después de ponernos en Sí mismo, Él empezó Su obra en nuestro interior. Esto es semejante a una escuela. Primeramente, somos matriculados, y después entramos en la escuela. La admisión a la escuela consiste en ponernos en el lugar correcto para que la escuela trabaje con nosotros.

En 1 Corintios 12:13 se nos dice que en un solo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo Cuerpo. Esto equivale a ser puestos en Cristo. Además, a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Esto significa que todos fuimos puestos en una posición de beber. Ser puestos en Cristo es una cosa, y otra que se nos dé a beber de Cristo. El principal propósito no es simplemente ser puestos en Cristo, sino permitir que Cristo se forje cada vez más en nuestro ser. Lo que comemos y bebemos es asimilado en nuestro ser y llega a ser algo orgánico que es parte de nuestra constitución intrínseca. Con el tiempo, lo que bebemos llega a ser lo que nosotros somos. Así que ser puestos en Cristo es ser puestos en una posición donde Cristo puede forjarse en nosotros día a día. Estar matriculado en la escuela dura al menos un semestre, pero permitir que la escuela trabaje en usted es un asunto diario. Ser puestos en Cristo es algo que ocurre una vez para siempre, y esto fue efectuado por medio del bautismo. Ahora hemos sido puestos en una posición en la cual Cristo puede forjarse en nuestro ser.

Cristo está forjándose en nuestro ser, y lo está haciendo al morar en nosotros. En un sentido Él está en nosotros, y en otro sentido está entrando más en nosotros. Él está añadiéndose a nosotros cada vez más. Hoy quizás tengamos un poco de Cristo, pero al cabo de dos meses probablemente tengamos más de Él. Día tras día Él está añadiéndose a nosotros y multiplicándose en nuestro interior. Es por eso que sentimos paz e intranquilidad al mismo tiempo. Experimentamos una verdadera paz gracias al Cristo que mora en nosotros, ¡pero al mismo tiempo no tenemos paz porque Él nos incomoda continuamente! Si nada nos molestara ni nos perturbara, no experimentaríamos ningún crecimiento. ¡Alabado sea el Señor porque todos fuimos bautizados en Cristo y nos hemos revestido de Cristo! Ahora estamos en Cristo. Ésta es nuestra posición y la base sobre la cual nos mantenemos. Cristo es ahora Aquel que mora en nuestro interior y continuamente se forja en nosotros.

CRISTO, LA PERSONA

En el capítulo anterior vimos que agradó a Dios revelar a Su Hijo en nosotros (Gá. 1:15-16). ¡Dios ha revelado a Su Hijo en nosotros! Esto es algo formidable. Después de esto, vimos en Gálatas 2:20 que fuimos crucificados juntamente con Cristo, pero que de todos modos vivimos, mas no nosotros, sino Cristo quien vive en nosotros. Esto realmente es un lenguaje extraño. Nosotros vivimos, pero no vivimos nosotros, sino Cristo. ¡Cuán maravilloso! Él es Aquel que vive en nosotros. Muchos cristianos conocen este versículo, pero me temo que no ven que este versículo nos muestra que Cristo es nuestra persona. No dice que ya no vivo yo, mas la vida de Cristo es la que vive en mí; más bien, dice que Cristo, su propia persona, es quien vive en mí. Muchos cristianos toman la vida de Cristo, pero no toman la persona de Cristo. Hay una gran diferencia. La vida por sí misma no nos causa tantas molestias, pero una persona siempre nos da problemas.

El matrimonio es un buen ejemplo de tomar a otra persona. La vida matrimonial es maravillosa; sin embargo, usted no solamente llega a tener una ayuda idónea, sino a una persona. Su esposo es su persona; él no es simplemente una máquina que cuida de usted. Si él fuera una máquina, no la molestaría. Pero en vez de ello es una persona; así que, cuando él cuida de usted, lo hace a su manera. Y su manera de hacer las cosas no es igual a la suya. Una máquina no tiene una voluntad propia. Usted puede provocarla, y nunca se enojará porque no tiene temperamento. Pero su esposo es una persona con sentimientos, emociones y un temperamento. La única manera que usted no tenga problemas con su esposo es que lo tome a él como su persona. Si hace esto, no tendrá problemas. El matrimonio es una gran responsabilidad porque usted llega a tener una persona que le causa muchos problemas. No hay duda de que recibimos ayuda de nuestras esposas y esposos, pero al mismo tiempo para recibir esa ayuda experimentamos mucho sufrimiento. La única manera de proceder es que usted tome a su esposa o esposo como su persona. Entonces todo lo que ellos hagan estará bien. Es por ello que en las bodas, tanto del Occidente como del Oriente, la esposa se cubre la cabeza con un velo. La mayoría de la gente tal vez piense que eso es una formalidad, pero el significado es muy profundo. Significa que en la relación matrimonial sólo puede haber una sola persona; la otra ha desaparecido. Sólo puede haber una cabeza; de lo contrario, habrá un divorcio. La razón principal de todos los divorcios es el hecho de que una pareja tiene dos cabezas, dos voluntades, dos mentes, dos partes emotivas y dos personas. ¡No es de extrañar que se peleen! Una pareja debe tener una sola persona. Entonces habrá paz en el matrimonio. Si los jóvenes no están listos para tomar a otra persona como su persona, entonces es mejor que se olviden de casarse, de otro modo sufrirán.