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EL HIJO ES EL PADRE Y EL ESPIRITU

Juan 14:26 dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho”. En este versículo es difícil determinar a cuál modifica la frase “en mi nombre”. ¿Envía al Espíritu el Padre en el nombre del Hijo, o envía el Padre al Espíritu en el nombre del Hijo? ¿Está el Enviador en el nombre del Hijo o está el Enviado en el nombre del Hijo? Esto no solamente es ambiguo en el español, sino también en el texto griego. “En el nombre del Hijo” significa “como el Hijo”. ¿Envió al Espíritu Santo el Padre como el Hijo, o envió el Padre al Espíritu Santo como el Hijo? ¿Cuál denotación debemos aceptar? Si el Padre en el nombre del Hijo envió al Espíritu, esto significa que el Padre en viador y el Hijo son uno. Si el Padre envió al Espíritu en el nombre del Hijo, entonces esto significa que el Espíritu y el Hijo son uno.

Que el Padre enviara al Espíritu en el nombre del Hijo debe de ser la primera denotación. Esto significa que el Espíritu y el Hijo son uno. Debido a que el Espíritu y el Hijo son uno, el Espíritu puede ser enviado como el Hijo por el Padre. Esta interpretación indica fuertemente que el Espíritu es el Hijo. Que el Padre enviara al Espíritu en el nombre del Hijo significa que el Padre envió al Espíritu como el Hijo. Este versículo podría significar también que cuando el Padre estaba enviando al Espíritu Santo, lo estaba haciendo como el Hijo. En otras palabras, el Padre, en el nombre del Hijo, envió al Espíritu. Esto indica que el Hijo y el Padre son uno, y ésta es la segunda denotación. Esta oración está llena de ambigüedad. A pesar de esta ambigüedad, las dos interpretaciones son correctas. Este versículo primeramente denota que el Padre envió al Espíritu como el Hijo. En segundo lugar, denota que el Padre como el Hijo envió al Espíritu.

Que el Padre enviara al Espíritu como el Hijo indica que el Hijo es el Espíritu. Que el Padre como el Hijo enviara al Espíritu indica que el Hijo es el Padre. Por lo tanto, la ambigüedad de este versículo denota que el Hijo es tanto el Padre como el Espíritu. Por lo menos dos versículos en la Biblia confirman esta interpretación. Isaías 9:6 dice: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Este versículo nos muestra que el Hijo dado a nosotros es llamado el Padre eterno. Isaías 9:6 nos muestra que el Hijo es el Padre. También, 2 Corintios 3:17 dice: “Porque el Señor es el Espíritu”. Este versículo denota que el Hijo es el Espíritu. La ambigüedad de Juan 14:26 nos muestra que el Hijo es el Padre como el Enviador y el Espíritu como el Enviado. ¡Aleluya! El Hijo es el Enviador así como el Enviado (Zac. 2:8-11), el Padre así como el Espíritu.

Juan 14:26 nos muestra que el Hijo es el Enviador, el Padre, y también el Enviado, el Espíritu. Cuando el Señor Jesús habló esta palabra la expresó de tal manera que indicó que El era el Enviador, el Padre, y que El era también el Enviado, el Espíritu. El Hijo es todo-inclusivo. Es el Hijo como el Padre y como el Espíritu. Es el Padre como el Hijo, y es el Espíritu como el Hijo. El que pide es el Hijo, el que envía es el Hijo y el que es enviado también es el Hijo. El que pide, el que envía y el que es enviado, todos son uno. ¡Esto es maravilloso! Este es el Hijo como el Padre y como el Espíritu. Todos nosotros necesitamos examinar otra vez estas dos porciones de la Palabra: Juan 14:16-20 y el versículo 26. Necesitamos comer estos versículos (Jer. 15:16) y hacer de ellos nuestra comida espiritual (1 Co. 10:3).