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Espíritu y el cuerpo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4516-3
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 21 Sección 1 de 3

CAPÍTULO CINCO

LA UNCIÓN, EL SELLAR,
LAS ARRAS Y LAS PRIMICIAS

En este mensaje veremos algunos símbolos del Espíritu. En 2 Corintios 1:21 y 22 dice: “El que nos adhiere firmemente con vosotros a Cristo, y el que nos ungió, es Dios, el cual también nos ha sellado, y nos ha dado en arras el Espíritu en nuestros corazones”. En estos versículos vemos al Espíritu como la unción, como el sello y como las arras o el anticipo. Romanos 8:23 nos habla acerca de las primicias del Espíritu. Si hemos de conocer las riquezas del Espíritu todo-inclusivo, debemos saber interpretar estos símbolos. Tenemos que alegorizar las figuras usadas en el Nuevo Testamento a fin de presentar un cuadro de este rico Espíritu.

LA UNCIÓN

En 2 Corintios 1:21 dice: “El que nos adhiere firmemente con vosotros a Cristo, y el que nos ungió, es Dios”. El complemento nos se refiere a los apóstoles, y el pronombre vosotros denota a los creyentes. Dios adhirió a los apóstoles y a los creyentes al Ungido, quien es Cristo. Toda la unción fue derramada sobre este único Ungido, y a partir de Él la unción desciende sobre todos sus miembros. Si no estamos adheridos a este Ungido, no disfrutaremos en absoluto la unción. Pero el ungüento ha sido derramado sobre el Ungido, y puesto que hemos sido adheridos a Él, el ungüento también desciende hasta nosotros.

Es difícil explicar cualquier cosa relacionada con la vida. La vida es misteriosa y difícil de entender, pero a la vez es muy fácil de experimentar. Todos poseemos una vida física muy maravillosa. Sin esta vida física, yo no podría estar aquí de pie frente ustedes, hablándoles de una manera tan viviente. No obstante, ¿quién entiende nuestra vida física? Ni siquiera los médicos la entienden. Sin embargo, aunque no la entendemos, cada día la experimentados. Incluso los bebés que no tienen ningún conocimiento la experimentan desde el momento en que nacen.

Cristo fue ungido por Dios (He. 1:9). Por consiguiente, Él es el Ungido. Debido a que creemos en Él y participamos de Él, participamos de Su unción, compartiendo el mismo ungüento. Por consiguiente, estamos firmemente adheridos a Él, el Ungido, disfrutando de Su unción. Cuando ustedes invocan: “Oh, Señor Jesús”, ¿no perciben la unción en su interior? Esto demuestra que han sido adheridos firmemente al Ungido. Hay algo dentro de ustedes que los unge continuamente, que está fluyendo e incluso desbordándose y saturando su ser interior. Éste es el mover del ungüento que está sobre la Cabeza y desciende hasta usted, uno de Sus miembros. Desciende para refrescarlo, para saturarlo. Por consiguiente, usted ya no puede ser un miembro que está seco, sino un miembro que continuamente recibe la unción.

Esta unción añade a nuestro ser la esencia de Dios, el elemento divino. Esto es similar al proceso que seguimos al pintar una mesa. Mientras usted pinta una mesa, el elemento de la pintura se añade a la mesa. Asimismo, a medida que el ungüento corre por todo nuestro ser, nos imparte el elemento divino. En el recobro del Señor tenemos la certeza de que cada día algo corre por nuestro ser, realizando una obra interna que nos “pinta”. Cuanto más se mueve el ungüento, más nos pinta con el elemento divino. ¡Aleluya, el elemento divino está siendo añadido a nosotros que estamos en el recobro del Señor! Esto no tiene que ver con enseñanzas. Algo está desbordándose sobre nosotros y corriendo por todo nuestro ser, y el elemento divino está acumulándose en nosotros. Cuanto más disfrutamos del fluir de la vida interna y cuanto más disfrutamos al Señor juntos en las reuniones, más recibimos de Dios. Aunque aún sintamos que somos débiles, con todo, tenemos a Dios dentro de nosotros, pues la unción añade continuamente el elemento divino a nuestro ser.

Esto es una señal contundente de que el recobro del Señor es diferente de la religión. Es probable que usted haya estado en la religión por años sin haber recibido nada del elemento divino. Sin embargo, simplemente después de estar en el recobro del Señor por unos cuantos meses, usted podrá testificar que Dios ha sido pintado en usted. No se trata simplemente de adquirir conocimiento de Dios, sino de que el elemento de Dios se añada a su ser por medio de la unción. ¡Oh, el Espíritu todo-inclusivo, el ungüento compuesto, nos está ungiendo todo el día! Tenemos una pintura divina, el ungüento compuesto, el Cristo todo-inclusivo, el Espíritu todo-inclusivo, quien nos pinta día y noche. Todos tenemos cierta medida del elemento divino que se ha añadido a nuestro ser.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

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