Información del libro

Ejercicio del reino a fin de edificar la iglesia, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3898-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 8 Sección 4 de 4

AMAR EL MUNDO

Después de hablarnos de la necesidad de negar el yo, de tomar la cruz y de perder la vida del alma, el Señor se refirió al mundo cuando dijo: “Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma?” (Mt. 16:26). Los hombres aman al mundo simplemente porque les proporciona deleite para su alma. Por eso les encantan la ropa fina, los carros lujosos y las diversiones mundanas. Pero por causa del Señor, del evangelio y de Su testimonio, debemos estar dispuestos a perder el disfrute del alma en esta era. ¿Está usted dispuesto a perder el disfrute de su alma por causa del Señor? La razón por la cual las personas aman el mundo es que quieren conservar el disfrute de su alma. En todo el mundo impera el disfrute del alma. La razón por la cual las personas estudian para obtener un diploma es poder vivir mejor, y vivir mejor implica poder disfrutar más. Otros trabajan duro para obtener un ascenso en sus trabajos, a fin de ganar más dinero para el disfrute del alma. Cuando el Señor Jesús vino, Él perdió Su alma, es decir, Él renunció a todo lo que le proporcionaba disfrute a Su alma. Él perdió el disfrute de Su alma en esta era a fin ganar Su alma en la era venidera. Como hemos visto, en la era venidera, el Señor Jesús disfrutará toda la tierra. En aquel tiempo, Él nos invitará a nosotros, Sus compañeros, a compartir este disfrute. Por tanto, debemos esperar pacientemente el disfrute venidero. Si usted permite que su alma disfrute hoy, se perderá el disfrute venidero. Es posible que algunos, al oír esto, digan: “Mi economía es práctica. A mí lo que me preocupa es el presente, no el futuro”. La decisión es suya. Si usted prefiere disfrutar hoy, tiene la libertad de hacerlo. No obstante, si salva su alma en esta era, tenga por seguro que la perderá cuando el Señor regrese. Él le dirá que por haber permitido que su alma disfrute tanto, ahora es el momento de perderla. ¿Qué decidirá usted? ¿Perder su alma hoy y ganarla mañana, o ganarla hoy y perderla mañana? Aun si pudiésemos ganar todo el mundo, no valdría la pena a costa de perder nuestra alma.

PREOCUPARNOS PORQUE EL SEÑOR
OBTENGA PLACER Y SATISFACCIÓN

Debemos preocuparnos porque el Señor obtenga placer y satisfacción, y todos debemos creer lo que el Señor nos dice. Fue al creer en Su palabra que fuimos salvos. Él no sólo nos dice que si creemos en Él, nuestros pecados serán perdonados, seremos limpiados y tendremos vida eterna, sino que también nos dice que no vale la pena ganar todo el mundo a cambio de perder nuestra alma. Debemos ser sabios, no insensatos. No seamos miopes diciendo: “No me preocupa el día de mañana; sólo me importa el día de hoy”. Debemos permitir que la palabra del Señor nos alumbre. En la era venidera, ganar el alma tendrá mucho valor. Aun si fuera nuestro todo el mundo, no podríamos comprar con ello la salvación de nuestra alma. A fin de ganar el alma en la era venidera, vale la pena que perdamos la vida del alma en esta era. Con tal de que tengamos lo necesario para nuestra subsistencia —alimento, vestido, vivienda y transporte— debemos estar contentos. Es suficiente con que podamos subsistir y vivir en la tierra por causa del testimonio del Señor, amándolo, teniendo contacto con Él, recibiéndole, digiriéndole y manifestándolo en nuestro vivir para Su expresión. Debemos contentarnos con esto y no ir en pos de otras cosas. Debemos poder decir que no nos interesa el alimento, el vestido, los carros ni las casas. Vivimos en Él y confiamos en que Él se ocupará de nuestras necesidades. Pero no debemos preocuparnos por el disfrute, el entretenimiento ni la diversión de hoy, sino más bien, preocuparnos por que Él obtenga lo que le place y satisface. Así que, por causa del Señor, debemos estar dispuestos a dejar muchas diversiones y placeres. Lo único que debe importarnos es tener lo necesario para vivir a fin de ser Su expresión. Esto es lo que significa perder el alma por causa del Señor. Si hacemos esto, Él nos dirá a Su regreso: “Bien, esclavo bueno y fiel; entra en el gozo de tu Señor”. Esto es lo que significa ganar o salvar el alma. Si perdemos nuestra alma hoy por causa de Él, en el futuro Él nos recompensará con la salvación de nuestra alma. Pero si salvamos nuestra alma hoy, la perderemos en la era venidera y sufriremos alguna especie de castigo. Así pues, si hemos de salvar o no nuestra alma en el futuro, ello dependerá de si la salvamos o perdemos hoy.

DOS EJEMPLOS PRÁCTICOS

Como hijos de Dios y santos en el Señor, debemos amarnos los unos a los otros. Supongamos que usted tiene una buena cuenta de ahorros en el banco y otro hermano es muy pobre y necesita ayuda. Conforme a la soberanía del Señor, usted se entera de la necesidad de ese hermano. El Señor puede poner en usted la carga de darle a este hermano una gran cantidad de dinero, pero es posible que no esté dispuesto a hacerlo, pues no quiere perder el placer de tener cierta cantidad de dinero en su cuenta bancaria. Así que, en lugar de darle al hermano la cantidad de dinero que el Señor quiere que le dé, usted empieza a razonar con el Señor, tratando de rebajar la cantidad. Si hace esto, estará salvando su alma. Esto sucedió una vez en China. El Señor puso en un hermano la carga de darle a otro hermano cierta cantidad de dinero. Pero el enemigo lo tentó a rebajar la cantidad. Cuando el hermano fue iluminado y vio las tácticas del enemigo, dijo: “Satanás, si vuelves a hablarme sobre esto, lo entregaré todo. Estoy contento de no tener nada en mi cuenta bancaria”. Perder el placer de tener una cuenta bancaria grande es perder nuestra alma.

También podemos salvar o perder nuestra alma al comprar un traje. Comprarse un traje nuevo puede proporcionarle disfrute a su alma. ¿Salvará usted su alma al comprarse un traje costoso, o la perderá comprando uno que es adecuado pero menos costoso? Si usted está dispuesto a comprar el traje menos costoso, podrá ahorrar un poco de dinero para el Señor. Aun en este pequeño asunto usted estará perdiendo su alma.

PERDER EL ALMA Y LA TRANSFORMACIÓN

Cuando perdemos nuestra alma y su disfrute, estaremos pasando por el proceso de la transformación. Supongamos que un hermano no le hace caso al Señor al comprar un traje y únicamente se preocupa por satisfacer su disfrute anímico. Tal persona no puede ser transformada en su manera de ser, en su voluntad ni en su parte emotiva. Sin embargo, si presta atención al Señor y compra un traje conforme a la dirección del Espíritu, su alma será transformada. Perder el alma hoy, de hecho redunda en la transformación de nuestra alma. Pero salvar nuestra alma hoy estorba la obra de transformación. Si perdemos nuestra alma en todo lo relacionado con nuestra vida diaria, seremos gradualmente transformados. Entonces cuando el Señor regrese, Él dirá: “Bien, esclavo bueno; entra en Mi gozo”. En ese momento su alma habrá sido completamente transformada. Usted habrá sido preparado, perfeccionado y hecho apto para entrar en el disfrute del Señor porque a través de los años su alma habrá sido transformada por haber estado dispuesto a perderla. Pero si usted no está dispuesto a perder su alma en esta era, su alma no será transformada.

LA PALABRA IMPLANTADA
Y OBTENER UNA RICA ENTRADA

Jacobo 1:21 dice: “Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas”. Si estamos dispuestos a perder nuestra alma, la palabra será implantada en nuestro ser. La palabra que hemos escuchado en la Biblia o en mensajes será implantada en nosotros y llevará a cabo la obra de transformación en nuestra alma. Como resultado, seremos recompensados con la salvación de nuestra alma cuando el Señor Jesús regrese. Al perder nuestra alma en toda clase de situaciones, la palabra será implantada en nuestro ser y transformará nuestra alma. Esto nos preparará para cuando el Señor Jesús regrese. Seremos transformados y hechos aptos para ser los compañeros del Señor en Su reinado en el reino venidero. En esto consiste la salvación del alma.

En 2 Pedro 1:11 dice: “Porque de esta manera os será suministrada rica y abundante entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo”. Todos necesitamos obtener una rica entrada en el reino eterno del Señor. Podemos obtener esta entrada si hoy perdemos nuestra alma. Cuanto más perdamos el disfrute de nuestra alma, más rica será la entrada que obtendremos.

Hemos visto que aunque hemos sido salvos en nuestro espíritu, aún necesitamos experimentar la salvación de nuestra alma. Ahora es cuando tenemos la oportunidad de perder nuestra alma a fin de ganarla cuando el Señor regrese. Debemos perder todo aquello que le proporcione felicidad a nuestra alma. Al perder nuestra alma, todo nuestro ser será transformado diaria y gradualmente. Entonces estaremos en la posición de ser recompensados con la salvación del alma en el futuro. Externamente nosotros salvaremos nuestra alma al regreso del Señor, e internamente seremos hechos aptos para participar en el gozo del Señor en la era venidera.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top