Ejercicio y la práctica de la manera ordenada por Dios, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0428-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El Señor me mostró la nueva manera, y yo se la presenté a los santos, empezando en Taiwan. Desde entonces, la nueva manera ha afrontado oposición, ha sido despreciada, menospreciada, se han burlado de ella y ha sido calumniada. Incluso hoy algunos de nosotros no usaríamos la expresión la nueva manera. Parece que mencionar la nueva manera es una vergüenza. Esto no es correcto.
A pesar de que algunos han dicho que la nueva manera, la manera ordenada por Dios, es errónea, nadie se ha atrevido a condenar ninguno de los cuatro pasos principales de la manera ordenada por Dios. Nadie puede condenar la predicación del evangelio por parte de los sacerdotes neotestamentarios, que consiste en visitar a las personas en sus hogares. Ellos pueden decir: “¿Qué hay de nuevo en eso de predicar el evangelio? Eso ya lo hemos hecho bastante”. Pero aquello era un método muy viejo, y esto es la manera ordenada por Dios y revelada en las Escrituras. Esto es nuevo. Aun la expresión sacerdotes neotestamentarios del evangelio es nueva para nosotros, aunque claramente es mencionada en Romanos 15:16.
Servir a los pecadores por medio de visitarlos donde están es la manera ordenada por Dios de predicar el evangelio. En Hechos 8 vemos que por aquel entonces había miles de creyentes en Jerusalén, pero el Señor permitió que viniera sobre ellos una gran persecución de manera que fueran esparcidos por todas partes para que predicaran el evangelio. Ellos no tenían grandes reuniones. Sencillamente iban a visitar a las personas y compartían con ellas las buenas nuevas de la palabra (vs. 1, 4).
El, segundo paso de la manera ordenada por Dios es alimentar los corderos, cuidar de los recién nacidos. Tenemos que alimentarlos adecuadamente día tras día, para que ellos puedan vivir y crecer. Con toda seguridad nadie podrá decir que esto está mal. El tercer paso es el perfeccionamiento de los santos según Efesios 4:12. No practicamos esto, pero está en la Palabra.
El último paso de la manera ordenada por Dios es profetizar para la edificación de la iglesia como se revela en 1 Corintios 14. Esto simplemente no se practica hoy en día. Muchos todavía consideran que profetizar es únicamente predecir, pero 1 Corintios 14 no se refiere a ese tipo de profecía. Profetizar, de acuerdo con 1 Corintios 14, es hablar de parte del Señor, proclamar al Señor y ministrar a Cristo a otros para que puedan crecer en Cristo para la edificación del Cuerpo de Cristo. ¿Quién se puede oponer a una práctica tan maravillosa? Estos son los cuatro pasos principales que he condensado de mi estudio de los últimos cuatro años y medio. Estos cuatro pasos son lo que llamamos la nueva manera. Esta nueva manera es la que Dios ha ordenado para que le sirvamos.
Aunque usted tal vez no se oponga a la nueva manera, puede ser que no la practique con persistencia. Usted no puede salir a visitar gente sólo por un período de tiempo y esperar ganar un número considerable para el Señor. En un lugar cálido y seco como el sur de California, usted no puede regar sus flores o su antejardín sólo una vez o dos veces en uno o dos meses. Eso no serviría de nada .
Los Testigos de Jehová publicaron algunas estadísticas para los doce países en los cuales ellos hicieron la mayoría de sus prosélitos durante 1978 y 1988. En Japón, invirtieron más de seis mil horas para conseguir una persona. Si ellos trabajaran diez horas al día por un año, tal labor ascendería a sólo tres mil seiscientas cincuenta horas. Ellos invirtieron más de dos años, laborando por muchas horas todos los días, para conseguir una persona. Su persistencia ha producido resultados. Nosotros amamos al Señor y nos encanta ver que la gente se salve. Estamos en pro de la predicación del evangelio. En un año, en trescientos sesenta y cinco días, ¿no podremos acaso traer una persona al Señor? Esto es apenas lógico y justo. Muchos de nosotros, sin embargo, hemos estado en la iglesia por años; así y todo, nadie ha sido salvo por intermedio nuestro. Esto se debe a que nuestra manera de predicar el evangelio ha sido errada.
Si fuéramos a visitar a la gente dos veces por semana, dos o tres horas en cada ocasión, para predicarle el evangelio, podríamos tener unas quince personas bautizadas después de dos meses. Pero supongamos que ninguno fuera traído a la vida de la iglesia. ¿Cesaríamos de salir? Dejar de ir a visitar a la gente para llevarle el evangelio significa que no tenemos la persistencia, la paciencia ni la fe para ser sacerdotes neotestamentarios del evangelio. En un año, quizá sólo podamos traer uno, de entre los muchos bautizados, a la vida de la iglesia. Esto tal vez parezca demasiado pobre, pero si cada miembro de una iglesia trae un nuevo a la vida de la iglesia en un año, la iglesia se duplicará.
Todos nosotros debemos activar nuestra persistencia, nuestra paciencia y nuestra fe para visitar y predicar el evangelio a la gente. En Lucas 14, el Señor nos dijo que cuando todavía había lugar en Su salvación, El envió Sus esclavos a traer gente para llenar Su casa. El los envió primero “por las plazas y las calles de la ciudad”, y luego los envió “por los caminos y por los vallados”, no sólo a invitarlos, sino a “forzarlos a entrar” (vs. 21-23). Debemos forzar las personas a que crean en el Señor Jesús.
Si bautizamos varias personas y aún así no traemos ni uno a la vida de la iglesia, tenemos que ejercitar la persistencia del Señor, Su paciencia y Su fe. Debemos decir: “Si no logro traer uno este año, traeré uno el año que viene. Si no traigo uno el año entrante, entonces traeré uno el año que sigue”. Finalmente, ganaremos a alguien para el testimonio del Señor. Si cada santo gana un nuevo cada tres años, la iglesia tendrá un aumento del treinta y tres por ciento anual. Según lo que he estudiado, ninguna iglesia en la tierra ha tenido jamás un incremento constante del treinta y tres por ciento por muchos años. Tomar el camino de la predicación persistente del evangelio visitando a la gente no sólo es provechoso sino también prevaleciente. Todos debemos ir y ejercitarnos en practicar esta manera ordenada por Dios de predicar el evangelio. Sea que nos estemos reuniendo con veinte, con cien o con mil, debemos practicar el sacerdocio neotestamentario del evangelio por medio de salir a visitar a la gente con persistencia, paciencia y fe. Entonces, con certeza, traeremos algunos a la vida de la iglesia, y muchos otros también creerán y serán bautizados en el nombre del Señor Jesús.
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