Espíritu y el cuerpo, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4516-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el momento en que creímos en el Señor Jesús, cierto elemento entró en nosotros. Podemos llamar a este elemento la vida de Dios con Su naturaleza, o el Espíritu de vida. Este elemento que entró en lo profundo de nuestro ser, es santo. Entró en nosotros como la semilla de santidad, la semilla de algo distinto de todas las cosas que no son Dios. Éste es el Espíritu de santidad. La santidad no es algún tipo de conducta o comportamiento externo. La santidad es el estado o condición del elemento que fue sembrado en nuestro ser en el momento en que creímos en el Señor Jesús. Esta condición de santidad es producida por el Espíritu de Dios que mora en nosotros. La presencia de Dios el Espíritu en nosotros produce una condición en la que somos absolutamente distintos de todo lo que no es Dios. Como creyentes que somos, todos tenemos esta santidad en nosotros, pero ésta necesita empapar todo nuestro ser. Necesitamos ser saturados de esta condición de santidad. Según Romanos 1:4, este proceso de ser empapados es llamado designación. La santidad interna nos empapa y este proceso es nuestra designación. Esto es lo que nos distingue a nosotros como hijos de Dios.
En uno de los mensajes anteriores vimos que el Espíritu que mora en nosotros es el agua y el aliento. Hoy este Espíritu se mueve y opera en nosotros para saturarnos y empaparnos interiormente con la condición de santidad. Sin embargo, la mayoría de los cristianos descuida esta obra del Espíritu que mora en nosotros. Es únicamente cuando usted cesa sus actividades y pasa tiempo en la presencia de Dios y en comunión con Él que empieza a percatarse de una obra interna, un mover interno, que busca saturar y empapar su ser para apartarlo de todas las cosas que no son Dios. La razón por la cual muy pocos cristianos entienden esto es que están completamente ocupados con sus obras, actividades, deseos y esperanzas. A esto se debe que muchos cristianos se hayan alejado de esta condición interna de santidad. Sin embargo, nosotros tenemos al Espíritu de santidad en nuestro interior. Todos poseemos este estado interno y esta condición dentro de nosotros, y debemos darle la atención que merece.
Ahora llegamos al Espíritu de vida. Debido a que no hay nadie que pueda definir lo que es la vida, es difícil decir qué es el Espíritu de vida. En Romanos 8:2 encontramos la expresión “la ley del Espíritu de vida”. Si no sabemos lo que es el Espíritu de vida, nos será difícil entender adecuadamente lo que significa ser miembros del Cuerpo de Cristo.
Vimos que la santidad es un estado o condición presente en nosotros que difiere de todo lo que no es Dios. El Espíritu que hemos recibido es llamado el Espíritu de santidad, es decir, el Espíritu de tal condición. Ahora bien, ¿qué es el Espíritu de vida? La Biblia nos dice claramente que la vida es Cristo (Jn. 14:6). También podemos afirmar que la vida es Dios. Pero ¿qué significa eso? Lo único que puedo decirles es que la vida es Dios viviendo en nosotros. Cuando Dios vive en nosotros, eso es vida. La santidad denota una condición, y la vida denota un vivir. Por lo tanto, la vida no es simplemente un estado o condición, sino un vivir. La vida es Dios viviendo en nosotros. Todos debemos aprender a decir: “La vida es Dios viviendo en mí. ¡Oh, Dios vive en mí!”. Esto es vida. Si Dios no vive en usted, entonces no puede ser vida para usted. Es únicamente cuando Dios vive en usted que Él es vida para usted.
Hemos aprendido a entender Romanos 6 a la luz de Romanos 8, donde se menciona el Espíritu de vida. En Romanos 8 vemos el hecho de que Dios vive en nosotros. Este capítulo no nos habla de doctrinas, enseñanzas, normas ni maneras de hacer las cosas. Aquí tenemos al Viviente. Hoy el Espíritu todo-inclusivo no es solamente el Espíritu de santidad, el Espíritu de una condición que es distinta de todas las cosas que no son Dios; este Espíritu ahora vive en nosotros. Cuando usted dice: “Oh, Señor Jesús”, percibe que algo vive dentro de usted. Esto muestra que el Espíritu vivificante no sólo es el Espíritu de una condición presente en nosotros, sino el Espíritu que es una vida que vive en nosotros, el Espíritu de Aquel que vive, se mueve y opera en nuestro interior. Esto es la vida.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.