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Mensajes de la verdadpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6894-0
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CAPÍTULO NUEVE

SER UNO EN EL DIOS TRIUNO
Y EN SU EXPRESIÓN

En Juan 17 el Señor Jesús oró pidiendo que nosotros fuésemos uno en el Dios Triuno. Este concepto es muy profundo, y va más allá de nuestro entendimiento. En el versículo 23 el Señor dijo: “Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad”. Estas palabras escapan también nuestra comprensión. Sin embargo, si estudiamos el tipo del tabernáculo en Éxodo 26, podremos captar más fácilmente el significado de la oración del Señor por la unidad en Juan 17.

UN CUADRO DE NUESTRA UNIDAD
EN EL DIOS TRIUNO

Casi todas las realidades espirituales que se encuentran en el Nuevo Testamento son abstractas. Sin embargo, en el Antiguo Testamento podemos encontrar tipos o cuadros para la mayoría de estas realidades. En Éxodo 26 vemos un cuadro de la unidad que existe en el Dios Triuno. Las tablas erguidas del tabernáculo formaban una estructura corporativa. El Arca que estaba dentro del tabernáculo era un solo objeto, pero el tabernáculo era una entidad corporativa. El Arca tipifica a Cristo. Sin embargo, los mismos materiales que se usaban para hacer el Arca también se usaban para hacer las tablas erguidas del tabernáculo. Tanto el Arca como las tablas estaban hechas de madera de acacia revestida de oro. Había un total de cuarenta y ocho tablas. Cuando estas tablas eran puestas juntas, formaban la morada de Dios. Sin duda alguna, la morada de Dios es una entidad corporativa. Por lo tanto, cuando contemplamos el tabernáculo con las cuarenta y ocho tablas erguidas vemos un cuadro de la verdadera unidad. A fin de ser una sola entidad, esto es, la morada de Dios, las cuarenta y ocho tablas tenían que ser unidas. Ellas eran uno, no en virtud de la madera de acacia, sino en virtud del oro que revestía la madera.

El Arca es un tipo de Cristo con Sus dos naturalezas: la naturaleza humana tipificada por la madera de acacia y la naturaleza divina representada por el oro. Ya hicimos notar que estos mismos materiales también se usaban para hacer las tablas a fin de que fuese edificada la morada de Dios. Si el oro le hubiese sido quitado a las tablas erguidas y sólo la madera de acacia hubiera quedado, de inmediato las tablas se habrían desplomado. Aun si ellas no se hubiesen desplomado y hubiesen permanecido juntas lado a lado, no podrían haber constituido una sola entidad; más bien, serían cuarenta y ocho tablas separadas. Su unidad no radicaba en la madera de acacia, sino en el oro. Esto nos muestra claramente el hecho de que nuestra unidad no se basa en la naturaleza humana, sino en la naturaleza divina, en el Dios Triuno. Si fuésemos despojados de la naturaleza divina, de inmediato nos separaríamos unos de otros. Aunque siguiéramos amándonos unos a otros e incluso nos abrazáramos, no seríamos uno. La unidad de las tablas erguidas del tabernáculo, o sea, la unidad que se basa en el oro, es un símbolo de nuestra unidad en el Dios Triuno.

SER UNO EN LA GLORIA DE DIOS

El oro no simplemente hacía posible la unidad de las tablas, sino que además era su gloria. Al ser recubiertas de oro, las tablas tenían la gloria del oro, pues el resplandor del oro era su gloria, su expresión. Cualquiera que entrara en el tabernáculo podía percibir por todos lados el resplandor del oro. Por lo tanto, la unidad de las cuarenta y ocho tablas no radicaba únicamente en el oro, el cual representa a Dios mismo, sino también en el resplandor del oro, el cual representa la gloria de Dios. Conforme a este mismo principio, nuestra unidad hoy es la unidad que se halla en el Dios Triuno y en Su gloria, Su resplandor.

LA MADERA Y EL ORO

Todos hemos sido salvos, lavados en la preciosa sangre del Señor, perdonados de nuestros pecados, reconciliados con Dios y regenerados con la vida de Dios por el Espíritu. Esto significa que somos cristianos genuinos. Permítanme ahora hacerles esta pregunta: como alguien que posee tanto la naturaleza humana como la naturaleza divina, ¿es usted madera que tiene oro por dentro, o madera que está revestida de oro? En otras palabras, con respecto a usted, ¿el oro está dentro de la madera o la madera dentro del oro? Si usted simplemente tiene oro dentro de la madera, estará acabado en lo que a la unidad se refiere. Ahora bien, si dice que usted es madera que está dentro del oro, le haría otra pregunta: ¿qué ven los demás cuando tienen contacto con usted? ¿Ven la madera o el oro? Y si otros ven el oro que lo reviste, ¿qué tanto oro ven? ¿Qué tanto ha sido usted revestido de oro? Es cierto que somos tablas de madera que están revestidas de oro, pero ¿cuánto oro hay sobre nosotros? Ésta es una pregunta muy crucial.


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