Terreno genuino de la unidad, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3873-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el salmo 92 vemos aún más aspectos del disfrute que tenemos en la casa de Dios. El versículo 10 dice: “Pero Tú aumentarás mis fuerzas como las del toro salvaje; seré ungido con aceite fresco”. Si estamos en la vida de iglesia, podemos ser tan fuertes como un toro salvaje. Y también contamos con “dos cuernos” que han sido elevados. Esto sólo es posible en la casa de Dios. Además, en la casa de Dios somos ungidos, incluso mezclados [heb.], con aceite fresco. Exteriormente contamos con dos cuernos que han sido elevados, y en nuestro interior estamos mezclados con aceite fresco. Todos en la vida de iglesia pueden tener “cuernos” como los de un toro salvaje y también pueden estar mezclados con aceite fresco.
Muchos de los que hemos entrado en la vida de iglesia, hemos experimentado que nuestro cuerno es exaltado. Antes de morar en la iglesia, éramos personas débiles y con frecuencia éramos derrotados. Pero cuando entramos a la morada de Dios, nos dimos cuenta de que nuestro cuerno se elevaba por encima de nuestro enemigo. Además, detectamos que habíamos sido mezclados con aceite fresco. En la casa de Dios diariamente tenemos el sentir de estar siendo mezclados con aceite fresco. Día tras día percibimos algo muy fresco: el aceite que se mezcla con nosotros. Nos sentimos refrescados debido a que somos continuamente ungidos con aceite fresco.
El versículo 13 dice: “Plantados en la casa de Jehová, en los atrios de nuestro Dios florecerán”. No solamente debemos morar en la casa del Señor, sino que también debemos ser plantados. ¿Han sido plantados en la vida de iglesia? Aquellos que han abandonado la vida de iglesia nunca fueron plantados en la iglesia. Una vez que hemos sido plantados en la casa del Señor, no podemos salir jamás.
Si hemos sido plantados en la casa de Jehová, floreceremos en los atrios de Dios. Esta expresión es muy significativa; estamos tanto en la casa como en sus atrios. Nuestras raíces se fijan en la casa, pero nuestras ramas se extienden a los atrios. El florecimiento no ocurre principalmente en las raíces, sino en las ramas.
El versículo 14 continúa: “Aun en la vejez fructificarán; estarán vigorosos y verdes”. Aunque soy una persona mayor, soy más fructífero hoy que hace muchos años atrás. Tal como dice el versículo, aun en la vejez fructifico, y estoy vigoroso y verde. Podemos florecer hasta tal punto que aun cuando somos viejos producimos fruto. Esto es posible únicamente en la iglesia, la casa de Dios. Si somos plantados en la habitación divina, en los atrios de nuestro Dios floreceremos, aun en la vejez fructificaremos y estaremos vigorosos y verdes. Cuanto más tiempo moramos aquí, más jóvenes nos volvemos. Éste es el resultado de morar en la casa del Señor.
Estos versículos del salmo 92 indican que el único lugar escogido por Dios no solamente es el lugar apropiado para ofrecer sacrificios y adorar a Dios, sino que también es el lugar apropiado para crecer en vida. La vida cristiana apropiada es una vida que se planta en la iglesia y que florece en los atrios de la vida de iglesia. Aquí en la vida de iglesia tenemos el verdadero crecimiento en vida. A medida que crecemos, estamos vigorosos y verdes y, como resultado, seremos espontáneamente santos, espirituales y victoriosos.
¿Quién es más santo, espiritual y victorioso que aquellos que están plantados en la casa de Dios? Nadie puede sobrepasarlos en estos aspectos. Aquellos que moran en la casa del Señor no tienen necesidad de buscar santidad, espiritualidad ni victoria. Estos atributos llegan a ser suyos espontáneamente, porque están plantados en la vida de iglesia y están floreciendo. Debido a que están vigorosos y verdes, automáticamente son santos, espirituales y victoriosos. Esto indica que la manera apropiada de llevar la vida cristiana es participar en la vida de iglesia normal. A menos que llevemos una vida apropiada de iglesia, no podremos ser santos, espirituales ni victoriosos, pues estos atributos se encuentran solamente en la vida de iglesia. Cuando seamos plantados en la vida de iglesia, floreceremos con santidad, espiritualidad y victoria. Como resultado, adoraremos a Dios pero no sólo de una manera objetiva, sino de manera subjetiva; tal adoración proviene del Cristo que hemos disfrutado y que se nos ha impartido en la presencia de Dios.
El último salmo que consideraremos aquí es el salmo 133. El versículo 1 dice: “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es que habiten los hermanos juntos en armonía!”. Este versículo habla de lo bueno y delicioso que es el hecho de habitar juntos en unidad. Según el versículo 2, habitar juntos en unidad “es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras”. Observen que este versículo habla del buen óleo, y no meramente del aceite. El óleo, el ungüento, se extiende más lentamente que el aceite. En la vida de iglesia el ungüento no corre; más bien, se extiende lenta, gradual y suavemente. El buen óleo desciende sobre la cabeza de Aarón, y baja hasta llegar al borde de sus vestiduras. Esto indica que desciende desde la Cabeza y baja a todo el Cuerpo.
En el versículo 3 el hecho de que los hermanos habiten en unidad, se compara con el rocío del Hermón, con el rocío “que desciende sobre los montes de Sión”. Hermón, un monte muy elevado, representa los cielos, de los cuales desciende el rocío. Los montes representan las iglesias locales, y el rocío representa la gracia de Cristo. Este rocío que desciende sobre las iglesias locales es muy refrescante. Ciertamente, podemos testificar que el elemento refrescante de Cristo desciende sobre nosotros en las iglesias locales. ¡Alabado sea el Señor por el rocío celestial que desciende sobre las iglesias locales para que lo disfrutemos!
Tanto el ungüento como el rocío traen vida. El versículo 3 dice: “Porque allí envía [ordena, heb.] Jehová bendición y vida eterna”. Observen que este versículo no dice: “concede Jehová bendición”, sino que dice, “ordena Jehová bendición”. En la vida de iglesia como la casa de Dios, disfrutamos de la bendición de la vida que Dios ha ordenado.
Incluso en la era del Antiguo Testamento, cuando el pueblo de Dios acudía al templo físico, todos disfrutaban de una vida maravillosa en la casa de Dios. Ellos se congregaban alrededor del templo y ofrecían la porción suprema del rico producto de la buena tierra. Luego disfrutaban de estas ofrendas con Dios y en la presencia de Dios. Ésta era la vida, el vivir y la adoración del pueblo. Ellos adoraban al Señor mientras disfrutaban de las riquezas de la buena tierra. Puesto que éste era su vivir, fueron plantados y florecieron en la casa de Dios. Éste es un cuadro tipológico de lo que puede suceder en el terreno de la unidad.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.