Información del libro

Mensajes para creyentes nuevos: Separados del mundo #3por Watchman Nee

ISBN: 978-0-7363-0099-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 1 Sección 3 de 3

C. Todo lo que apaga nuestra vida espiritual

Es difícil describir en detalle lo que es el mundo; pero hay un principio básico: todo aquello que apague la vida espiritual es del mundo. El mundo elimina nuestro celo por la oración, nos roba el interés de leer la Palabra de Dios y nos impide testificar y proclamar nuestra fe delante de los hombres. Todo lo que nos impide acercarnos al Señor y confesar que creemos en El es parte del mundo. El mundo es el ambiente que ahoga y seca a una persona; es cualquier cosa que disuade al hombre de amar y de anhelar al Señor con todo el corazón. Aquí vemos un principio muy importante: el mundo reprime nuestra inclinación espiritual. Debemos rechazar todo lo que apague nuestra vida espiritual.

Algunas personas dicen: “Esto no es mundano. ¿Por qué dice que es pecado?” Muchas cosas parecen buenas, pero después de tocarlas una o dos veces, reprimen el fuego que tenemos por dentro, debilitan nuestra conciencia y secan paulatinamente el deseo de leer la Biblia. Aunque tengamos tiempo, no deseamos leer. Después de participar en tales cosas nos sentimos vacíos y no somos un testimonio ante los hombres. Quizás esos asuntos no sean pecado, pero apagan nuestra vida espiritual. Todo aquello que apague nuestra vida espiritual es del mundo, y debemos rechazarlo completamente.

D. Todo lo que dé la impresión
de que no somos cristianos

Debemos mencionar también nuestra relación con otras personas. Toda actividad o comunicación social que nos haga esconder nuestra lámpara debajo del almud es parte del mundo. Muchas amistades, actividades y contactos con la gente mundana nos obligan a esconder nuestra luz. Por estar envueltos con todo esto, no podemos erguirnos y testificar que somos cristianos. Si usted se envuelve en ciertas conversaciones y, por cortesía, las escucha y se ríe con los incrédulos, sentirá que algo se ha apagado por dentro aunque por fuera sonría. Internamente sabe que eso es el mundo, pero por fuera, lo sigue. Sabe que es pecado, pero no lo denuncia. Debemos huir de esta clase de ambiente social. Muchos hijos de Dios son lentamente absorbidos por el mundo a causa de las diferentes actividades y contactos sociales en que se involucran.

Todo creyente debe saber desde un principio cuál es su posición y luego escoger. No queremos ser antisociales a propósito, ni tenemos que ser como Juan el Bautista, que no comía ni bebía. Nosotros seguimos al Señor y comemos y bebemos. Pero cuando estamos con mundanos, debemos mantener nuestra posición cristiana. Nadie podrá menospreciar el porte de un cristiano, al contrario, lo tienen que respetar. Cuando yo tomo esta postura, debo conservarla aunque otros me critiquen.

Si queremos separarnos del mundo, debemos dejar claro que somos cristianos, cuidando a la vez la manera como hablamos y nos conducimos. Si no podemos mantener esta norma, es bueno que reflexionemos al respecto. El salmo 1 dice que no debemos estar en camino de pecadores, ni sentarnos en silla de escarnecedores. Si andamos por camino de pecadores y nos sentamos en silla de escarnecedores, terminaremos igual que ellos. El pecado y el escarnio son contagiosos, así que debemos aprender a huir de esto como se huye de los microbios.

E. Acciones que los creyentes
débiles desaprueban

Otra característica del mundo son las acciones que hacen tropezar una conciencia débil. Los hijos de Dios no deben incurrir en ellas. Ya hablamos de las acciones que el mundo considera incorrectas. Examinemos ahora lo que un cristiano joven piensa que no debe hacerse. Si el incrédulo considera que no debemos hacer algo, debemos evitarlo, de lo contrario perderemos nuestro testimonio. De igual manera, debemos evitar cualquier actividad que un cristiano no apruebe, aunque éste sea el más joven y débil de todos. Este es un mandamiento bíblico. No son las palabras de un cristiano fuerte, sino las palabras de un cristiano débil las que determinan lo que debemos o no debemos hacer. Posiblemente lo que él crea que es incorrecto o indebido, no lo sea; sin embargo, no debemos ser tropiezo para los débiles. Si ellos piensan que vamos por el camino equivocado, los haremos tropezar. Pablo dijo: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas son provechosas” (1 Co. 6:12). Todas las cosas son lícitas, pero algunos consideran que éstas son mundanas, por consiguiente, no debemos hacerlas.

Pablo usó la comida como ejemplo. El dijo que si la comida le era ocasión de hacer caer al hermano, el jamás comería carne. Esto no es fácil de hacer porque, ¿quién puede abstenerse de comer carne para siempre? Por supuesto, Pablo no sugiere que dejemos de comer carne. En 1 Timoteo, claramente establece que no está bien abstenerse de comer carne; sin embargo, él nos muestra que estaba dispuesto a ser extremadamente cuidadoso. A él no le molestaba comer ni no comer carne, pero sabía lo que estaba haciendo; por eso cuidaba la conciencia de aquellos que iban con él. Nosotros sabemos hasta donde podemos llegar, pero aquellos que nos siguen no lo saben. ¿Qué pasaría si ellos avanzaran? No hay nada malo si comemos carne pero después de un tiempo, aquellos que nos siguen tal vez vayan al templo, no sólo a comer lo sacrificado a los ídolos, sino a adorarlos. Muchas cosas no están directamente relacionadas con el mundo, pero debemos ser extremadomente cuidadosos al tocarlas, porque puede ser que para los demás sean mundanas.

III. SALIR DE EN MEDIO DE ELLOS
PARA SER RECIBIDOS POR EL
SEÑOR TODOPODEROSO

En 2 Corintios 6:17-18 dice: “Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor y no toquéis lo inmundo; y Yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso”.

En el Nuevo Testamento, el título el Señor Todopoderoso se usa por primera vez en 2 Corintios 6. En hebreo, el Señor Todopoderoso es El shadai. El significa Dios; sha significa el seno de la madre o la leche materna, y shadai se refiere los nutrientes de la leche. En hebreo shadai significa “todo lo provee”, y en el Antiguo Testamento, El shadai se traduce Dios Todopoderoso y también significa el Dios que todo lo suministra. Todo el nutrimiento que un niño necesita se halla en la leche materna, o sea que el suministro de leche está en el pecho de la madre. La raíz de la palabra shadai tiene el sentido de seno de la madre, lo cual significa que en Dios tenemos todo lo que necesitamos.

En 2 Corintios 6:17 el Señor Todopoderoso nos dice que si salimos de en medio de ellos, y no tocamos lo inmundo, El nos recibirá y será un Padre para nosotros, y nosotros seremos para El hijos e hijas. Aquí podemos apreciar que estas palabras no fueron enunciadas livianamente. El Señor está diciendo: “Por Mí han dejado muchas cosas, se han separado, terminado con toda relación, han salido de en medio de ellos, y ya no están relacionados con sus cosas inmundas. Sus manos están vacías y no queda nada del mundo en ustedes. Puesto que han hecho todo esto, Yo los recibo”.

Recuerden, todo aquel a quien el Señor recibe se ha separado del mundo. Muchos no perciben la excelencia del Señor cuando se acercan a El, porque todavía no han estimado como pérdida todas las cosas del mundo; por el contrario, las consideran preciosas. Tales personas no saben lo que significa ser recibido por Dios, o que Dios sea un Padre para ellos y que ellos sean hijos de El. No saben que el Señor que todo lo provee dijo esto. ¿Ven ustedes lo que significa shadai? Las palabras Señor Todopoderoso se usan aquí, porque cuando una persona desecha todo, necesita a Dios como el Shadai, necesita un Padre, quien todo lo suministra.

En Salmos 27:10 dice que aunque nuestro padre y nuestra madre nos dejen, Jehová nos recogerá. En otras palabras, El se convierte en nuestro Padre. En Salmos 73:26 dice: “Mi carne y mi corazón desfallecen; mas la roca de mi corazón y mi porción es Dios para siempre”. De ahí emana la dulzura de nuestra experiencia. Para que haya ganancia debe haber pérdida. El ciego conoció al Señor cuando fue expulsado de la sinagoga (Jn. 9:35). No hay ninguna posibilidad de conocer al Señor en la sinagoga, pero una vez que nos expulsan, vemos inmediatamente la bendición del Señor.

Como creyentes, debemos salir del mundo. Sólo entonces gustaremos la dulzura del Señor. Por una parte soltamos algo, y por otra, experimentamos la bondad del Señor.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top