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Cristo todo-inclusivo, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-626-8
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Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 16 Sección 2 de 4

EL TRIGO Y LA CEBADA

¡Oh, debemos adorar al Señor por Su Palabra! El mencionó primero el trigo, no la cebada ni la vid. ¿Cuál aspecto de Cristo representa el trigo? En Juan 12:24 podemos ver que el Señor es un grano de trigo que cae en tierra para morir y ser sepultado. El trigo representa a Cristo encarnado. Cristo es Dios encarnado como hombre para caer en tierra, morir y ser sepultado. Esto es el trigo. Tipifica al Cristo que se encarnó, que murió y que fue sepultado.

Entonces, ¿qué representa la cebada? ¡Representa al Cristo resucitado! El trigo indica Su encarnación, Su muerte y Su sepultura, y después de esto la cebada indica Su resurrección, es decir, representa al Cristo resucitado. ¿Cómo podemos probarlo? En la tierra de Canaán, la cebada siempre madura primero; entre todos los granos, la cebada es primera. En Levítico 23:10, el Señor dijo: “Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega”. Cuando llegaba el tiempo de la siega, los primeros frutos debían ofrecerse al Señor, el primer fruto claramente era la cebada. Ahora, debemos leer 1 Corintios 15:20: “Mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos, primicias de los que durmieron”. Todos los que estudian las Escrituras reconocen que los primeros frutos de la siega tipifican a Cristo como primicias de la resurrección. Con esto se puede probar que la cebada representa al Cristo resucitado.

El trigo representa al Cristo encarnado, crucificado y sepultado. La cebada representa al Cristo resucitado. Estas dos clases de granos representan dos aspectos de Cristo, Su venida y Su ida. Representan al Cristo que bajó para ser el trigo y al Cristo que subió para ser la cebada. Debemos poner plena atención a estos dos asuntos. ¿Ha experimentado usted a Cristo como el trigo? ¿Lo ha experimentado alguna vez como la cebada? ¿Qué clase de experiencia de Cristo es el trigo? ¿Qué clase de experiencia de Cristo es la cebada?

Cuando Jesús alimentó a los cinco mil, lo hizo con sólo cinco panes de cebada. Muchos están familiarizados con el milagro de los cinco panes, pero muy pocos se han dado cuenta de que esos panes eran de cebada. Esta escritura es realmente maravillosa. Si fueran panes de trigo, algo estaría mal. Pero no eran de trigo sino de cebada. Como panes de cebada, pudieron alimentar a cinco mil personas y pudieron dejar doce canastos de sobrantes. Esto es resurrección. Cristo sólo puede ser rico para nosotros en Su resurrección. En Su encarnación, El es muy limitado, pero en Su resurrección El es sumamente rico. No hay límite para El como el Cristo resucitado. Como el Cristo encarnado, El fue solamente un grano, un pequeño nazareno, un humilde carpintero. Pero cuando entró en resurrección, se hizo ilimitado. El tiempo, el espacio y las cosas materiales ya no pudieron limitarlo. Había cinco panes, pero en realidad había un sinnúmero de panes. Hubo lo suficiente para alimentar a cinco mil, sin contar a las mujeres y los niños, y los sobrantes —doce canastos llenos— eran más que los cinco panes originales. Esto es la cebada. Esto es Cristo en Su resurrección. Cristo en Su resurrección nunca podrá ser limitado.

LA EXPERIENCIA DEL TRIGO

Mi propósito no es simplemente darles una enseñanza doctrinal. Esa no es mi carga. Lo que quiero impartir es la experiencia del trigo y la experiencia de la cebada. Consideremos la experiencia del trigo. Hermanos y hermanas, cuando por la soberanía del Señor son puestos en una situación donde se encuentran limitados y constreñidos, pueden experimentar al Señor como trigo. Cuando en medio de esa situación de limitación y estrechez, usted tiene contacto con el Señor, El será para usted exactamente como un grano de trigo. Al tener contacto con El, inmediatamente puede quedar completamente satisfecho con su situación y limitación. Oh, esa vida que es Cristo mismo en usted es un grano de trigo. Es la vida del pequeño carpintero, del Cristo encarnado y limitado. Cuando en cierto ambiente donde se encuentra restringido y reprimido tiene un contacto vivo con Cristo, usted dirá: “Oh Señor, Tú eres el Dios infinito, pero te hiciste un hombre finito. En Ti hay poder para sufrir cualquier clase de limitación”. Así experimentará a Cristo como el trigo.

Un día, una buena hermana muy espiritual vino a verme. Era de una familia rica y se había casado con un hermano que tenía que cuidar a su madre. La madre era amable con el hijo, pero con la nuera era otro el caso. Esta hermana joven se me acercó en busca de comunión, deseando saber si su experiencia estaba bien o no. Entonces me contó cuánto sufría día tras día con su suegra. Me dijo que había acudido al Señor, pidiéndole que hiciera algo. Por supuesto, no se atrevió a pedirle al Señor que se deshiciera de su suegra, pero le pidió que la librara de esa situación. Entonces me dijo que cuando buscó al Señor, El inmediatamente comenzó a mostrarle qué clase de persona fue El cuando estuvo en la tierra. Le mostró cuán limitado estuvo como un carpintero en esa pequeña familia por más de treinta años. Cuando ella vio tal visión, exclamó con lágrimas: “Señor, ¡te alabo, te alabo! Tu vida está en mí. Señor, estoy satisfecha con mi presente situación. No te pido que cambies nada. ¡Simplemente te alabo!” Me preguntó si su experiencia era correcta, y le dije que era lo más correcto. Esa hermana experimentó a Cristo como un grano de trigo. Era en verdad una hermana espiritual.

Algún tiempo después, esa hermana vino a verme de nuevo. Esta vez me dijo: “Oh, hermano Lee, ¡alabado sea el Señor! ¡No sólo estoy satisfecha con ser limitada en mi familia, sino que he visto algo más del Señor Jesús! El no sólo fue limitado, sino también llevado a la muerte y sepultado. Cuando el Señor me reveló esto, le dije que no sólo estaba contenta de quedarme en esa situación con mi familia, sino que también estaba dispuesta a morir y ser sepultada en esa familia por causa de El”. Esta fue otra experiencia de Cristo como el grano de trigo.

Para muchos de nosotros, en muchas circunstancias, el Señor Jesús es precisamente como un grano de trigo. Cuanto más lo experimentamos, tanto más nos damos cuenta de que así es El. El vive en nosotros. Es nuestra vida para hacernos dispuestos a ser limitados, a morir, a ser sepultados, a no ser nada. Esta es la experiencia de Cristo como el trigo.

¿Tiene usted esta experiencia? ¿Qué clase de experiencia tiene? ¿Discute con su esposa o su esposo? Si es así, usted está rendido en cuanto a su experiencia de Cristo. Debe experimentarlo en una forma muy rica. Debe experimentarlo como el agua viva y también como el grano de trigo. Si acudiera al Señor cuando está tan limitado y perplejo, estoy seguro de que El le mostrará que El también estuvo limitado, fue llevado a la muerte y fue sepultado. Le mostrará que como tal El vive en usted. Lo sostendrá a usted para que pueda estar limitado. Lo apoyará para que pueda ser llevado a la muerte y sepultado. Le dará energía hasta tal punto, y lo fortalecerá para que sea esa clase de persona. Entonces experimentará a Cristo como grano de trigo.


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