Vida y la edificación como se presentan en Cantar de los cantares, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2853-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Es por eso que queremos ver algo acerca del libro Cantar de los cantares. Muchos de nosotros, al leer los versículos que se encuentran al inicio de este capítulo, podemos llevarnos la impresión de que Cantar de los cantares es un libro maravilloso que nos habla de amar a Jesús. Indudablemente éste es un libro maravilloso. Sin embargo, muchas veces el contenido de este libro no es tan emocionante, sino más bien desalentador. Todos los versículos que citamos al inicio de este capítulo contienen algunos puntos emocionantes, pero el punto principal al citar estos versículos no es mostrar los puntos emocionantes, sino los desalentadores.
“¡Ah, si me besaras con besos de tu boca!, porque mejores son tus amores que el vino. Delicioso es el aroma de tus perfumes, y tu nombre, perfume derramado. ¡Por eso las jóvenes te aman! Atráeme; en pos de ti correremos [heb.]. ¡El rey me ha llevado a sus habitaciones! Nos gozaremos y alegraremos contigo, nos acordaremos de tus amores más que del vino. ¡Con razón te aman!” (Cnt. 1:2-4).
Aquí encontramos a una persona que ha empezado a buscar al Señor. Ciertamente, hay una atracción que precede a la búsqueda; es decir, debido a que el Señor ha atraído a esta persona, ella lo busca. Es por eso que ella dice: “¡Ah, si me besaras con besos de tu boca!”. Ella debe de haber recibido una revelación de la belleza del Señor. Nuestro amor no depende tanto de nuestra capacidad para amar al Señor, sino más bien de Su belleza. Si algo es feo y sucio, no podemos amarlo. Pero cuando algo es agradable y precioso, puede llegar a atraernos, aunque no tuviéramos la intención de amarlo. Por consiguiente, el punto principal no es si somos capaces o no de amar al Señor, sino el hecho de que todo depende de Su belleza. No podemos amar al Señor si no hemos visto Su belleza. Y una vez que vemos Su belleza, no podemos evitar amarlo. Él es la persona más atractiva y atrayente que existe. Nadie puede resistir la belleza del Señor. Cuando nos sentimos atraídos hacia Él, decimos al igual que la buscadora: “Ah, si me besaras con besos de tu boca”.
Después de la acción de buscar, viene la acción de hallar. La amada halla a quien buscaba. Después de esto, el rey la lleva a sus habitaciones. Así pues, en estos versículos vemos que la amada busca y luego halla.
Después en los versículos del 13 al 14 ella expresa su aprecio. “Mi amado es para mí un saquito de mirra [...] Ramo de flores de alheña en las viñas de En-gadi es mi amado para mí”. ¡Cuánto ella aprecia al Señor! Él interiormente es muy dulce, como un saquito de mirra; y exteriormente es como un ramo de flores de alheña, una planta del viejo mundo con la cual las jóvenes judías se embellecían. Ella simplemente aprecia aquí Su dulzura y Su belleza.
Después del aprecio viene el disfrute: “Como un manzano entre árboles silvestres es mi amado entre los jóvenes. A su sombra deseada me senté y su fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la sala de banquetes y tendió sobre mí la bandera de su amor” (2:3-4). Ahora su amado no sólo es como un saquito de mirra y un ramo de flores de alheña, sino también como un manzano que da fruto dulce y delicioso. Ella se sienta bajo Su sombra donde disfruta el reposo, y se alimenta de Su dulce fruto, el cual la satisface. Ella realmente se halla en una condición de disfrute.
¿Pueden ustedes ver la progresión en este capítulo? Primero ella busca a Su amado y luego lo halla. Después de que lo halla, expresa su aprecio por Él. Y luego del aprecio viene un rico disfrute. ¡Esto es verdaderamente maravilloso! Además, el disfrute que ella experimenta es completo, porque no sólo disfruta a Su amado debajo del manzano con todo su fruto, sino que además Él la lleva a la sala de banquetes, y allí tiende sobre ella la bandera de Su amor. Esto describe un sumo disfrute.
Sin embargo, inesperadamente vemos otro cuadro. “¡La voz de mi amado! ¡Ya viene, saltando sobre los montes, brincando por los collados! Semejante a una gacela es mi amado; como un joven cervatillo. Helo aquí, está tras nuestra pared, mirando por las ventanas, atisbando por las celosías” (2:8-9). El cuadro ha cambiado. Ahora su amado está saltando sobre los montes, brincando por los collados. Tal vez esto les parezca maravilloso, pero si fueran la amada dirían: “Yo estoy aquí descansando, y Él está saltando y brincando. Mientras estoy descansando, Él está saltando sobre los montes y brincando por los collados. ¡Cuán diferente es Él de mí!”.
Un poco antes, Él estaba con ella en la sala de banquetes; y ahora, ella continúa en la sala mientras que Él está afuera, detrás de la pared. Una pared ahora los separa; y Él está detrás de la pared. Esto describe una separación entre la buscadora y el Señor. En la sala de banquetes ellos eran uno. Pero ahora una pared los separa, ella está adentro y Él está afuera; ella está descansando, y Él está saltando, brincando y retozando.
Como podemos ver, es posible que amemos a Jesús, y Él esté lejos de nosotros. Tal vez no esté muy lejos, pero hay una separación, una pared entre Él y nosotros. Él estaba con nosotros en la sala de banquetes, pero ahora una pared se interpone entre Él y nosotros. Fue muy maravilloso estar en la sala de banquetes, pero ahora mientras nosotros aún estamos adentro, Él está afuera. Nosotros seguimos descansando y disfrutando, y Él está saltando y brincando. Nosotros tenemos nuestro propio carácter y Él tiene el Suyo. Mientras nuestra personalidad es una de reposo, la Suya es una que salta.
Sin embargo, alabado sea el Señor porque casi siempre las paredes tienen alguna abertura. Él todavía puede ver a la buscadora por la ventana. Alabado sea el Señor por la ventana; sin embargo, la ventana tiene una celosía. Aunque Él puede ver a través de la ventana, no puede entrar. Esto es muy significativo. Cantar de los cantares es un libro poético, y aquí se nos presenta un cuatro. En este cuadro vemos una pared con una ventana, pero la ventana tiene una celosía. Muchas veces nuestras experiencias con el Señor se asemejan a esto. Mientras nos sentíamos muy enamorados del Señor, Él no estaba con nosotros. Él se encontraba del otro lado de la pared. Nosotros estábamos adentro y Él estaba afuera. No obstante, en la pared había una abertura por la cual Él podía vernos a nosotros y nosotros a Él. Sin embargo, debido a la celosía, Él no podía entrar y nosotros no podíamos salir.
Muchas veces en nuestras experiencias con el Señor, nos sucederá algo semejante. Sentimos que estamos separados del Señor, aunque todavía lo podemos ver. Sin embargo, no podemos salir, y el Señor tampoco puede entrar. A pesar de ello, la buscadora alcanzó a oír Su voz. Ella dijo: “¡La voz de mi amado!”. Ella escuchó Su voz, y Él parecía decirle: “Levántate, no descanses más. Sal de la casa; no permanezcas más en tu situación”.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.