Los de corazón puropor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2060-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Si el cristiano desea crecer en la vida divina, son esenciales dos requisitos: hacer una confesión exhaustiva de sus pecados al Señor y tomar ciertas medidas con respecto a sus pecados. Un tercer requisito, que es igualmente importante, es la consagración; uno debe consagrarse completamente al Señor. Como requisito básico, todo cristiano debe consagrarse al Señor. Después de que una persona recibe la salvación, si desea crecer en vida, deberá confesar sus pecados y tomar ciertas medidas con respecto a ellos. La confesión de pecados se concentra en lo que está en el interior de la persona, mientras que las medidas que se toman con respecto a los pecados se concentran en aquello que es externo a la persona. Confesar nuestros pecados consiste en decirle a Dios en qué condición se encuentra nuestro corazón y confesarle todos aquellos pecados que percibimos interiormente. Tomar medidas con respecto a los pecados es algo que se relaciona con nuestro comportamiento externo; implica tomar medidas que, de manera exhaustiva, afecten todos los aspectos de nuestra vida, de nuestro entorno y de nuestro hogar que no sean del agrado de Dios. Estas son medidas que se toman no sólo delante de Dios, sino también delante de los hombres. La confesión de nuestros pecados internos y las medidas que tomamos con respecto a los pecados cometidos constituyen, en conjunto, una sola experiencia completa en sí misma.
Sin embargo, después que una persona es salva, si ella confiesa sus pecados delante de Dios y toma medidas con respecto a sus pecados delante de los hombres pero no se consagra a Dios, esta persona aún no ha comenzado a andar en la senda de vida. Tenemos que saber que después de ser salvos, el primer paso siempre incluye la confesión de pecados, las medidas a tomar con respecto a los pecados y la consagración al Señor. De acuerdo con nuestra experiencia, la secuencia en la que ocurren estas tres cosas puede variar. Algunos, primero confiesan sus pecados y luego se consagran al Señor; otros, primero se consagran al Señor y luego toman medidas con respecto a sus pecados. No importa el orden que se siga. Después que una persona sea salva, el primer paso que ella da siempre incluirá estas tres cosas: la confesión exhaustiva de sus pecados ante Dios, las medidas cabales que debe tomar con respecto a sus pecados ante los hombres, y su consagración al Señor. La combinación de estas tres cosas componen una experiencia completa.
Esto es semejante al desayuno que tomamos. Un desayuno chino completo contiene pan, sopa de arroz y algunos platillos. No importa qué comamos primero, si el arroz o el pan o los platillos. De igual manera, después de su salvación, la primera experiencia de un nuevo creyente debe incluir la confesión de sus pecados a Dios, tomar medidas de manera exhaustiva con respecto a sus pecados para testimonio ante los hombres, y una consagración absoluta al Señor. Estas tres cosas son igualmente necesarias, pero el orden en que ellas se dan no tiene tanta importancia. Realmente no importa si los demás nos exhortan o no nos exhortan a hacer estas tres cosas, puesto que todos los que son salvos y anhelan seguir el camino del Señor no podrán evitar ninguna de ellas. Ante los ojos del Señor, cualquiera que no haya experimentado estas cosas, nunca ha dado un paso hacia adelante. Incluso, si alguno ha experimentado sólo una o dos de estas cosas, pero no ha experimentado la tercera, ante los ojos del Señor sigue sin haber dado un paso completo.
Debemos pedir al Señor que nos muestre el lugar exacto donde nos encontramos. Independientemente de si tenemos un corazón determinado a seguir el camino del Señor o si apenas hemos hecho una débil decisión al respecto, tenemos que darnos cuenta de que no existen atajos en la senda espiritual. Para salir de nuestra casa, primero debemos pasar por la puerta principal para luego llegar a la cerca; del mismo modo, el camino del Señor tiene sus propias secciones, y no podemos evadir ninguna de ellas. Podemos escuchar mensajes y leer la Biblia, pero si nuestro corazón no anhela seguir el camino de Señor, ningún mensaje nos ayudará y la lectura de la Biblia tampoco nos será de provecho. Los mensajes debieran ser de gran ayuda para la gente y la lectura de la Biblia debiera suministrarles vida, pero si sólo entendemos el camino del Señor y no tenemos un corazón que anhele seguir tal camino, entonces nada nos será de provecho. No debemos ser aquellos que únicamente entienden el camino del Señor, sino que también debemos anhelar seguirlo de todo corazón. No sólo eso, sino que además de tener un corazón que anhela ese camino, debemos, de hecho, comenzar a andar en el mismo. De ser así, todo mensaje que escuchemos nos beneficiará mucho, y cada versículo bíblico que leamos será un suministro para nosotros. Espero que cada uno de nosotros sea una persona que anhele de corazón seguir al Señor y que ande en Su camino.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.