Información del libro

Nuestro espíritu humanopor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-259-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 5 de 10 Sección 2 de 3

LA NOVEDAD DEL MANA

Los hijos de Israel comían maná todos los días, pero no había vejez. Todos los días se hallaba la novedad del maná, la frescura del maná (Ex. 16:13-15, 21-22). Muchas personas compran sus comestibles una vez por semana. Compran su comida y la ponen en el refrigerador por una semana. Pero Dios no dio el maná una vez por semana. Los hijos de Israel no salían de sus tiendas el lunes por la mañana, recogiendo maná y luego poniéndolo en el refrigerador para disfrutarlo por una semana. Dios enviaba el maná día tras día, de madrugada.

Si usted ama su cama, pierde el maná. Tiene que levantarse cada mañana para tocar el rocío fresco, puesto que el maná siempre descendía con el rocío (Ex. 16:13-14). Tiene que levantarse temprano para recoger maná cada mañana. Cada mañana es el mismo maná, pero cada mañana es fresco. Yo sí creo que lo que estaba en el corazón del Señor era que Su pueblo tuviera que levantarse temprano de madrugada para tener contacto con El.

Tenemos la misma Biblia cada mañana, el mismo maná, pero debe ser fresca cada mañana bajo el fresco rocío. Todo depende de su contacto con Dios. Si en su lectura de la Biblia, no hay contacto con Dios, el mismo libro se vuelve viejo. Si hay contacto con Dios, el mismo libro se vuelve nuevo. El servir a Dios hoy no es asunto de vejez, sino de novedad. ¡Novedad es sencillamente Dios mismo! ¡La novedad está en Dios! Si usted tiene contacto con Dios, si está en Dios y si es uno con Dios, cualquier cosa que diga es nueva. Por cuarenta años el mismo maná descendió una y otra vez, pero era nuevo cada mañana. Ser nuevo significa estar en la presencia de Dios, estar en Dios. Servimos a Dios hoy en la novedad de Su presencia. Odio ver la vejez en las reuniones de la iglesia. Debemos aprender a estar nuevos en la presencia del Señor en todo lo que hacemos. En toda cosa que hacemos debemos tener a Dios. Entonces tenemos la novedad.

ANDANDO CONFORME AL ESPIRITU

En Romanos 8:4 se nos dice que andemos, no conforme a la carne, sino conforme al espíritu. El espíritu aquí en Romanos 8:4 es el espíritu mezclado, nuestro espíritu mezclado con el Espíritu Santo (Ro. 8:16; 1 Co. 6:17). Tenemos que andar conforme a nuestro espíritu porque hoy el Espíritu Santo está en nuestro espíritu y aun es uno con nuestro espíritu. Cuando andamos conforme a nuestro espíritu, espontáneamente andamos conforme al Espíritu Santo, porque los dos espíritus son uno.

La mayoría de las personas andan y actúan conforme a la mente, conforme a lo que piensan y conforme a lo que les gusta. Algunos que andan según la carne están haciendo cosas buenas conforme a su parecer, a su pensamiento y conforme a su gusto o antipatía. Pero nosotros los cristianos debemos andar conforme al espíritu. Es fácil discernir el espíritu de la carne, pero algunas veces no es fácil discernir el espíritu de la mente. Quizás, por ejemplo, usted esté pensando en visitar a un hermano, pero muy adentro algo le está molestando. Debe andar no conforme a su pensar ni a lo que le gusta o no le gusta, sino simplemente conforme a la “luz roja interior” o a la “luz verde interior”. Esto es andar conforme a su espíritu. La carne es nuestro cuerpo caído (Ro. 7:18, 24; 8:13) y la mente, el órgano del pensar, es una parte de nuestra alma caída (Sal. 13:2; 139:14; Lm. 3:20). La mayoría de las personas andan conforme a estas dos cosas. Cuando andan en una forma mejor, andan conforme a su pensar. Cuando andan en una forma peor, andan conforme a su carne. Nosotros los cristianos, sin embargo, no debemos andar conforme a ninguno de estos dos, sino conforme al espíritu. No nos importa meramente lo que es bueno o malo, correcto o incorrecto. Sólo nos importa la luz verde interior o la luz roja interior. Sólo nos importa el espíritu. Andamos conforme al espíritu.

ANDANDO POR EL ESPIRITU

Gálatas 5:16 dice: “Andad por el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne” (lit.). La cruz tiene que tratar con nuestra carne, con nuestra mentalidad, con nuestro pensar y con nuestras simpatías y antipatías, para que andemos enteramente por el Espíritu que habita y que se mezcla con nuestro espíritu regenerado. Mientras más andamos por el Espíritu más espirituales somos. Ser espiritual simplemente significa estar en espíritu.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top