Lecciones acerca de la oraciónpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-1502-9
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Todas las lecciones ya mencionadas tienen como fin controlar nuestra parte emotiva. Controlar la parte emotiva no consiste en fingir; esto es algo muy genuino. La risa de un diplomático es una risa completamente falsa, y su compasión por otras personas tampoco es genuina. A lo que nos referimos al hablar de una parte emotiva controlada no tiene nada que ver con los sentimientos falsos de un diplomático; más bien es una parte emotiva genuina, pero regulada, que no sea burda, salvaje ni relajada, sino que tenga limitación. Una parte emotiva que se controla así es restringida, regulada y disciplinada. A menos que la parte emotiva haya aprendido estas lecciones, es muy difícil que nuestra vida de oración perdure por largo tiempo.
Si nuestra parte emotiva ha sido ajustada de modo que sea moderada, sana, refinada, templada, comedida, tranquila y controlada, entonces podremos someter toda nuestra parte emotiva al espíritu. Entonces será gobernada por el espíritu. Nuestra parte emotiva no actuará más independientemente, sino que el espíritu la cubrirá, el espíritu será en todo la cabeza. Cuando el espíritu se regocije, la parte emotiva se regocijará también. Cuando el espíritu esté afligido, la parte emotiva también se afligirá. Siempre que el espíritu actúe, la parte emotiva también actuará, ésta siempre seguirá al espíritu. Solamente una parte emotiva que sea sana, moderada, refinada, templada, comedida, tranquila y capaz de ejercitar autocontrol, puede ser dirigida por el espíritu. Sólo entonces, la parte emotiva será espiritual.
Creo, hermanos y hermanas, que si no tienen prejuicio y están dispuestos a pensar reposadamente sobre estos puntos, descubrirán que la causa de muchos problemas en su vida espiritual radica en la parte emotiva. ¿A qué se debe que no puedan orar constantemente? ¿A qué se debe que su vida espiritual ante Dios no sea muy normal, sino que un momento es fuerte y de repente es débil? Esto se debe a que su parte emotiva no ha sido ajustada para que llegue a ser moderada, sana, refinada, templada, comedida, tranquila y siempre esté bajo control. No han podido someter su parte emotiva al dominio del espíritu. Su parte emotiva actúa de manera individual y domina al espíritu, les molesta continuamente. Así que, para ser hombres apropiados de oración, nuestra parte emotiva debe someterse al espíritu y permitir que el espíritu ocupe el primer lugar. Así, podremos mantener una vida de oración normal.
Aquí examinaremos la función de la parte emotiva y la relación que ésta mantiene con el espíritu. Sabemos que la parte emotiva es el órgano por el cual el hombre se expresa a sí mismo. La mente le da al hombre la manera de expresarse, porque a través de ella el hombre sabe cómo expresarse; sin embargo, es la parte emotiva del hombre la que expresa directamente al hombre mismo. De igual modo, Dios se expresa en gran medida desde nuestro espíritu a través de nuestra mente, pero se expresa aún más a través de nuestra parte emotiva. Cuando uno ora, es la facultad de la parte emotiva la que directamente expresa la carga en el espíritu. Por ejemplo, puede ser que el Espíritu Santo nos comunique una sensación de aflicción y de arrepentimiento, pero carecemos de tal sentimiento de aflicción y permanecemos sonriendo y contentos. ¿Cómo entonces podremos expresar una oración con un tono de aflicción? En esto podemos ver la importancia que tiene la parte emotiva para el espíritu. La expresión del hombre está relacionada con la parte emotiva, y la expresión de Dios se lleva a cabo principalmente a través de nuestra parte emotiva. Una persona sin sentimientos no tiene la manera de expresar a su espíritu ni a Dios. Así que, una persona que vive ante Dios y ora, debe tener sentimientos, incluso debe tener abundancia de sentimientos. Todos aquellos cuya parte emotiva es fría como el hielo, nunca pueden ser espirituales.
Esto no significa que si somos muy sentimentales automáticamente somos espirituales. Al contrario, es posible que la abundancia de sentimientos nos suma en confusión. Para ser espirituales sin llegar a la confusión, necesitamos tener una parte emotiva moderada, sana, refinada, templada, comedida, tranquila, controlada, espiritual y abundante. Si aprendiéramos todas estas lecciones, nuestra parte emotiva sería muy útil y preciosa. Y sería muy capaz de expresar a Dios como también de expresar al espíritu. Tal persona es muy docta en la oración, y Dios puede expresarse más a través de ella.
Si estudiamos la historia de la iglesia y leemos la biografía de hombres espirituales, descubriremos que todos los hombres espirituales estaban llenos de sentimientos. Cuanto más espiritual sea una persona, más rica es su parte emotiva. En la Biblia encontramos un profeta llorón, que se llamaba Jeremías. Él dijo: “Mi ojo fluye agua” (Lm. 1:16), y, “Arroyos de aguas derraman mis ojos” (3:48). Él era realmente un profeta que lloraba. El sentimiento de llorar pesaba mucho en él. Pero cuando leemos el libro de Jeremías, podemos detectar que, aunque él lloraba, su parte emotiva había sido disciplinada. Su parte emotiva, que se lamentaba y lloraba, había sido restringida de tal modo que Dios podía venir a él y utilizarlo para expresar los sentimientos dolorosos que había en el corazón de Dios. Aunque Dios estaba afligido y dolido por la condición de Su pueblo, Él tenía que encontrar a alguien en esta tierra que tuviera esos sentimientos. Entonces, cuando el Espíritu de Dios descendió sobre tal persona y puso esos sentimientos en el espíritu de éste, él pudo expresar a través de su parte emotiva los sentimientos de dolor de Dios. Si Jeremías hubiera sido un profeta feliz y alegre, Dios no hubiera podido utilizarlo. Por tanto, para que Dios se exprese plenamente en nosotros, necesitamos poseer una parte emotiva espiritual.
De los nueve puntos mencionados, podemos ver que nuestra parte emotiva sólo podrá ser útil en la oración cuando se haya ejercitado hasta el grado que pueda ser utilizada por nuestro espíritu. Levítico 10:6-9 menciona que cuando los hijos de Aarón: Nadab y Abiú, ofrecieron fuego extraño y murieron ante Dios, Moisés les dijo a Aarón y a sus otros dos hijos: “No llevéis desgreñado el pelo de vuestras cabezas, ni rasguéis vuestras vestiduras”, y así les prohibió expresar cualquier sentimiento. Entonces ellos hicieron según la palabra de Moisés. Si en ese momento Aarón hubiera llorado o descubierto su cabeza, ya no hubiera podido ser el sumo sacerdote. Esto no es un asunto sencillo. No es que Aarón no sintiera dolor, pero debía controlar su parte emotiva hasta el grado de serle útil a Dios.
Si la parte emotiva de una persona ha sido ajustada conforme a los diez puntos que hemos mencionado, su parte emotiva podrá cooperar con Dios. Cuando alguien ha ejercitado su parte emotiva a tal grado, entonces puede ser un hombre de oración ante Dios.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.