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Estudio-vida de 1 y 2 Crónicas, Esdras, Nehemías y Esterpor Witness Lee

ISBN: 0-7363-1175-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 21 de 26 Sección 1 de 2

ESTUDIO-VIDA DE NEHEMIAS

MENSAJE TRES

EL RESTABLECIMIENTO
DE LOS ELEGIDOS DE DIOS

(1)

Lectura bíblica: Neh. 8—10

III. LOS ELEGIDOS DE DIOS SON
RESTABLECIDOS COMO NACION

En este mensaje veremos que la nación que Dios había escogido es restablecida (caps. 8—13).

A. Regresan a Dios al volverse
a Su ley, Su palabra

Si queremos ser restablecidos, debemos regresar a Dios volviendo a Su ley, es decir, a Su palabra (cap. 8). Supongamos que una persona caída desea regresar a Dios. Para hacerlo, primero debe volver a la palabra de Dios. Nadie puede regresar a Dios sin volver a Su palabra.

La palabra de Dios nos restablece. Todos tenemos nuestra propia manera de ser, nuestros propios hábitos, pero Dios puede restablecernos por medio de Su palabra. Por eso necesitamos leer la Biblia. La palabra de Dios cambia gradualmente nuestra mente, nuestra manera de pensar. La palabra de Dios está unida al Espíritu (Ef. 6:17). Cuando la palabra obra en nosotros, el Espíritu obra por medio de ella, impartiendo espontáneamente en nosotros la naturaleza de Dios con el elemento divino. Tal vez ni estemos conscientes de esta impartición; pero esta es la manera en que somos restablecidos.

La mayoría de los que volvieron a Jerusalén, de los que salieron de la cautividad de Babilonia, no nacieron en Israel, sino en Babilonia, y fueron criados allí. Así que, el elemento babilónico se había forjado en ellos, y formaba parte de su constitución. Por consiguiente, después de regresar a la tierra de sus padres para ser los ciudadanos de la nación de Israel, necesitaban que un nuevo elemento se forjara en ellos. Esdras fue muy útil en esto, pues por medio de él, el pueblo recibió un nuevo elemento constitutivo, mediante la palabra de Dios.

La constitución de una persona proporciona la base para forjar una nación. Una nación apropiada no es solamente una organización sino también una constitución. Pasa lo mismo con el ejército de un país. Por ejemplo, el ejército de los Estados Unidos está constituido de muchos elementos, los cuales permiten que los soldados a nivel individual reciban los elementos que los constituyen como parte del ejército. De modo que, el ejército es una constitución y no solamente una organización.

El deseo de Dios en cuanto a Israel era tener en la tierra un pueblo que poseyera una constitución divina, a fin de que fuera Su testimonio. El pueblo de Dios, para ser Su testimonio, debía recibir la palabra de Dios. Así, mediante Esdras y Nehemías, el pueblo de Israel, que volvió de la cautividad, fue restablecido colectivamente por Dios y con El, mediante Su palabra, con el fin de formar una nación que llevara el testimonio de Dios.

1. Se reúne todo el pueblo de Israel como
un solo hombre y piden a Esdras que trajese
el libro de la ley de Moisés y se los leyese

Según Nehemías 8:1-8, todo el pueblo de Israel se juntó como un solo hombre en la plaza que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras que trajese el libro de la ley de Moisés y se los leyese. Esdras lo hizo así y bendijo a Jehová, Dios grande, y todo el pueblo contestó: “¡Amén! ¡Amén!”, alzando sus manos; y adoraron a Jehová postrados en tierra. Esto indica que la palabra que Dios había hablado por medio de Moisés había convencido y sometido plenamente al Israel rebelde.

La palabra de Dios es la base sólida sobre la cual el Espíritu de Dios, quien es Dios mismo, nos imparte el elemento divino y forja a Dios en nosotros. Debemos experimentar esto día tras día. Cuando nos reunimos, debemos leer la palabra de Dios; al hacerlo, gradualmente se forjará en nosotros la constitución divina.

Si deseamos que se forje en nosotros una nueva constitución, debemos leer muchas veces los sesenta y seis libros de la Biblia. Yo he leído la palabra por más de sesenta y cinco años, y puedo testificar que tengo otra constitución, gracias a que leo la palabra todos los días. Cada día crece en mí este nuevo elemento.

2. Nehemías, Esdras y los levitas exhortan al pueblo a santificar ese día para Jehová su Dios

Nehemías el gobernador, Esdras el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo, exhortaron a todo el pueblo a santificar ese día para Jehová su Dios y a no lamentarse ni llorar, porque todo el pueblo lloraba al oír las palabras de la ley. Nehemías les exhortó que celebraran no con tristeza, sino con gran gozo y alegría. Al pueblo le resultó difícil hacer esto, ya que habían sido convencidos y sometidos por la palabra, y se dieron cuenta de que eran pecaminosos (vs. 9-10a). Nehemías les dijo: “No os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.” (v. 10b). Entonces “todo el pueblo se fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de grande alegría” (v. 12).


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