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Cristo como la realidadpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3063-3
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CAPÍTULO UNO

LA TIENDA DE REUNIÓN
Y TODAS LAS OFRENDAS

Lectura bíblica: Gn. 1:1, 26-27; 50:26; Éx. 1:1; 40:34, 38; Lv. 1:1-17; 6:8-13; He. 10:5-7; 9:14a; Fil. 2:7-8

Para ver a Cristo como la realidad, lo más importante es comprender que Cristo es la realidad con la cual adoramos a Dios. En el universo, la relación entre el hombre y Dios es la adoración que el hombre le brinda a Dios. Todo lo que somos, todo lo que hacemos y cualquier obra que llevemos a cabo, todo debe servir para que adoremos a Dios. Así pues, cuando nos referimos a la adoración a Dios, todas estas cosas están incluidas.

Tomar a Cristo como nuestra realidad significa tomar a Cristo como nuestro mismo ser, como aquello que hacemos, como nuestro vivir y aun como nuestra adoración a Dios. En cuanto a Cristo como la realidad, creo que conocemos algo en forma general, pero no entendemos muchos de sus detalles. Por siglos esto ha estado oculto en la Biblia y, a pesar de haber estado en las Escrituras, nunca ha sido descubierto ni revelado en forma adecuada. Sin embargo, creo que en estos últimos días más que nunca, este tema ha sido abierto, revelado y descubierto delante de nosotros. Necesitamos tomar un tiempo para ver a Cristo en cada página del Antiguo y del Nuevo Testamento. Por un lado, el Nuevo Testamento es simple y breve, mientras que el Antiguo Testamento nos da un cuadro lleno de detalles. Por ejemplo, en el libro de Levítico podemos ver todos los detalles de Cristo como la realidad con la cual adoramos a Dios.

LA SITUACIÓN EN GÉNESIS Y ÉXODO

En los versículos anteriores, antes de comenzar nuestra lectura del libro de Levítico, leímos los primeros y los últimos versículos de Génesis y Éxodo. Esto tiene mucho significado. En Génesis vemos que en el principio Dios creó los cielos y la tierra, y por supuesto creó al hombre. El hombre fue creado por Dios para expresar a Dios mismo y para representarlo con Su dominio. El hombre era el centro de la creación de Dios, a fin de que Dios fuera expresado y representado. No obstante, al final del libro de Génesis, vemos que el hombre creado por Dios murió y fue puesto en un ataúd en Egipto. ¡Cuán triste y lamentable es esto! Si esto fuese el final de las Escrituras, todos estaríamos terminados. Pero esto no es la consumación final. Después de Génesis está Éxodo, o sea que hay una salida. ¡Alabado sea el Señor! Mas el inicio del libro de Éxodo no es tan glorioso como el de Génesis, donde Dios creó los cielos, la tierra y el hombre. Esto fue maravilloso; pero el hombre cayó, murió y fue puesto en un ataúd en Egipto. Después de esto comienza el libro de Éxodo, con todos los hijos de Israel en Egipto. Todos sin excepción estaban en Egipto. ¡Qué pobreza! Pero que glorioso es llegar al final del libro de Éxodo. Allí vemos que en vez de un ataúd, hay un tabernáculo. En vez de un cadáver, está la gloria shekiná de Dios. El ataúd era individual, mientras que el tabernáculo era corporativo. Donde quiera que encontremos las palabras “el Tabernáculo de la congregación” o “la Tienda de la congregación”, debemos leer “la Tienda de Reunión”. Me gusta mucho esta palabra “reunión”. No es una tienda de individuos, sino una Tienda de Reunión.

DIOS EN LA TIERRA

En Éxodo había una Tienda de Reunión que era la morada de Dios. Él no estaba solamente en los cielos; Él estaba también en la tierra, en la Tienda de Reunión. Cuando llegamos al libro de Levítico, encontramos que Dios hablaba desde la Tienda de Reunión. En el monte de Sinaí Dios habló desde los cielos, pero desde que tuvo una Tienda de Reunión en la tierra, Él habló desde allí. ¡Esto es maravilloso! De todos los ataúdes Dios levantó un pueblo y lo sacó de Egipto para edificarlos juntos, a fin de que llegasen a ser la Tienda de Reunión.

¿Dónde estábamos nosotros antes de ser salvos? Estábamos en un ataúd. Y no estábamos en un ataúd corporativo, sino que estábamos en el mundo, en muchos ataúdes separados e individuales. Todos los hermanos, jóvenes y mayores, estábamos en la misma situación. Todos estábamos “en un ataúd en Egipto”. Pero ¡aleluya, llegó el día cuando el Señor nos llamó a salir de los ataúdes y nos sacó del mundo! Tuvimos un verdadero éxodo. Ahora Él nos ha traído y nos ha congregado en la Tienda de Reunión. ¡Hoy en día todos podemos declarar que hay una Tienda de Reunión en Los Ángeles! No hay necesidad de que Dios hable desde los cielos porque Él ahora tiene una Tienda de Reunión. Hoy en día el Señor habla desde las iglesias locales, y las iglesias locales son las Tiendas de Reunión.

Después de la creación efectuada por Dios y de la caída del hombre, y por medio de la redención, hay una Tienda de Reunión. ¡Para mí esto es muy maravilloso! ¡Estoy tan entusiasmado porque veo la Tienda de Reunión! Nunca debemos sentirnos desalentados o derrotados, pues tenemos la Tienda de Reunión. La Tienda de Reunión es una victoria gloriosa sobre todas las obras mortíferas de Satanás. Dios es sumamente victorioso y exitoso. Todos debemos estar entusiasmados y llenar de entusiasmo a otros. Miren a la gente en el mundo actual. Todos tienen una cara tan triste y están tan decepcionados, pero nosotros estamos contentos y animados. ¡Alabado sea el Señor, hoy en día en la ciudad de Los Ángeles, en el distrito de Hollywood, hay una Tienda de Reunión!


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