Economía de Dios y el misterio de la transmisión de la Trinidad Divina, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-7101-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-7101-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Entre estos tres capítulos —Juan 14, 15 y 16— el pasaje más importante es 14:7-20. Sin embargo, antes de presentar los puntos principales de esta sección, necesitamos tener primero un conocimiento general acerca de su posición en este libro. El capítulo 14 se incluye bajo la primera sección secundaria de la segunda sección principal. Además, esta sección secundaria se subdivide a su vez en tres secciones más pequeñas. La primera sección pequeña, que comprende todo el capítulo 14, trata acerca de cómo “El Dios Triuno se imparte al hombre para producir Su morada”. Esta sección pequeña se divide en cuatro puntos secundarios. El segundo de ellos es: “El Dios Triuno se imparte en los creyentes”, y comprende los versículos del 7 al 20. Éste es el punto que abarcaremos. Este punto se divide a su vez en dos puntos más pequeños, y el primero de ellos es: “El Padre corporificado en el Hijo y visto entre los creyentes” (vs. 7-14); y el segundo es: “El Hijo es hecho real como Espíritu para los creyentes a fin de permanecer en ellos” (vs. 15-20).
En 14:7 el Señor les dijo a los discípulos: “Si me conocieseis, también a Mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”. Después de escuchar estas palabras, Felipe dijo: “Señor, muéstranos el Padre, y nos basta” (v. 8). Felipe estaba un tanto desconcertado por las palabras del Señor. Aunque probablemente pensó que dichas palabras eran muy significativas cuando las oyó por primera vez, no entendió su verdadero significado; así que respondió equivocadamente al pedirle al Señor que les mostrara al Padre. Lo que el Señor quiso decir cuando les dijo esto a los discípulos era que ellos habían visto al Padre puesto que ya habían visto al Hijo. Sin embargo, a Felipe le parecía que habían visto al Señor por tanto tiempo, pero aún no habían visto al Padre. Ellos escucharon que el Señor les decía que vieran, pero en realidad no veían nada. Por lo tanto, por ignorancia él dijo que si el Señor les mostraba al Padre, ello les bastaría.
Felipe en realidad nos representa a nosotros y cada uno de nosotros es un Felipe. No sólo los hermanos son Felipe, sino que las hermanas también lo son. Todos los que hablan de manera disparatada, todos los que hablan sin ninguna revelación, son un Felipe. Hoy en día, casi todos los que están en el cristianismo son un Felipe: los que están en la Iglesia Católica son un Felipe, y los que están en las iglesias protestantes también son Felipe. Los que son llamados fundamentalistas son Felipe, los pentecostales son Felipe y, más aún, los modernistas son Felipe (de hecho, éstos son Felipes malignos). Todos los que predican la palabra sin conocer el misterio de la Trinidad Divina hablan disparates y, por ende, son un Felipe. Hoy en día casi todo lo que se predica en el cristianismo está completamente desviado y se halla lejos del tema central: la Trinidad Divina. Todo el que no basa su hablar en la revelación de la Trinidad Divina habla disparates y es un Felipe. Incluso cuando prediquemos la verdad en cuanto a la justificación por la fe o en cuanto a la redención efectuada por medio de la preciosa sangre, no debemos predicar tales verdades aparte del misterio de la Trinidad Divina.
Todos los maestros de la Biblia saben que el Nuevo Testamento contiene los cuatro Evangelios, los cuales hablan acerca de cuatro aspectos del Señor Jesús. Esto es con el propósito de poder presentar un cuadro exacto. De manera semejante, si usted desea hacer una estatua de bronce de una persona, tiene que tomar cuatro fotos de ella para usarlas como base a fin de crear una estatua que sea exactamente igual a la persona, pues de lo contrario no se verá muy real. Al comienzo del Nuevo Testamento tenemos los cuatro Evangelios: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. La mayoría de las personas está de acuerdo en que Mateo nos habla del Señor Jesús como Rey, que Marcos nos lo presenta como esclavo y que Lucas lo muestra como hombre. Sin embargo, con respecto a Juan, no muchos se atreven a decir que nos habla del Señor Jesús como Dios. Si no tenemos suficiente revelación ni conocimiento acerca del misterio de la Trinidad Divina revelada en el Evangelio de Juan, ciertamente no tendremos ningún denuedo ni confianza para afirmar esto. Necesitamos tener un conocimiento particular en cuanto al misterioso Dios Triuno.
Permítame usar el idioma como ejemplo. En chino algunas palabras tienen casi la misma pronunciación y, por eso, deben ser pronunciadas cuidadosamente para no ser mal entendidos. Yo he estado hablando mandarín de Shantung desde mi juventud, y por eso mi pronunciación del mandarín estándar por lo general no es muy precisa. Por ejemplo, mi apellido es “Lee”, y el apellido de soltera de la hermana Lee es “Li”. Cuando pronuncio estos dos apellidos, los demás no pueden escuchar claramente la distinción entre “Lee” y “Li”, porque la pronunciación de estas dos palabras es muy parecida. Debido a esto, siempre que alguien me pregunta: “¿Cuál es el apellido de soltera de su esposa?”, siempre titubeo y no me atrevo a decirlo porque no me siento seguro si voy a pronunciarlo correctamente. Del mismo modo, si nosotros no tenemos un entendimiento profundo y detallado de las palabras de misterio halladas en el Evangelio de Juan en cuanto al Dios Triuno, definitivamente no tendremos el denuedo para hablar de ellas.
En realidad, el misterio hallado en los cuatro Evangelios es el mismo que el del Evangelio de Juan, y el misterio hallado en Juan es el Dios Triuno.
Con respecto a la relación del Señor para con nosotros, el primer aspecto del misterio hallado en el Evangelio de Juan, como se muestra en el bosquejo, es que el Señor Jesús es la Palabra. Cuando el Señor vino, Él empezó a relacionarse con nosotros como la Palabra. Juan no empieza diciendo: “En el principio era Dios”, sino que empieza diciendo: “En el principio era la Palabra”. El hecho de que Dios sea llamado la Palabra indica que Él tiene una relación con el hombre. Supongamos que yo viniera a usted y simplemente lo mirara y le permitiera mirarme a mí. Si simplemente nos miráramos sin decir nada, nada sucedería. Pero una vez que abro la boca para hablar, empezamos a tener una relación. Cuando hablo, entonces usted responde. Cuando vuelvo a hablarle, usted responde nuevamente. Así, con tal comunicación de hablar y responder, va desarrollándose una relación. Esta relación inicia y se forma por medio de las palabras. ¿Qué es esto? Es la historia de la palabra. Las palabras son el medio por el cual dos personas desarrollan una relación. Cada día ocurren cosas nuevas en todo el mundo. Nosotros desarrollamos una relación con las noticias porque éstas nos son comunicadas por medio de las palabras de los medios de comunicación, como la radio, la televisión, las revistas y los periódicos.
A fin de tener una relación con el hombre, el Dios Triuno debe ser la Palabra. Si Él no fuera la Palabra, no tendría ninguna posibilidad de tener una relación con el hombre creado. Por lo tanto, la Palabra es muy crucial en toda la Biblia. Incluso cuando Dios creó todas las cosas, Él lo hizo por medio de Su palabra, que es Él mismo. Por ejemplo, yo les estoy hablando ahora, y las palabras que les hablo son nada menos que mi misma persona. Si les digo cosas equivocadas, no sólo mis palabras serán condenadas, sino que yo mismo seré condenado, pues soy uno con mis palabras. Ambos —mis palabras y yo— somos inseparables. Si usted fuera acusado en un tribunal por decir palabras equivocadas y fuera hallado culpable por el juez, no podría decir: “Su Señoría, yo no estoy equivocado; fueron mis palabras las que estaban equivocadas. Usted puede condenar mis palabras, pero no puede condenarme a mí”. Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra, y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. La Palabra es Dios mismo.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.