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Cuatro elementos cruciales de la Biblia: Cristo, el Espíritu, la vida y la iglesia, Lospor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6380-8
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EL HOMBRE ES UN VASO CREADO
PARA CONTENER A DIOS

La Biblia empieza hablándonos de Dios y el hombre. Génesis 1 dice que después de crear los cielos, la tierra y todas las cosas, Dios creó al hombre en el sexto día. Él creó al hombre de una manera muy particular; lo creó a Su imagen y conforme a Su semejanza. Las palabras imagen y semejanza indican que el hombre no sólo fue creado para ser exactamente igual a Dios, sino también para ser un vaso que le contuviera. Romanos 9 dice claramente que nosotros somos vasos de Dios. No fuimos creados para ser instrumentos de Dios, sino vasos Suyos. Un vaso, un recipiente, no sirve para hacer cosas ni para hacer algún trabajo, sino para contener algo. Podemos usar el guante como ejemplo. Un guante es hecho conforme a la forma y semejanza de la mano. Aun si usted no supiera cómo debe usarse un guante, en cuanto viera uno de inmediato vería claramente que fue hecho para contener su mano. Un guante es hecho exactamente igual a la mano con el propósito de contener la mano. De igual manera, Dios creó al hombre exactamente igual a Él con el propósito de que éste le contuviera.

Génesis 1:26 habla de que Dios creó al hombre, y luego 2:9 habla del árbol de la vida. El primer pasaje nos habla del recipiente, y el último nos habla del contenido. Después de crear al hombre, Dios plantó un huerto en Edén, al oriente, y puso al hombre allí. El árbol de la vida estaba en medio del huerto. Además, había un río que fluía para regar el huerto, y en el río había oro, bedelio y ónice. Podemos comparar el propósito del diseño de Dios en la creación con una mesa servida. Cuando vienen personas invitadas a nuestra casa, primero acomodamos la mesa, luego ponemos una jarra de agua y por último unos vasos. Con una mirada los invitados de inmediato pueden darse cuenta de que los vasos son para contener el agua. Igualmente, el hombre era el “vaso” que Dios había creado, y el árbol de la vida era el “agua”. Cuando Dios puso al hombre frente al árbol de la vida, ello indicaba que Él quería que el hombre, el vaso, le recibiera a Él, la vida. La Biblia empieza hablándonos de este asunto, y a medida que avanza también nos lo recalca.

LAS CREENCIAS ERRÓNEAS DEL CRISTIANISMO

Algunas personas que están en el cristianismo hoy sólo tienen un entendimiento superficial de las verdades bíblicas, pero aun así nos calumnian, acusándonos de enseñar herejía. Cierto grupo hizo una declaración afirmando que las doctrinas fundamentales de la Biblia son solamente las palabras que habló Jesucristo a Sus doce discípulos en la tierra, y que todo lo demás no es fundamental. Ellos hablan con mucho denuedo y confianza como si todos los razonamientos estuvieran de su parte, pero esto en realidad saca a relucir su ignorancia. No solamente este grupo ha hecho esta declaración; también algunos de una denominación destacada en el Oriente han dicho casi lo mismo. Algunos de entre ellos han dicho: “A nosotros únicamente nos interesan los cuatro Evangelios; no nos interesan las Epístolas”. Esto nos muestra que el recobro del Señor, al afrontar esta situación, indudablemente está peleando la batalla por la verdad.

En Juan 16:12-13 el Señor Jesús claramente les dijo a Sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de realidad, Él os guiará a toda la realidad”. Si las enseñanzas fundamentalistas incluyeran únicamente las palabras que Jesucristo habló a Sus discípulos en la tierra, ¿no sería contradictorio lo que el Señor afirmó aquí? Las palabras del Señor Jesús indican que Él aún tenía muchas cosas importantes que no podía decir a los discípulos en aquel entonces porque no las entenderían. Ellos tenían que esperar hasta más tarde cuando el Espíritu de realidad viniera y les dijera dichas cosas. Según la Biblia, después que el Espíritu vino, ¿por medio de quién habló? Principalmente lo hizo por medio de Pablo. El Nuevo Testamento consta de veintisiete libros, y solamente Pablo escribió catorce Epístolas. Si únicamente lo que Jesucristo habló a Sus discípulos en la tierra cuenta como enseñanzas fundamentalistas, y no las catorce epístolas de Pablo, entonces el Nuevo Testamento quedaría reducido a la mitad y, por ende, estaría incompleto.

Con el fin de defender la verdad, publicamos un folleto titulado What a Heresy—Two Divine Fathers, Two Life-giving Spirits, and Three Gods [¡Qué herejía!: Dos Padres divinos, dos Espíritus vivificantes y tres Dioses]. En este folleto señalamos que, con respecto al Dios Triuno, a muchos cristianos únicamente les interesan las tradiciones; no les importan las palabras claras y precisas de la Biblia. A fin de guardar las tradiciones, ellos incluso creen en dos Padres divinos, dos Espíritus vivificantes y tres Dioses. En primer lugar, Isaías 9:6 dice claramente que el Hijo es llamado Padre eterno. Sin embargo, algunos tergiversan este versículo diciendo que, según el hebreo, la palabra eterno no es un adjetivo sino un sustantivo; por consiguiente, la expresión Padre eterno significa Padre de la eternidad, tal y como se dice que George Washington es el padre de los Estados Unidos y que Thomas Edison es el padre de la electricidad. Así pues, según ellos, el Padre eterno se refiere a otro Padre, no al Padre que figura entre el Padre, el Hijo y el Espíritu. En segundo lugar, en 1 Corintios 15:45 Pablo dice: “Fue hecho [...] el postrer Adán, Espíritu vivificante”. El postrer Adán, quien es Cristo, fue hecho Espíritu vivificante en la resurrección. Sin embargo, algunos también tergiversan este versículo, diciendo que esto se refiere al Espíritu vivificante, y no al Espíritu Santo. En otras palabras, además del Espíritu Santo, ellos creen que hay otro llamado Espíritu vivificante. Tercero, concerniente a la verdad del Dios Triuno, ellos dicen que el Padre es un Dios, el Hijo es un Dios, y el Espíritu es un Dios, y que los tres están separados el uno del otro porque son tres personas. Esto nos muestra que su conocimiento de la verdad es completamente superficial e incluso erróneo. Debido a su ignorancia en cuanto a la verdad, ellos incluso preguntan: “¿Cómo puede Cristo, quien es el gran Amo soberano, morar en los creyentes? ¿Cómo puede nuestro cuerpo, que es tan pequeño, contenerlo a Él?”. Es evidente que estas personas sencillamente no conocen la verdad.

En la teología china se halla la enseñanza de “tres personas, pero un solo cuerpo”. Por lo general, la gente piensa que esta frase se refiere a tres personas que tienen un solo cuerpo físico. En una denominación destacada en el Oriente, se exhibe un cuadro en el que aparece la figura de un cuerpo con tres cabezas; ésta es la supuesta Trinidad de ellos. Según la historia de la teología de los primeros días, los misioneros occidentales, al traducir la terminología teológica, crearon la frase “tres personas, pero un solo cuerpo” con la ayuda de sus maestros chinos. Sin embargo, la palabra cuerpo no se refiere a un cuerpo físico sino a una sustancia. Por lo tanto, la expresión “tres personas, pero un solo cuerpo” debe entenderse como “tres personas, pero una sola sustancia”. Colosenses 2:16-17 dice que la comida, la bebida, los días de fiesta, las lunas nuevas y los Sábados son sombras, pero que el cuerpo (la sustancia) es de Cristo. Éste es el uso apropiado de la palabra cuerpo en la expresión “tres personas, pero un solo cuerpo”. Tengo la confianza de decir esto porque he estudiado la Biblia a cabalidad y examinado toda la historia de la teología.

También hay otros que dicen que es una herejía enseñar a las personas a comer al Señor Jesús. Sin embargo, la enseñanza respecto a comer al Señor Jesús no es mi enseñanza; esto fue algo que el Señor mismo enseñó en Juan 6:57. Él dijo: “El que me come, él también vivirá por causa de Mí”. Los traductores de la versión Chinese Union traducido al mandarín no se atrevieron a traducir literalmente este versículo, así que lo tradujeron: “El que come Mi cuerpo”. Ellos se basan en que el Señor repite dos veces la frase: “El que come Mi carne y bebe Mi sangre” (vs. 54, 56), y que también dice: “Y el pan que Yo os daré es Mi carne” (v. 51b). Sin embargo, traducir el versículo 57 como “el que come Mi cuerpo” crea un problema, pues hace que las personas piensen que el cuerpo físico del Señor es comible. Ellos no ven que en el versículo 63 el Señor explica esto, diciendo: “El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha”. Esto significa que el Señor no les da a las personas Su cuerpo físico para que lo coman, porque esto no les aprovecharía para nada. Lo que Él les da a las personas es el Espíritu que da vida, es decir, Él mismo en resurrección. No sólo eso, sino que lo dicho por el Señor en los versículos 54 y 56: “El que come Mi carne y bebe Mi sangre”, implica Su muerte. La separación de la sangre y la carne indica que el Señor dio Su cuerpo y derramó Su sangre para que nosotros pudiéramos tener vida eterna. También hemos dicho que comer al Señor es una forma figurativa de hablar; y significa recibir al Señor en nosotros como nuestro suministro de vida. Éste es el verdadero significado de comer al Señor. Sin embargo, sin escudriñar este asunto, los opositores se precipitan a decir que comer al Señor es una herejía. De hecho, la verdadera herejía es decir que se come el cuerpo físico del Señor. Ésa es una mentira con la cual Satanás engaña a las personas en su modo de operar en el cristianismo.


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