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Vencedores que Dios busca, Lospor Watchman Nee

ISBN: 978-0-7363-0651-5
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CAPITULO SIETE

¿QUE SOMOS NOSOTROS?

(El siguiente mensaje, dado por el hermano Watchman Nee en Shanghai, en enero de 1934, durante la tercera conferencia acerca de los vencedores, se traduce de las notas tomadas por el hermano K. H. Weigh.)

Lectura bíblica: Jn. 1:22; 2 P. 1:12

Abordemos esta pregunta: ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hacemos aquí? No hemos hablado sobre esto antes porque, en cierta medida, es algo incómodo hablar de nosotros mismos. Sin embargo, aunque no hemos mencionado este asunto, se nos ha preguntado: “¿Quiénes son ustedes?” Algunos han dicho que somos la Iglesia del Avivamiento o la Iglesia de la Manada Pequeña o la Iglesia El Cristiano (Nota del Editor: El hermano Nee publicaba una revista llamada El Cristiano). Por esta razón, quisiéramos dar respuesta a esta pregunta.

En primer lugar, debemos aclarar que no somos nada en particular. No somos otra denominación ni una secta ni un movimiento ni una organización. No tenemos la intención de unirnos a alguna secta ni de formar nuestro propio grupo. No existiríamos independientemente, si no fuera porque tenemos un llamado especial, y una comisión de parte de Dios. Estamos aquí porque Dios nos hizo un llamado especial.

CONFIRMADOS
EN LA VERDAD PRESENTE

En 2 Pedro 1:12 aparece la expresión “confirmados en la verdad presente”, que también se puede traducir “la verdad actual”. ¿Qué es la verdad actual? En realidad, todas las verdades constan en la Biblia; sin embargo, por la insensatez, la infidelidad, la negligencia y la desobediencia del hombre, muchas de las verdades se perdieron al quedar ocultas al hombre. Aunque las verdades estaban ahí, el hombre no las veía ni las tocaba. Sólo cuando llega el cumplimiento del tiempo, Dios corre el velo de ciertas verdades durante períodos específicos y las da a conocer una vez más.

Las verdades que recientemente son reveladas, no acaban de ser inventadas por Dios, sino que son descubiertas por el hombre. No tenemos necesidad de inventar, pero si de descubrir. En generaciones anteriores, Dios reveló diferentes verdades. En ciertas épocas hizo que los hombres descubrieran verdades específicas. Podemos ver esto con claridad en la historia de la iglesia.

Tomemos el caso de Martín Lutero en el siglo dieciséis. Dios le abrió los ojos y le reveló lo que es la justificación por fe. El fue un vaso que Dios usó para que descubriera la verdad de que el hombre es justificado por la fe. Esto no quiere decir que antes de Lutero no existiese la justificación por fe. El hecho ya existía antes de aquellos días, pero Lutero simplemente comprendió esta verdad de una manera convincente y la defendió. Por esta causa, esa verdad fue la “verdad presente” de aquella época.

El obrero del Señor debería inquirir delante de Dios cuál es la verdad presente. Debemos preguntar: “Dios, ¿cuál es la verdad actual?” Aunque en la Biblia hay muchas verdades importantes, lo que necesitamos conocer es la verdad presente. No sólo necesitamos conocer las verdades generales, sino que también debemos entender claramente cuál es la verdad presente que Dios revela.

LA VERDAD RECOBRADA
DURANTE EL SIGLO DIECISEIS

A partir del siglo dieciséis, Dios ha estado recobrando diferentes verdades. El siglo dieciséis fue la era de la Reforma. En ese entonces hubo un cambio monumental en la religión. Eso no significa que antes de esa época no había recobro alguno. Dios había recobrado otras verdades antes de los días de la Reforma. Sin embargo, a partir del siglo dieciséis se comenzaron a recobrar verdades importantes. Tenemos que examinar la historia desde el período de la Reforma, como uno de los cuatro lapsos [en que clasificamos la historia de la iglesia]. El primer período es la Reforma; el segundo período, es el tiempo posterior a la Reforma, que se extiende desde el siglo dieciséis hasta el siglo dieciocho; el tercero es el siglo diecinueve; y el último período es el siglo veinte.

Examinemos primero la Reforma que introdujo Lutero. Cuando Dios lo usó, él vio la luz y se propuso que el hombre regresara a la verdad expresada en el libro de Romanos. En la actualidad muchas personas evalúan la obra de Martín Lutero desde una perspectiva política y creen que él inició un movimiento político. Sin embargo, después de leer el diario de Lutero, sus escritos y sus libros, se puede ver que sus motivos y sus metas eran correctos. Lo mejor que podemos hacer en cuanto a él, es darle crédito por recobrar la verdad de la justificación por fe. Por supuesto, Dios no recobró todas las verdades por medio de Lutero. Este solamente sacó a la luz la verdad de la justificación por la fe; no sugirió cambios radicales con respecto a la iglesia. Por ejemplo, reconocía una iglesia estatal y estaba de acuerdo con que la iglesia constituyera parte del estado. No recibió revelación sobre este punto. Debido a lo anterior, cierto tiempo después, la denominación luterana se convirtió en la religión oficial de Alemania. En cierta ocasión, Lutero dijo que la iglesia no debía ser controlada por el estado; sin embargo, consideraba que los asuntos administrativos eran transitorios, temporales y pertenecientes al atrio, y no eran asuntos que pertenecieran al lugar santo. Por consiguiente, él no fue muy detallado al respecto. Dios permitió que lo pertinente a la administración de la iglesia no se resolviera en el tiempo de Lutero. Aunque este asunto no se recobró, la verdad acerca de la justificación por fe sí se recobró ampliamente. Dios extrajo esta verdad, la cual yacía enterrada en las tradiciones, opiniones humanas y credos, e hizo que se conociera y se predicara una vez más. Quienes nacieron en esa época debían predicar esta verdad y exhortar a los demás con respecto a ella; de lo contrario, no se habrían considerado obreros fieles de Dios en esa época.


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