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Edificación de la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7483-5
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EL PROPÓSITO DE DIOS Y LA REVELACIÓN DIVINA
EN ESTA ERA ES LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA

Nuestro Dios sigue avanzando; Él todavía está laborando hoy. Por un lado, la revelación divina de la vida de iglesia apropiada en el recobro del Señor es nueva; por otro, es antigua, puesto que el apóstol Pablo vio esta revelación. Sin embargo, a través de las generaciones el cristianismo perdió esta revelación. En este siglo Dios empezó a recobrar Su revelación original. En el mundo occidental, que por siglos ha sido saturado del cristianismo tradicional, Dios no pudo encontrar el suelo virgen que necesitaba para recobrar Su revelación original. Fue por ello que Él se vio obligado a ir a la pobre China, donde ganó a algunos de nosotros y abrió nuestros ojos.

Lo que el Dios todopoderoso está haciendo en esta era es levantar iglesias locales a fin de establecer la vida de iglesia. En un sentido esto equivale a edificar el arca en esta era. Esto pondrá fin a esta generación torcida y perversa (Fil. 2:15) e introducirá la era del reino. En Mateo 24:37 y en Lucas 17:26 el Señor Jesús comparó la condición de la generación actual a la de los días de Noé. Él dijo: “Porque como fueron los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues así como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no se dieron cuenta de que venía el juicio hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre” (Mt. 24:37-39). Hoy las personas están ocupadas trabajando a fin de comer mejor, conducir mejores autos, tener casas más grandes y encontrar mejores parejas con quien casarse. Si su matrimonio no les satisface, sienten que pueden divorciarse de su esposo y volver a casarse. Ésta es una era de comer, beber, casarse y darse en casamiento. A casi nadie le interesa el propósito eterno de Dios. Incluso entre los creyentes, es difícil encontrar a alguien que se interese por el propósito eterno de Dios. Muchos llevan años de ser cristianos, pero nunca han escuchado la expresión el propósito eterno de Dios. Únicamente han oído hablar del infierno y del cielo, de lo relacionado con nuestro propio bienestar, pero nunca han oído nada en cuanto al propósito eterno de Dios.

Hace unos cincuenta años, debido a la situación desesperada del cristianismo en el mundo occidental el Dios que siempre lleva adelante Su obra se vio obligado a ir a China, una tierra pagana, donde ganó a algunos de nosotros y abrió nuestros ojos. Allí empezamos a ver una revelación en cuanto a la vida de iglesia apropiada. Aunque yo era un joven creyente, el Señor abrió mis ojos para ver esta revelación por causa de Su recobro. En 1933 un hermano me invitó a su casa para cenar con un pastor que era muy respetado. Durante la cena el pastor me dijo: “Señor Lee, si usted se olvida del testimonio de la iglesia local, todas las iglesias en nuestra ciudad lo invitarán a hablar. Cada domingo una iglesia diferente lo invitará a dar un mensaje y todos los miembros nuestros vendrán a escucharlo. Muchas puertas se le abrirán si usted simplemente cierra las puertas de su local de reuniones y deja de practicar la iglesia local”. Yo le contesté: “Gracias, pero yo siento carga al respecto y ya tengo bastante por hacer”. Algunos misioneros me advirtieron que no tocara el asunto de la iglesia, sino que sólo predicara el evangelio. En mi corazón me dije a mí mismo: “Si me dejaran en medio del Océano Pacífico, aún les hablaría a los peces acerca de la iglesia”.

La razón por la que siento carga es que he visto una revelación. Después que hemos visto algo, no podemos negar jamás que lo hemos visto. Si vemos a alguien de pie frente a nosotros, no podemos decir que no vemos a esa persona. En 1958 me invitaron a Dinamarca y me dieron una calurosa bienvenida, pero los líderes allí me advirtieron que no hablara más acerca de la iglesia. Debido a que no acepté su amistoso consejo, perdí su amistad, pero a cambio gané una comunión más genuina. Si hubiera aceptado su consejo, no estaría con todos los santos aquí hoy. Me regocijo porque mi relación con los santos en el recobro del Señor no es una amistad, sino una comunión genuina.

Estamos en una era en la que Dios tiene un propósito definido que cumplir. Dios está esperando encontrar un grupo de personas que sean fieles a Su revelación a fin de poner fin a esta era e introducir la era venidera del reino. No tengo duda de que nos encontraremos con el Señor en este camino del recobro. Así que seguimos avanzando. El Señor viene en camino a encontrarse con nosotros, y nosotros vamos en camino a encontrarnos con Él. Estamos en el camino de Su recobro, el camino de la vida de iglesia apropiada. La manera de practicar la vida de iglesia apropiada no consiste solamente en reunirnos en el terreno apropiado de la iglesia, ni meramente en practicar el orar-leer, el invocar del nombre del Señor, ni en decir: “¡Amén! ¡Alabado sea el Señor! ¡Aleluya!”. La manera de practicar la vida de iglesia apropiada es estar en el espíritu para edificar la iglesia.


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