Entrenamiento de perfeccionamientopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4812-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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No, la cultura no es el origen de la opinión; la cultura es el desarrollo de la opinión. O puede decir que la cultura es lo que se ha cultivado de esta fuente de la opinión. Me gustaría definir la opinión de esta manera: la opinión es simplemente una persona alejada de Dios. Cuando una persona está sin Dios y está alejada de Dios, ella misma es la fuente de la opinión. Ella incluso es la corporificación de la opinión. ¿Qué fue la caída? La caída fue una clase de alejamiento de Dios. Antes de la caída, el hombre estaba con Dios y el hombre tenía a Dios con él. Luego vino la caída y arrastró al hombre alejándolo de Dios. Desde ese momento, el hombre se volvió una persona alejada de Dios y sin Dios. A raíz de esto, esta persona se convirtió en el origen y en la corporificación de la opinión. Por nuestra naturaleza caída, por nuestro ser natural, nosotros somos la corporificación misma de la opinión. No importa si sea bueno o malo, si su concepto sea alto o bajo, o si su idea sea buena o mala, ésta no es nada mas que opinión. A usted le gusta esto, eso es opinión. A usted le gusta aquello, eso es opinión. Usted quiere ser bondadoso, eso es opinión. Usted quiere ser estricto, eso es opinión. Todas estas cosas son sólo opiniones. Una persona caída quien está alejada de Dios y sin Dios es totalmente la corporificación de la opinión. Es correcto decir que en la caída el árbol del conocimiento entró en el hombre y lo hizo la corporificación de la opinión. Lo hizo la propia fuente de la opinión. Cada descendiente del Adán caído es una corporificación de la opinión.
Ahora usted puede ver por qué el Señor ha estado sufriendo aun entre nosotros en Su recobro. Hemos venido al recobro, pero aun así seguimos siendo la corporificación del pecado. Usted ama al Señor y ha visto la iglesia y está a favor del recobro del Señor, pero todavía no ha visto que usted es la corporificación de la opinión. Su ser natural está constituido de opinión. Incluso un bebé pequeño tiene opinión. A los niños pequeños les gusta siempre expresar sus opiniones en contra de las nuestras. Cuando le dice a unos niños que se sienten, ellos dicen no. Cuando les pide que canten, ellos dicen no. Cuando les pide que se callen, ellos quieren cantar. Todo esto es sólo opinión. La opinión es simplemente nuestra naturaleza. Nosotros sólo somos opinión. Debemos darnos cuenta que las opiniones son algo demasiado difícil y demasiado subjetivo. A veces hemos condenado nuestra opinión, pero de manera muy superficial. Nunca hemos considerado que cualquier cosa que digamos es sólo nuestra opinión.
Ahora debemos continuar para descubrir cómo la opinión se ha estado desarrollando y cómo aún se sigue desarrollando. La educación y la cultura son la manera como se cultiva y desarrolla la opinión. Es mucho más fácil predicar el evangelio a una persona graduada de la escuela secundaria que a uno graduado de la universidad. Cuando usted está predicando al graduado de la universidad, puede percibir que es demasiado tarde y que debió haberle predicado el evangelio cinco años antes. Es muy difícil hablar con los catedráticos con respecto a Dios y a Cristo. Esto es cierto especialmente con aquellos que enseñan materias tales como filosofía y psicología. Hay algunos salvos que, después de terminar sus estudios de filosofía, han estado a punto de renunciar a la vida cristiana. El curso de filosofía los despojó de su fe. Así es como se ha cultivado la opinión.
De hecho, si alguien no sabe usar la Biblia, hasta su estudio bíblico puede desarrollar su opinión. En realidad no es la Biblia la que está mal, sino los hombres que han alimentado y desarrollado su opinión al emplear mal la Biblia. Ellos utilizaron e hicieron mal uso de la Biblia para cultivar sus propias opiniones. No solamente es difícil predicar el evangelio a un filósofo, sino que también a muchos cristianos es difícil hablarles sobre cualquier asunto de la verdad genuina. ¿Por qué? Porque han cultivado su opinión a tal punto que ellos nunca podrán experimentar ningún cambio. Así que, todos nosotros debemos humillarnos, ser pobres en espíritu y puros de corazón. Necesitamos orar: “Señor, ten misericordia de mí. No quiero ser una persona cuya opinión no puede ser cambiada. No quiero conservar o seguir cultivando mi opinión. No deseo que mi opinión se desarrolle”.
Es bien aparente que la cultura y la educación son utilizados por el enemigo para cultivar nuestra opinión. ¿Qué otra cosa cultiva nuestra opinión?
La religión.
Debemos poner en una sola categoría a la religión, la cultura y la educación. Ellos son vecinos en el mismo “hueco del topo”. Son diferentes en terminología, pero en naturaleza son iguales. Entonces, ¿qué más cultiva nuestra opinión?
¿Qué tal las experiencias por las que pasamos?
¡Muy bien! Muchas cosas cultivan nuestra opinión. Ustedes deben comprender, sin duda, que la educación, la cultura y la religión son los gigantes. Pero también existe otro desarrollo muy sutil, a saber: nuestra experiencia incluyendo nuestra práctica y nuestros hábitos. Nuestra experiencia, nuestra práctica y nuestros hábitos son pequeños topos en otro hueco.
Éstos son un grupo. Cuantas más experiencias tengan, tanto más fuerte será su opinión y más se fortalecerá. Los jóvenes a veces pasan momentos difíciles con los mayores, porque los mayores han desarrollado plenamente su opinión mediante su diario vivir y sus experiencias. Incluso hay una diferencia entre los jóvenes de quince años y los de dieciocho. Tres años marca una gran diferencia. Aquellos que tienen dieciocho han desarrollado más su opinión.
Debemos ver que nuestra formación, medio ambiente y circunstancias son también una clase de desarrollo de nuestra opinión. Si uno se crió en Japón, tendrá una opinión japonesa. Si se crió en Francia, tendrá una opinión francesa. Si se crió en California, tendrá una opinión californiana. Si se crió en Texas, tendrá una opinión tejana. La opinión es desarrollada por la formación, el medio ambiente y las circunstancias. ¿Qué más desarrolla nuestra opinión?
¿Qué tal nuestra manera de ser y carácter?
Tal vez consideremos nuestra manera de ser y nuestro carácter como cosas que se han desarrollado de nuestra opinión; pero en realidad éstos no son desarrollos. Su temperamento y su manera de ser son solamente su opinión. Le es fácil tener cierto tipo de opinión, porque tiene ese tipo de carácter y manera de ser. En cierto sentido usted es la opinión. Ya sea que sus opiniones están desarrolladas o sin desarrollar, usted es sólo la corporificación de la opinión. Aun algunos años atrás cuando hablé de la opinión, yo no tenía tanta iluminación y tan completa como ahora. Yo aprendí a conocer lo qué es la opinión, no al observar a los demás, sino basado en mi propia experiencia. Descubrí que yo soy la corporificación misma de la opinión. Cuando estoy fuera del Señor, no soy nada más que opinión. Durante la noche, cuando la habitación no tiene luz, no hay nada más que oscuridad. ¿Qué es la oscuridad? Es sólo algo que está alejado de la luz. ¿Qué es la opinión? Es sólo usted y yo cuando estamos alejados del Señor. Cuando estamos fuera del Señor, no somos nada más que opinión. Aunque no me atrevo a decir que he aprendido la lección en su totalidad, el Señor me ha enseñado lo suficiente que cada vez que me percato que no estoy con el Señor, de inmediato debo detenerme. Yo no me atrevo a decir nada ni a hacer nada. Cualquier cosa que yo diga o haga alejado del Señor es sólo opinión. En este entrenamiento de perfeccionamiento no me interesa compartir mucha doctrina. Más bien, estamos realizando una clase de trabajo médico para diagnosticar nuestra dolencia y enfermedad.
Ahora debemos encontrar la medicina para esta enfermedad. ¿Dónde radica la cura para esta enfermedad? No piensen que sólo en los casinos hay gente que lucha sobre las opiniones. Incluso en una escuela bíblica las personas tienen opiniones por las cuales debaten. ¿Cuál es el medicamento apropiado para curar esta enfermedad?
Después de considerar este asunto, comprendí que mientras más avanzamos en la vida de iglesia, más atravesamos por ciertas experiencias, y mientras más aprendemos, espontáneamente corremos el peligro de apegarnos más a nuestras opiniones. Así que, el problema más serio recae en aquellos que han estado con nosotros por más tiempo. Este último día del Señor, compartíamos acerca de Juan 11 en nuestra reunión. Ciertamente ese capítulo está plagado de opiniones. Todos tenían una opinión. Cuando el Señor intervino en esa situación, todo lo que ellos necesitaban hacer era dejar a un lado su opinión y tomar al Señor. Él estaba allí como la vida de resurrección, pero lo que les impidió experimentarle como la vida de resurrección fueron las opiniones. Muchas veces ocurre lo mismo entre nosotros. El Señor está entre nosotros como la vida de resurrección y Él quiere ser la vida de resurrección en nosotros, pero nuestras opiniones hacen que Él llore. No importa cuánto tiempo lleve en la iglesia, yo necesito que la gracia ponga a un lado cualquier cosa que haya ganado, cualquier experiencia por la que haya pasado, y debo asirme del Cristo viviente de una manera resucitada.
Eso es bueno, pero yo diría que es una doctrina y aún no es algo muy práctico. Yo creo que todos nosotros hemos visto cual es nuestra definición del origen de la opinión y realmente nos ha conmovido. Ahora hagamos lo mismo para descubrir cuál es la verdadera medicina para curar esta gran enfermedad. Para esto usted no debe ocuparse mucho de la doctrina, sino considerar su experiencia. De acuerdo con su experiencia, ¿cuál es la manera en la que su opinión pueda ser erradicada o sanada?
Tal vez se logre al contactar al Señor con nuestro espíritu. Algunas veces cuando mi opinión surge, si yo voy al Señor y trato con ella en Su presencia, al ejercitar mi espíritu, soy liberado de mi opinión.
Eso está muy cerca.
¿Debemos simplemente tener tanta claridad en cuanto a las opiniones en una manera práctica, que cada vez que expresemos una opinión debemos tomarlo como una indicación de que estamos alejados del Señor y que necesitamos volvernos al espíritu? ¿Son todas estas manifestaciones que nos hacen volvernos al espíritu para contactar al Señor?
Eso también está muy cerca, pero aún no le da al blanco. Déjenme decirlo de esta manera: nosotros ciertamente hemos descubierto dónde está la opinión. La opinión se encuentra en el lugar donde el Señor no está. Ahora ustedes tienen que decirme dónde está el Señor.
Él está en la Palabra.
¿En la Palabra? Eso no está mal, pero no está tan cerca. ¿Dónde está el Señor?
Él está en nuestro espíritu.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.