Expresión práctica de la iglesia, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-905-4
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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¿Cómo empezó el Señor Jesús la vida de iglesia? Algunas personas tienen el concepto de que Cristo empezó la vida de iglesia con enseñanzas. No, El no hizo eso. El Señor Jesús empezó la vida de iglesia sembrándose en el hombre como semilla de vida. La vida de iglesia simplemente procede de esta misma semilla. El Señor Jesús vino a sembrarse en nosotros y esta semilla de vida produce la vida de iglesia. Mateo 13:3 dice: “He aquí, el sembrador salió a sembrar”. El Señor Jesús vino, no como un maestro para empezar la vida de iglesia con enseñanzas, sino como un sembrador, que se sembró como la semilla de vida dentro del linaje caído. De esta semilla brota la vida de iglesia.
El apóstol Pablo dijo: “Yo planté, Apolos regó” (1 Co. 3:6). No se imagine que Pablo simplemente fue a predicar y Apolos llegó a enseñar. No, Pablo plantó y Apolos regó. Se necesita tanto la siembra como el riego para el crecimiento de vida, el cual proviene de la semilla, quien es Cristo mismo. Me gustan estas tres palabras: sembrar, plantar y regar. Lo que la iglesia local más necesita no son las enseñanzas, sino la siembra y el riego. Es realmente necesario que seamos regados para crecer. Las enseñanzas no nos ayudan a crecer pero el riego sí. Por eso es bastante difícil ver la verdadera vida de iglesia en la tierra, ya que hoy existe poca siembra y riego entre los cristianos. Las enseñanzas sólo matan y dividen, pero el riego contribuye al crecimiento.
En 1 Corintios 3 dice que la iglesia fue plantada y regada, y además menciona que no sólo somos la labranza de Dios, sino también el edificio de Dios. La labranza requiere el crecimiento, y el edificio requiere la edificación. ¿Cómo podemos ser edificados? Mediante el crecimiento. Si queremos tener una vida sana de iglesia con un grupo de creyentes edificados sólidamente, necesitamos ministrar a Cristo como vida para que cada uno pueda crecer. En 1 Corintios 3 se habla del crecimiento y de la edificación; mediante el crecimiento podemos ser juntamente edificados.
En 1 Pedro 1:23 se nos dice que todos nacimos de simiente incorruptible, de Cristo la Palabra viva. Cristo se ha sembrado en nosotros como esta semilla, y de esta simiente nacimos. Después de nacer, como recién nacidos necesitamos la leche de la Palabra a fin de crecer para salvación (1 P. 2:2). Necesitamos ser salvos de muchas cosas, y esta salvación sólo puede llevarse a cabo por el crecimiento en vida, lo cual corresponde a Romanos 5:10, que dice que debemos ser salvos en Su vida. Somos salvos por el crecimiento en vida.
Necesitamos leche y no conocimiento. Los recién nacidos necesitan beber de la leche para crecer. Luego 1 Pedro 2 añade que al crecer, llegamos a ser las piedras vivas para ser edificados juntos. Cuanto más crecemos, más crecemos juntos; cuanto más crecemos, más llegamos a ser una sola entidad; mientras más crecemos, más crecemos hasta ser un edificio. Somos edificados juntos por el crecimiento, no por la organización ni las enseñanzas. La edificación se lleva a cabo por el crecimiento en vida.
Adondequiera que vayamos, no debemos tratar de corregir a otros. Dejemos que estén equivocados y no tratemos de corregirlos ni cambiarlos. Lo que todos necesitan es crecer y nada más. Aun si usted puede corregirlos y calibrarlos, eso no significa nada porque todavía no han crecido en vida.
Lo que se requiere en la vida de iglesia es el crecimiento en vida. No espero ver ningún cambio en los hermanos, más bien, espero verlos crecer. Algunas veces uno puede ver el crecimiento en ciertos hermanos o hermanas, pero parece que no hay cambio exterior; no se preocupe, el cambio aparecerá después. El cambio que surge a causa del crecimiento en vida no sucede pronto. La corrección externa trae resultados rápidos, incluso de la noche a la mañana, pero no proviene de la vida.
Lo que es orgánico crece de modo constante, pero muy lentamente. Por el contrario, todo artefacto fabricado es hecho por esfuerzo humano y de manera muy rápida. Se puede hacer un hombre de cera en menos de dos días, pero a mí no me puede hacer en dos días. ¿Sabe cuánto tiempo tardó hacerme como soy ahora? Tardó más de sesenta años y todavía estoy en el proceso de crecimiento. Esa es la ley de vida. No debemos esperar que un hermano cambie de la noche a la mañana; si lo hace, el cambio no es en vida.
A veces oigo a los cristianos testificar de algún hermano que se convierte en otra clase de persona de la noche a la mañana; pero la próxima noche, quizá llegue a ser una tercera clase de persona. Esto es demasiado rápido. La vida crece constantemente, pero de forma lenta. Necesitamos paciencia para avanzar con los que están en la iglesia y permitirles ser lo que son. A veces quizá tengamos que esperar más de veinticuatro meses, o aun treinta, antes de ver un verdadero cambio. Todas las madres esperan que sus hijos crezcan, pero esto toma tiempo. Si los mira hoy, parece que están igual que ayer; si los ve mañana, están casi igual que hoy; pero después de diez años, habrá un gran cambio. Ese es el crecimiento en vida.
En la iglesia, necesitamos el verdadero crecimiento en vida. No busquemos un cambio rápido, sino que seamos pacientes y ayudemos a las personas a crecer, no por las enseñanzas sino por la vida. A veces algunos verdaderamente dan problemas a la iglesia, pero dejemos que sean difíciles. No perdamos la calma por ello; seamos pacientes y dejémoslos crecer. Simplemente ministrémosles vida poco a poco. ¡Alabado sea el Señor! Después de cinco años, veremos el crecimiento.
Todos los hermanos aquí pueden testificar de que en estos últimos años no hemos usado mucha corrección, pero alabado sea el Señor, ¡mire el crecimiento en vida! El crecimiento en vida es lo que necesitamos, ya que se encarga de todo y nos transforma en lugar de simplemente cambiarnos. Efesios 4:15-16 nos muestra que la verdadera edificación del Cuerpo se realiza mediante el crecimiento: “... sino que asidos a la verdad [la realidad] en amor, crezcamos en todo en aquel”. Y así “...causa el crecimiento del Cuerpo para la edificación de sí mismo en amor”. Por este crecimiento el Cuerpo es edificado.
En cada iglesia local hay cierta cantidad de problemas y dificultades. Esto se debe a que los niños siempre causan problemas, y cada iglesia local tiene muchos niños. Pero esto no nos debe molestar, porque es normal tener problemas en una familia con tantos niños. Si usted tuviera cuatro niños sin ningún problema, dudo que su familia sería normal; por el contrario, esto significaría que todos los niños están muertos. Cuanto más vivos estén, más problemas usted tendrá. No se preocupe tanto por los problemas que haya en su localidad. ¡Alabado sea el Señor, es normal!
Necesitamos aprender a alimentarnos del Señor para así alimentar a otros. Nosotros no necesitamos muchas enseñanzas, así que tampoco debemos darle muchas enseñanzas a otros. Por Su misericordia y gracia tenemos que ayudar a otros a darse cuenta de que todo el tiempo necesitan a Cristo como su vida, y que lo necesitan de una forma práctica y viva. Entonces con el tiempo, veremos el crecimiento.
El contenido de la iglesia no es ninguna clase de capacidad o aptitud. En la iglesia no necesitamos a los que son capaces; pero sí necesitamos que un grupo de personas experimenten a Cristo como vida. Buscamos a los que conocen una sola cosa: a Cristo como su vida. Tal vez ellos parezcan muy simples, insensatos y hasta problemáticos, pero con ellos hay un sentir de vida; es bastante difícil definirlo, pero en ellos existe tal sentir.
Aunque la vida se puede recibir, no se puede definir; no podemos definir la vida, solamente podemos saborearla. Si usted puede describir a otros la iglesia en Los Angeles de una manera clara y definida, me temo que seamos solamente una organización con muchas actividades pero sin vida. Pero si usted dice: “¡Alabado sea el Señor! ¡Aleluya! Cuando estuve en Los Angeles, probé algo maravilloso que no puedo definir”, eso es acertado. Si otros le preguntan qué fue lo que probó, solamente podría decirles a ellos que vayan y lo prueben personalmente.
La iglesia en cada localidad debe tener este sabor de vida. Otros deben sentir que no hay nada aquí sino Cristo como vida; El es tan vivo, disfrutable y sabroso. Existe el sentir pero no se puede describir, y cada uno necesita probarlo personalmente.
Por lo tanto, no debemos introducir ni crear nada en la iglesia que no sea Cristo como vida. El contenido de la iglesia no es nada menos que el Cristo viviente como vida en todos los miembros.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.