Cristo como la realidadpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3063-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Dios necesita de alimento para satisfacer Su hambre, y según la revelación divina, el holocausto no es sólo un sacrificio, sino también un alimento para Dios. Levítico 3:11 al referirse al holocausto, dice: “El sacerdote hará arder todo esto sobre el altar. Es manjar de la ofrenda por fuego a Jehová [heb.]”. Este versículo al igual que en Levítico 21:6, 8, 21 y 22 nos muestra que el holocausto es alimento para Dios. Dios tiene hambre y necesita ser satisfecho; por tanto, debemos proveerle del holocausto como Su alimento.
Todas las diferentes ofrendas no solamente son para nuestro disfrute, sino también para el deleite de Dios; es un disfrute mutuo. Dios disfruta de todas las ofrendas, y nosotros también las disfrutamos. Las ofrendas son tipos de los diferentes aspectos de Cristo. Cristo es tan rico; Él tiene muchos aspectos. Este Cristo tan rico es un disfrute mutuo para Dios y para nosotros. Así que Levítico no es solamente un libro acerca de la ley, sino que es un libro de disfrute.
La primera ofrenda, el holocausto, se ofrece para el deleite de Dios. En ella sólo hay una pequeña porción destinada para nuestro disfrute, que es la piel, y esta piel es para el sacerdote que presenta el holocausto a Dios. Si bien casi todo el holocausto es alimento para Dios, hay una pequeña porción que nos es dada para nuestra cubierta. El holocausto no es para que nosotros lo comamos, sino para que nos vistamos de él. Para Dios el holocausto es un disfrute, y para nosotros es lo que nos cubre (o nuestra cubierta). Nosotros no tenemos el derecho de disfrutar a Cristo como el holocausto que nos sirve de alimento. El holocausto es el alimento de Dios; sin embargo, hay una pequeña porción que nos es dada para cubrirnos. Cuanto más presentamos a Cristo como el disfrute de Dios, más estamos en Cristo, cubiertos con Él. Cuanto más Cristo llega a ser el disfrute de Dios a través de lo que nosotros le presentamos, más Cristo llega a ser nuestra cubierta. Finalmente lo único que otros verán en nosotros es Cristo. La piel del holocausto ha llegado a ser nuestra cubierta, y nosotros hemos llegado a ser uno con el holocausto.
Hay ocho puntos que debemos ver acerca del holocausto. El primero es que Dios está esperando por Su alimento en la Tienda de Reunión. Dios no compra ni produce Su propio alimento. Él está en la Tienda de Reunión esperando recibir Su alimento. Si no hay nadie que labore en la buena tierra, ni nadie que presente el excedente de las riquezas de la tierra en la Tienda de Reunión, Dios no puede obtener Su alimento. ¡Dios depende mucho de nosotros y de nuestra labor en la buena tierra! Él depende de que nosotros le presentemos el excedente de las riquezas de la buena tierra para obtener alimento.
Debemos darnos cuenta de que por siglos Dios ha estado hambriento porque muchos cristianos no han sabido laborar en Cristo como la buena tierra. Simplemente ellos no sabían que cada vez que se reunieran debían traer a Dios algo de Cristo. Ellos sabían cómo tener un buen servicio cristiano, pero no supieron cómo traerle a Dios el excedente de las riquezas de Cristo como el holocausto. Ellos sabían cómo ayunar y clamar a Dios por Su misericordia. Sus oraciones fueron mayormente: “Oh Señor, ten misericordia de nosotros y envíanos un gran avivamiento”. Simplemente ellos no supieron cómo traer las riquezas de Cristo a Dios como Su alimento.
No obstante, alabado sea el Señor que en estos postreros días Él nos ha mostrado esto. Ya no necesitamos reunirnos de esa manera tan pobre que consistía en ayunar, clamar y llorar. Ahora podemos reunirnos con gozo, trayendo el Cristo que experimentamos día tras día. Tenemos un excedente de este rico Cristo, porque hemos laborado en Él cómo la buena tierra día tras día. ¿Para qué tenemos un avivamiento matutino? ¡Solamente para laborar en Cristo! ¿Por qué invocamos el nombre del Señor? ¡Simplemente para laborar en Él! ¿Por qué lo disfrutamos como un banquete en la Palabra todo el día? ¡Simplemente para laborar en Él! Cristo es nuestra buena tierra, y laboramos en Él durante todo el día. Entonces cuando nos reunimos en la Tienda de Reunión tenemos algo de Cristo para presentarle a Dios. Dios está verdaderamente hambriento. Él espera las reuniones para tener algo que comer. No nos reunimos solamente para preparar una mesa para nosotros, sino a fin de preparar una mesa para Dios.
Muchos cristianos siempre están tratando de obtener algo de Dios. Sin embargo, en la Tienda de Reunión lo primero que debemos presentar es el holocausto, pero no para nuestro disfrute sino para el disfrute de Dios. Debemos satisfacer a Dios con el mismo Cristo en quien hemos laborado. Esto va mas allá del concepto que tienen la mayoría de los cristianos. Ellos siempre están buscando a Dios para que Él les dé algo, pero nunca tienen un alimento que ofrecerle a Dios. Debemos laborar en Cristo para tener un excedente que podamos traer a Dios cuando venimos a la Tienda de Reunión. Así le presentamos el holocausto como Su alimento.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.