Información del libro

Núcleo de la Biblia, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4442-5
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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Actualmente disponible en: Capítulo 11 de 20 Sección 4 de 5

EL SEÑOR

Tercero, Cristo es el Señor. Los cielos y la tierra le pertenecen. Nosotros también le pertenecemos. Todas las cosas tienen un dueño, un poseedor. El dueño del universo es Jesús el Señor. Él es dueño de los cielos, Él es dueño de la tierra, y Él es dueño de usted y de mí. Si no cree en Jesús, entonces usted es una persona que no tiene dueño. ¡Cuán lamentable sería esto! Aquellos que no tienen dueño no reciben ningún cuidado ni protección. Si usted no cree en Jesús, no tiene al Señor como su dueño. Sus padres no son sus dueños; su dueño tampoco es su esposo o esposa. El Señor Jesús debe llegar a ser su dueño. Si usted le recibe, Él vendrá a ser su dueño. Usted vendrá a ser Su posesión y Él cuidará de usted. ¡Qué bueno es tener a esta persona que nos posee!

Consideren el ejemplo de mi reloj. Si mi reloj no tuviera dueño, no recibiría ningún cuidado ni protección. Debido a que soy dueño de mi reloj, lo cuido mucho. Si no estuviera en el lugar correcto, no tendría la paz para dormir en la noche. Si yo cuido mi reloj de esta manera, ¿cuánto más no cuidará el Señor a aquellos que posee? ¿Quién cuida de usted? Si no tiene a Jesús, usted no tiene un Señor ni le pertenece a nadie. ¡Cuán agradecido estoy por tener a Jesús! Él es mi Señor y Él cuida de mí.

JEHOVÁ

Cuarto, Cristo es Jehová, el Eterno. De eternidad a eternidad, Él es Jehová. El nombre de Jehová significa Aquel que era, Aquel que es y Aquel que será. El nombre de Jesús incluye el nombre de Jehová, pues significa Jehová el Salvador.

EL PADRE

Quinto, Cristo como el Hijo es el Padre. Aquellos que retienen las enseñanzas tradicionales se sienten muy confundidos cuando nosotros decimos que Cristo el Hijo es el Padre. Sin embargo, no me interesa la tradición ni la historia; lo único que me interesa es la palabra pura de la Biblia. Isaías 9:6 dice: “Porque un niño nos ha nacido, hijo nos ha sido dado [...] Se llamará Su nombre [...] Dios Fuerte, Padre Eterno”. En este versículo se mencionan el niño y el Hijo. El niño nos es nacido, y el Hijo nos es dado. Como todos sabemos, el niño era Jesús, quien nació en el pesebre de Belén, y el Hijo es el Hijo de Dios que nos ha sido dado. El niño que nació en el pesebre es llamado Dios Fuerte, y el Hijo es llamado Padre Eterno. Esto claramente nos muestra que el Hijo es el Padre. Sin embargo, según las enseñanzas tradicionales, es una herejía decir que el Hijo es el Padre. Por esta razón, me han acusado de enseñar herejías cuando cito Isaías 9:6 para mostrar que el Hijo es llamado el Padre eterno. Algunos de los difamadores puede que digan: “El Hijo es el Hijo, y el Padre es el Padre. ¿Cómo puede usted afirmar que el Hijo es el Padre? Hacer tal afirmación es una herejía”. Sin embargo, no me importan las tradiciones ni las enseñanzas de los hombres, sino únicamente lo que dice la Biblia en Isaías 9:6. ¿No se menciona el Padre en Isaías 9:6? Por supuesto que sí. ¿Es el Padre mencionado en este versículo diferente del Padre santo que forma parte de la Deidad? Si usted dice que el Padre de Isaías 9:6 es diferente del Padre de la Deidad, entonces afirma que tiene dos Padres divinos, y se constituiría en un hereje. Tal vez en su mentalidad todavía se aferre al concepto de que el Hijo es el Hijo y de que el Padre es el Padre, y a que no debemos afirmar que el Hijo es el Padre. Si usted dice que es equívoco afirmar que el Hijo es el Padre, entonces no cree completamente lo que dice Isaías 9:6.

Recientemente, los opositores en sus escritos dijeron: “Debemos adherirnos a lo que dice la iglesia histórica. A través de los siglos, la iglesia siempre ha dicho que el Hijo es el Hijo y que el Padre es el Padre. Decir otra cosa es desviarse de la iglesia histórica. Las iglesias locales y Witness Lee se han desviado de la enseñanza de la iglesia histórica”. Sin embargo, no somos los primeros en desviarnos de la iglesia histórica. ¿Qué diríamos de Martín Lutero? En su época la iglesia no creía en la justificación por la fe. Cuando Lutero vio el asunto de la justificación por la fe en las Escrituras, él se apartó de la iglesia histórica. Si no hubiera hecho esto, nada habría sido recobrado. Sin esta desviación, ¿cómo podría haber venido la reforma? Cada vez que el Señor recobra cierto asunto, ello constituye una desviación de la iglesia histórica.

Aquellos que afirman que la iglesia histórica jamás ha enseñado que el Hijo es el Padre son los mismos que se aferran al credo formulado por el Concilio de Nicea. Ellos dicen: “El Credo de Nicea no enseña que el Hijo es el Padre”. Esto me hace recordar un proverbio que dice: “Si tus zapatos fueran más pequeños que tus pies, ¿te comprarías un nuevo par de zapatos o te cortarías los pies para seguir usando los mismos zapatos?”. Si tus pies son demasiado grandes para tus zapatos, no deberías cortarte los pies para que se ajusten al tamaño de los zapatos, sino que más bien deberías comprar un nuevo par de zapatos. Sin embargo, hoy los opositores están tratando de cortarse los pies para seguir poniéndose los mismos zapatos. Lo que ellos tienen es un credo pequeño y estrecho, un credo que es más pequeño y más estrecho que la Biblia. Sin embargo, puesto que no están dispuestos a deshacerse de su credo, prefieren cortar la Biblia para que se ajuste a su credo. Sin embargo, a mí me han condenado porque prefiero conservar la Biblia completa. ¿Creen ustedes en toda la Biblia, incluyendo Isaías 9:6? ¿Creen lo que dice Isaías 9:6 en cuanto a que el Hijo es llamado Padre eterno? Si no creen en esto, eso significa que están cortando la Biblia para que concuerde con su credo. Yo les aconsejo que desechen esos pequeños zapatos y se compren un par de zapatos más grandes. No sufran tratando de cortarse los pies para que se ajusten al tamaño de sus zapatos. Hoy en día aquellos que se adhieren a las enseñanzas tradicionales están cortando la Biblia. Sin embargo, alabamos al Señor por Isaías 9:6. El niño es el Dios Fuerte, y el Hijo es el Padre Eterno. Nuestro Cristo es Dios, el Creador, el Señor, Jehová y el Padre Eterno.


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