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Vasos útiles para el Señorpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4462-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

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Actualmente disponible en: Capítulo 2 de 12 Sección 3 de 9

NUESTRAS REUNIONES
DEPENDEN DE NUESTRO HABLAR

Llevo más de cincuenta años participando en la obra del Señor. Antes de implementar este último cambio de sistema, consideré numerosas veces delante el Señor cómo se podría llevar a cabo tal cambio. Ahora este cambio se ha venido cumpliendo delante de nuestros ojos. El camino por el cual nos está guiando el Señor es el mejor. Esto no es algo que vimos en sueños, y se cumplió. Más bien, tal cambio es el resultado cumulativo de numerosos años de experiencias y de muchas consideraciones delante del Señor. Lamentablemente, hay un problema, y este es que son muy pocas las personas que pueden hablar por el Señor, por lo que, el ministerio de la palabra en las reuniones es muy débil. El saber hablar por el Señor no es algo que podemos cultivar en un instante.

Si bien ésta es nuestra situación, aun así estoy lleno de esperanza debido a todos los santos que sirven a tiempo completo que están aquí. Por tanto, después de considerar esta situación delante del Señor, he decidido dedicar cierto tiempo para entrenarlos. Espero que después de que hayan recibido este entrenamiento, ustedes puedan llenar esta necesidad que existe en las reuniones de grupo, con respecto al ministerio de la palabra. Ésta es mi carga. Para mi, no es difícil guiar un grupo pequeño, pero sí me sería muy difícil tener que guiar cuatrocientos grupos. Por el momento contamos con cien santos que sirven de tiempo completo; y lo menos que puedo hacer es dedicarles un tiempo para enseñarles a todos como conducir cien grupos pequeños. Para esto, cada uno de ustedes podría asistir a una reunión de grupo pequeño, y hacerlo con regularidad para que puedan practicar y aprender. A partir del día de hoy no deben ir de un grupo a otro, sin rumbo fijo; al contrario, deben asistir al mismo grupo con regularidad. Con respecto a los otros trescientos grupos, deben dejar que otros laboren en ellos.

IR A LOS GRUPOS PEQUEÑOS COMO APRENDICES

Al asistir a una reunión de grupo pequeño, no deben ir con la intención o actitud de que están allí para enseñar. Deben tener únicamente una sola carga: ser un santo que asiste a una reunión de grupo pequeño como uno que está aprendiendo a conducir dicha reunión. Vale la pena aprender como conducir una reunión de grupo. El aspecto más crucial de la reunión de grupo pequeño es la apertura de la reunión. No comiencen apresuradamente la reunión, ni compitan entre ustedes para ser el primero en comenzarla; más bien, permitan que los santos mismos sean quienes den inicio a la reunión. Si ellos no logran comenzar la reunión bien, ello sólo implicará una pérdida de cinco o seis minutos; entonces ustedes pueden darles una buena palabra de introducción a fin de ayudarlos a disfrutar de una buena reunión. No hablen mucho a menos que sea necesario. Si al dar inicio a la reunión usted les comparte de algún mensaje del Estudio-vida, y los santos están atentos leyendo el mensaje, más no lo leen de forma organizada, entonces puede dirigirles unas palabras a fin de ayudarlos. Ustedes no deben salir con la intención de enseñarles a los santos, pero deben educarlos siempre que se presente la oportunidad. A todos nos gusta aprender. Es posible que los santos no conozcan la manera adecuada de reunirse, aun cuando han sido salvos por muchos años. Por tanto, usted debe enseñarles poco a poco. No espere tener éxito de inmediato, ya que ellos no van a aprender de forma súbita. Tiene que enseñarles poco a poco. Si les enseña un poco a la vez, después de tres o cuatro reuniones ellos aprenderán.

Además de esto, uno debe aprender a contactar a los miembros del grupo pequeño de manera individual. Por ejemplo, usted puede ir a visitar el hogar del hermano en donde se celebrará la próxima reunión. Pero, no vaya con la intención de enseñarle; más bien, llegue antes de la reunión de forma espontánea, sin previa cita; sólo llegue antes de que comience la reunión. Si ésta comienza a las siete y media, entonces usted podría llegar a las seis y media. Una vez que esté en casa del hermano no necesita decir: “He venido temprano para visitarle”. Si él le preguntan por qué ha llegado tan temprano, usted puede responderle: “¡Alabado sea el Señor por haber puesto en mí el sentir de venir temprano!”. Luego, usted puede conversar con toda la familia, lo cual le dará la oportunidad de observar la condición en que ellos se encuentran así como tener comunión con ellos y rendirles la ayuda apropiada que necesiten. Incluso pueden enseñarle a la cabeza de la familia cómo “abrir” su hogar y cómo recibir a los santos cuando lleguen.

Nunca deben olvidarse de su estatus y de la obra que están realizando. Todos ustedes son siervos a tiempo completo. Todo su tiempo es para el Señor y Su iglesia. Por tanto, no deben ser inflexibles al fijar el lugar ni la hora en que tomen sus alimentos. Si la reunión comienza a las siete y media, usted puede cenar temprano para que llegue a la reunión a las seis y media. Si durante la reunión usted nota que algún santo está pasando por situaciones difíciles, entonces usted debe buscar la oportunidad de hablar con él. Sin embargo, no se dirija a él como si usted fuera un predicador o un maestro; más bien, debe mostrarle que se interesa por él y, de manera espontánea, puede prodigarle un cuidado tierno. Después de ese contacto, podrían convenir en comer juntos para tener comunión antes de la siguiente reunión, y luego podrían asistir juntos a la reunión del grupo. Jamás le digan: “Hermano, sé que está pasando por un tiempo difícil, por lo cual quiero invitarle a comer y tener comunión con usted. Espero que eso le ayude”. Más bien, deben compartir con él algún testimonio suyo de una forma normal o leerle un pasaje de la Biblia a fin de que él sea verdaderamente ayudado. En esto consiste realizar una verdadera obra.

No tienen que cuidar de los santos que se reúnen en los otros grupos; simplemente esfuércense por laborar en su propio grupo. De esta manera, en menos de seis meses los santos de su grupo, sin duda alguna, estarán en el camino correcto. El efecto o la influencia que ello ejercerá, de forma directa o indirecta, será indescriptible e inconmensurable. Habrá un rápido incremento en cuanto al número de personas en su grupo, y podrán formar otro grupo. Yo creo que mediante esta clase de comunión ustedes pueden entender cuál es la manera apropiada de laborar.


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