Misterio de Dios y el misterio de Cristo, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-2690-2
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Basaremos la comunión de este mensaje en el pasaje de Colosenses 1:9-13. Estos versículos dicen: “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del pleno conocimiento de Su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo por el pleno conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de Su gloria, para toda perseverancia y longanimidad con gozo, dando gracias al Padre que os hizo aptos para participar de la porción de los santos en la luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino del Hijo de Su amor”.
Estos versículos hablan acerca de ser llenos “del pleno conocimiento de Su voluntad”. Ser llenos del pleno conocimiento de la voluntad de Dios significa simplemente tener la revelación del plan de Dios, de modo que por medio de dicha revelación sepamos lo que Dios planea hacer en el universo. Como creyentes, tenemos que conocer el plan universal de Dios. ¿Qué fue lo que Dios, en la eternidad pasada, planeó hacer en el transcurso del tiempo a lo largo de todas las generaciones? Necesitamos tal revelación a fin de que tengamos el pleno conocimiento del plan eterno de Dios.
La revelación del plan de Dios nos abre el camino para experimentar más de Cristo. Todos tenemos que preguntarnos: “¿Cuánto conozco acerca del plan de Dios? ¿Cuánto conozco respecto a Cristo en el plan de Dios?”. Cuanto más sepamos de esto, mejor. Así que, necesitamos pasar más tiempo aprendiendo acerca de Cristo en el plan de Dios. Ésta es una de las razones más importantes por las que tenemos que leer las Escrituras. Leemos las Escrituras no para recibir doctrina ni enseñanzas, sino para recibir la revelación de Cristo y el pleno conocimiento del plan eterno de Dios.
¿Cuál es la diferencia entre la doctrina de Cristo y la revelación de Cristo? Hablando en un sentido estricto, la Biblia no es un libro de doctrinas ni de enseñanzas; más bien, es un libro lleno de revelación. La Biblia abre la cortina universal, el velo universal, para mostrarnos lo que está en la mente de Dios y lo que Dios planea hacer en el universo. Este plan consiste en hacer que Su Hijo lo sea todo. El deseo de Dios, Su plan y Su pensamiento, es hacer que Cristo lo sea todo. Éste es el contenido de todas las Escrituras. Por tanto, necesitamos dedicar más tiempo a leer las Escrituras con tal visión y expectativa, esto es, no con la expectativa de aprender más doctrinas y enseñanzas, sino con la expectativa de conocer más a Cristo y recibir más del pleno conocimiento del plan eterno de Dios.
A medida que recibimos más entendimiento espiritual, también debemos orar que el Señor nos dé el lenguaje espiritual, la expresión espiritual. Necesitamos tener el logos—las palabras, el lenguaje, la expresión— dentro de nosotros. No sólo necesitamos obtener entendimiento espiritual en nuestra mente y sabiduría en nuestro corazón y espíritu, sino también el lenguaje y la expresión espirituales en nuestro hablar. Entonces seremos aquellos que conocen el plan de Dios y que también podrán explicárselo a otros. No sólo amaremos las cosas de Dios, sino que también seremos aptos para expresarlas e incluso dar un mensaje acerca de ellas.
Según Colosenses 1:9-13, primero recibimos el conocimiento del plan de Dios y luego, sobre la base de ese conocimiento, andamos “como es digno del Señor”. El conocimiento viene primero, y luego, el andar. Conocer la voluntad de Dios y el plan eterno de Dios nos permite andar como es digno del Señor. La revelación que recibimos dirige nuestro andar. Nuestro andar es regido por la revelación que tenemos.
Tenemos que dedicar tiempo a leer las Escrituras, a meditar en la Palabra del Señor y a orar acerca de estos asuntos, hasta que seamos llenos de la verdad y del pleno conocimiento del plan eterno de Dios. Cuando esto suceda tendremos sabiduría en nuestro espíritu y corazón, así como entendimiento espiritual en nuestra mente espiritual iluminada y renovada. Tendremos conocimiento, no en nuestra mente natural con sus conceptos naturales, sino en nuestra mente renovada, a la cual el Espíritu Santo le habrá dado entendimiento por medio de nuestro espíritu. Entonces este conocimiento, esta revelación, dirigirá y regirá nuestro andar diario. Así que, primero necesitamos conocer la voluntad de Dios: conocer que Cristo lo es todo; luego, andaremos conforme a lo que conocemos. Este andar será digno del Señor.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.