Mensajes de la verdadpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-6894-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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La diferencia entre un periódico y la televisión es que el periódico no tiene luz, sino sólo letras impresas, mientras que la televisión requiere luz y electricidad. Por medio de la luz y la electricidad, la visión nos puede ser televisada.
Ahora podemos entender que, en la Biblia, la verdad se refiere al resplandor de la luz. La Biblia contiene muchas doctrinas; sin embargo, cuando la luz procedente del Padre que está en los cielos resplandece sobre las palabras de la Biblia, de inmediato estas palabras se convierten en verdad para nosotros. Así que, primero tenemos la doctrina en letras impresas, pero luego la luz celestial resplandece sobre las palabras de la Biblia para mostrarnos la verdad. Muchos leen aquellos versículos que dicen que Cristo murió por los pecadores, como si simplemente estuvieran leyendo un artículo periodístico; no reciben más que una doctrina acerca de la muerte de Cristo. Pero cuando, por la misericordia de Dios, la luz les resplandece en estos versículos, ellos ven la verdad acerca de la muerte de Cristo y son salvos. Así que, anteriormente tenían la doctrina, pero ahora tienen la visión y la realidad.
La realidad implica el hecho de percibir lo que es real. Es por medio de la visión celestial que captamos esta realidad de las cosas espirituales. Por esta razón, podemos comparar la verdad contenida en la Biblia a la televisión de hoy.
En la Biblia se encuentran muchísimos hechos. Sin embargo, no es suficiente leer solamente acerca de estos hechos. Al leer, uno recibe la doctrina, recibe información o se entera de algo. Además de ello, es necesario que la luz celestial resplandezca sobre los hechos. Cuando la luz resplandece, la doctrina de inmediato se convierte en la verdad. De este modo, uno capta aquello que es verdadero, la realidad. Por lo tanto, para conocer la verdad, primero necesitamos los hechos y, en segundo lugar, la luz que televisa la visión de dichos hechos a nuestro ser.
Según la Biblia, el Espíritu es llamado el Espíritu de verdad, el Espíritu de realidad (Jn. 14:17). El Espíritu de realidad es la electricidad celestial mediante la cual las cosas espirituales son televisadas a nuestro ser. La Biblia también dice que la Palabra es verdad (17:17). Todos los hechos espirituales se hallan en la Palabra y son transmitidos por ella. Cristo es nuestra santidad, Cristo murió por nuestros pecados, Cristo es nuestra vida, la iglesia es el Cuerpo de Cristo, Cristo es la Cabeza de la iglesia: todos éstos son hechos hallados en la Biblia. No obstante, sin la iluminación que recibimos de la electricidad divina, estos hechos no son más que simples doctrinas. Pero cuando el Espíritu brilla sobre estos hechos escritos que nos son transmitidos por la Biblia, éstos se convierten en la verdad, la realidad.
Cristo, Su Persona, Su obra redentora y todos Sus logros, todos éstos son hechos contenidos en la Palabra y transmitidos por ella. El Espíritu continuamente busca la oportunidad para resplandecer sobre la Palabra. Cuando Él resplandece, nosotros recibimos la verdad. Así pues, para conocer la verdad, tenemos los hechos, la Palabra y el Espíritu. La encarnación, la crucifixión, la resurrección y la ascensión son hechos consumados. El Cristo maravilloso, quien es Dios y hombre, es ahora el Espíritu vivificante. Éstos son hechos consumados, y ni siquiera Satanás puede negarlos. No sólo tenemos los hechos, sino también la Palabra que nos transmite estos hechos. Además, tenemos al Espíritu. Si recibimos la Palabra y no al Espíritu, no obtendremos la visión, lo cual significa que no obtendremos la verdad, porque la verdad viene a nosotros solamente cuando el Espíritu resplandece. Si leemos la Palabra sin experimentar el resplandor del Espíritu, cuando mucho obtendremos doctrinas o “informes noticieros”, pero no obtendremos la verdad, la realidad ni la visión. Damos gracias al Señor porque el Espíritu que resplandece siempre mora en nosotros. Cuando abrimos nuestro ser a Él, la luz resplandece. A medida que la luz resplandece sobre la Palabra, hay ciertas cosas que despiertan nuestra atención y dejan en nosotros una profunda impresión. Tales cosas son la verdad, la visión transmitida por la televisión celestial.
En el último mensaje hice notar que el fundamento de la vida fue puesto sólidamente entre nosotros. Este fundamento es inconmovible. Sin embargo, hemos estado escasos de la luz de la verdad. En términos doctrinales, todos hemos tenido conocimiento acerca de la autoridad de Cristo como Cabeza, la jerarquía, el terreno de la iglesia y la constitución intrínseca de la iglesia; pero esto principalmente fue algo semejante a cuando leemos un artículo periodístico, es decir, no fue una visión televisada. Por lo tanto, cuando se estableció sólidamente cierta jerarquía y ésta empezó a asumir su poder maligno en algunos lugares, casi nadie se percató de ello. Si hubiésemos estado bajo la visión televisada en lo que se refiere a la jerarquía y la autoridad de Cristo como Cabeza, inmediatamente alguien hubiera hablado en contra de esto, diciendo que tal jerarquía es un insulto para la autoridad de Cristo. Pero debido a que no teníamos esta visión, no hubo ninguna práctica de la verdad. En lugar de resplandecer la luz, hubo densas tinieblas.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.