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Espíritu divino con el espíritu humano en la Epístolas, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-7893-2
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CAPÍTULO TRECE

LOS SIETE ESPÍRITUS QUE SIRVEN PARA
REALIZAR LA ADMINISTRACIÓN DE DIOS
SEGÚN SE VE EN APOCALIPSIS

Lectura bíblica: Ap. 1:4-5; 4:5; 5:6; 2:1, 7; 22:17; 19:10; 22:6; 1:10-12; 4:2; 17:3; 21:10

En el capítulo anterior vimos que en Romanos el Espíritu es el Espíritu del Hijo de Dios, que realiza nuestra filiación. En 1 Corintios Él es el Espíritu que edifica y en 2 Corintios Él es el Espíritu que transforma. En Gálatas Él es el Espíritu para nuestra vida y nuestro andar, en Efesios Él es el Espíritu por el cual aprehendemos el Cuerpo, en Filipenses Él es el Espíritu con la abundante suministración y, en Colosenses, Él es el Espíritu para nuestro amor y nuestra sabiduría. En 1 y 2 Tesalonicenses Él es el Espíritu que santifica, en 1 y 2 Timoteo Él es el Espíritu cuyo fin es que nos ejercitemos para la piedad, y en Tito Él es el Espíritu que renueva. En Hebreos Él es el Espíritu eterno, en Jacobo, el Espíritu que nos anhela celosamente, en 1 y 2 Pedro, el Espíritu de gloria, en 1 Juan, el Espíritu que unge y en Judas, el Espíritu para nuestra oración. Ahora en Apocalipsis, el Espíritu es los siete Espíritus de Dios que sirven para realizar la administración de Dios.

Apocalipsis 1:4 y 5 dicen: “Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros de parte de Aquel que es y que era y que ha de venir, y de los siete Espíritus que están delante de Su trono; y de Jesucristo, el Testigo fiel, el Primogénito de entre los muertos, y el Soberano de los reyes de la tierra”. Estos versículos hablan acerca de los tres del Dios Triuno. Primero está Aquel que es y que era y que ha de venir, segundo están los siete Espíritus delante del trono y en tercer lugar está Jesucristo. Con esto queda claro que los siete Espíritus se consideran como una persona en el Dios Triuno.

LOS SIETE ESPÍRITUS COMO LOS SIETE OJOS
DEL CORDERO SIRVEN PARA REALIZAR
LA ADMINISTRACIÓN DE DIOS

El capítulo 4 habla acerca del trono de Dios como centro del universo. El versículo 5 dice: “Del trono salían relámpagos y voces y truenos; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete Espíritus de Dios”. En el Antiguo Testamento Éxodo 25 y Zacarías 4 hablan de la tipología del candelero con sus siete lámparas. En Apocalipsis se ve el cumplimiento de este tipo en las siete lámparas que son los siete Espíritus que arden delante de Dios a fin de iluminar y juzgar. El versículo 6 del capítulo 5 dice: “Vi en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, un Cordero en pie, como recién inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra”. En este punto el Cordero ya no sólo tiene como meta la redención. Ahora Él es el Cordero con poder, autoridad y fuerza, representados por los siete cuernos. Cristo como Cordero tiene siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados para cumplir el propósito de Dios por toda la tierra.

La administración de Dios
está relacionada con Su juicio

Como ya hemos visto, el Espíritu Santo se menciona y aplica en cada una de las Epístolas conforme al tema de dicha epístola. En Romanos, por ejemplo, Él es el Espíritu del Hijo para nuestra filiación, puesto que Romanos nos muestra cómo los pecadores llegan a ser hijos de Dios. El libro de Apocalipsis revela la administración de Dios en Su juicio. Como Gobernante del universo, Dios tiene Su administración, Su gobierno. Los sesenta y seis libros de la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, revelan la administración divina de una manera plena. El primer asunto mencionado en la Biblia respecto a la administración de Dios es la creación. Sin embargo, después que Dios creó todas las cosas, esta creación cayó, así que el segundo asunto de Su administración es la redención. El último asunto en la administración de Dios es el juicio. Los primeros dos capítulos de la Biblia están dedicados a la creación. Luego, del tercer capítulo de Génesis a Judas vemos una larga sección dedicada a la redención bajo la misericordia y gracia de Dios y según Su justicia. Dios le ha presentado Su redención al hombre y nosotros tenemos que recibirla. Si alguien no la recibe, el juicio de Dios vendrá a él un día. Por tanto, en el último libro de la Biblia vemos la administración de Dios en Su juicio.

En Apocalipsis hay cuatro grandes “sietes”: siete iglesias (2:1—3:22), siete sellos (6:1—8:5), siete trompetas (8:6—11:19) y siete copas (15:1—16:21). Cada uno de estos cuatro “sietes” forma una parte de la administración de Dios en Su juicio. Primero, la revelación dada a las siete iglesias revela la administración de Dios. Aquí el Señor no es principalmente Aquel que redime, sino Aquel que juzga. Las cartas a las siete iglesias en los capítulos 2 y 3 tienen mucho que ver con el juicio. Igualmente, en la visión acerca del Señor en el capítulo 1, Su apariencia no es aquella de Redentor, sino de Juez. Juan, en su evangelio, podía reclinarse sobre el pecho del Señor (Jn. 13:23), pero en Apocalipsis Juan cayó a los pies del Señor cuando lo vio (1:17). Esto se debe a que la atmósfera cambió de ser una atmósfera de redención a una de juicio. El Señor Jesús vino como Aquel que juzga. En el capítulo 1 Sus ojos son como llama de fuego (v. 14), pero ya para el capítulo 4 vemos que Él tiene siete ojos. Estos siete ojos, que son lámparas ardientes, buscan, iluminan y juzgan; nada está oculto de ellos.


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