Información del libro

Dios Triuno es vida para el hombre tripartito, Elpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0254-8

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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 19 Sección 2 de 3

CRISTO, EN EL LIBRO DE ROMANOS,
COMO LA CORPORIFICACIÓN
DEL DIOS TRIUNO PROCESADO PARA SER VIDA
A NOSOTROS, LAS PERSONAS TRIPARTITAS
QUE SON EL PUEBLO REDIMIDO DE DIOS

El libro de Romanos no es principalmente un asunto de justicia, justificación o fe. Es un asunto de tener vida y vivir por ella. Romanos revela a Cristo como la corporificación del Dios Triuno procesado quien es vida para nosotros, las personas tripartitas que son el pueblo redimido de Dios. Dios es el Dios Triuno, y nosotros somos las personas tripartitas.

La revelación de Cristo como vida para nosotros en el libro de Romanos puede dividirse en dos partes. La primera parte consiste de Romanos 1:1 al 5:11 y habla acerca de la reconciliación efectuada por la muerte de Cristo. Así que, Romanos 5:10 es el versículo clave de esta sección. La segunda parte de Romanos, Romanos 5:12 al 16:27, habla acerca de ser salvo en la vida divina de Cristo.

NOSOTROS, LOS ENEMIGOS DE DIOS,
HEMOS SIDO RECONCILIADOS CON DIOS
POR LA MUERTE DE SU HIJO, CRISTO

Romanos 5:10a dice: “Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo”. Nosotros, quienes antes éramos enemigos de Dios, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de Su Hijo, Cristo. Esto es algo grandioso. La muerte de Cristo nos redimió y puso un fundamento sobre el cual Dios pudo justificarnos. Por medio de la muerte de Cristo, Dios también nos reconcilió consigo mismo. No sólo éramos pecadores que han sido perdonados y justificados, sino que también éramos enemigos que han sido reconciliados con Dios. Estábamos en pecado y en muerte y en una situación de enemistad contra Dios. Estábamos perdidos hasta tal punto que llegamos a ser enemigos de Dios. La muerte de Cristo nos redimió, volviéndonos a Dios, y nos reconcilió con Él. Todos hemos experimentado esta reconciliación. Por medio de Su muerte, todos los problemas han sido resueltos, y estamos en paz.

Romanos 5:1 al 9 describe nuestra condición después de haber sido reconciliados con Dios. Estamos firmes en la gracia (v. 2), andamos en paz (v. 1) y disfrutamos a Dios en la tribulación (vs. 2-3). Estamos en una situación maravillosa. Si usted no está en tribulación, no puede disfrutar mucho a Dios. La mayoría de nosotros diríamos que preferiríamos tener a Dios y no la tribulación. Tal vez digamos: “Amo tener a Dios, pero no me gustan las tribulaciones”. Pero debemos comprender que Dios y la tribulación van juntos. Podemos disfrutar a Dios en medio de todas nuestras tribulaciones. Ésta es nuestra situación según Romanos 5:1-9.

NOSOTROS, LAS PERSONAS TRIPARTITAS,
EL PUEBLO REDIMIDO DE DIOS,
SEREMOS SALVOS EN LA VIDA DIVINA DE CRISTO, QUIEN ES LA CORPORIFICACIÓN
DEL DIOS TRIUNO PROCESADO

Como pueblo redimido de Dios, creado por Dios como personas tripartitas, seremos salvos en la vida divina de Cristo, quien es la corporificación del Dios Triuno procesado (Ro. 5:10b). Hemos sido lavados, redimidos, justificados y reconciliados. Ahora nuestra necesidad es ser salvos en Su vida. Lo que hemos recibido nos ha introducido en la gracia, la paz y el disfrute de Dios. Esto es maravilloso, pero todavía hay muchas cosas negativas dentro de nosotros y a nuestro alrededor. Mientras estamos firmes en la gracia, andamos en paz y disfrutamos a Dios en la tribulación, muchas veces decimos: “¡Aleluya!”. Luego, poco después, tal vez nos enojemos. Esto se debe a la ley del pecado.

La ley del pecado es una verdadera esclavitud para nosotros; por lo tanto, necesitamos ser salvos. Necesitamos ser salvos no sólo de la ley del pecado, sino también del mundo. Los grandes almacenes, los anuncios que se leen en el periódico y los lugares de diversión promueven la corriente moderna del mundo. Las diversiones mundanas están llenas de muchos microbios contagiosos. Necesitamos ser salvos del siglo moderno que nos puede contaminar.

En cierto sentido, debido a nuestra experiencia de la reconciliación, no tenemos ningún problema. No obstante, en otro sentido, todavía tenemos muchos problemas. Por esta razón, necesitamos ser salvos en la vida divina. La muerte de Cristo ha obrado hasta el punto de reconciliarnos con Dios, pero ahora lo que necesitamos es Su vida salvadora. Esta vida salvadora es la vida divina. La vida divina es Cristo como la corporificación del Dios Triuno procesado. Esta vida nos salva hoy.

Desde Romanos 5:12 hasta el final del libro de Romanos se consideran ocho puntos. Ser salvos en la vida divina de Cristo como la corporificación del Dios Triuno procesado incluye estos puntos. Primero, ser salvos en la vida divina del cautiverio, la esclavitud, del pecado, es decir, de la ley del pecado, se lleva a cabo por medio de la ley del Espíritu consumado que nos libera (Ro. 8:2). Segundo, ser salvos en la vida divina del siglo presente del mundo se lleva a cabo por medio de la santificación que el Espíritu consumado realiza en nosotros (12:2a; 6:19b, 22b). Tercero, ser salvos en la vida divina de nuestro ser natural se lleva a cabo por medio de la transformación que el Espíritu vivificante lleva a cabo en nosotros (12:2b). Cuarto, ser salvos en la vida divina del individualismo se lleva a cabo al ser edificados en el Cuerpo de Cristo (v. 5). Quinto, ser salvos en la vida divina de manifestar la semejanza del yo se lleva a cabo por medio de la conformación realizada por el Espíritu que imparte vida (8:29b). Sexto, ser salvos en la vida divina de nuestro cuerpo de humillación se lleva a cabo por medio de la transfiguración efectuada en la virtud de la vida divina (8:30c; Fil. 3:21; Ro. 8:11). La palabra virtud puede denotar la conducta excelente o la expresión excelente de ciertos atributos; también puede denotar el poder para llevar a cabo tales atributos excelentes. En este sentido, la virtud es una clase de poder vital. En Lucas 8 cuando la mujer tocó los flecos del manto del Señor, virtud salió de Él para sanarla (v. 46). Esa virtud era una clase de poder. Nosotros seremos transfigurados en el poder virtuoso de la vida divina. Séptimo, ser salvos en la vida divina es reinar en la vida divina (Ro. 5:17). Debemos reinar en la vida divina sobre el pecado, el mundo, Satanás, el hombre natural, el yo y el individualismo a fin de edificar el Cuerpo orgánico de Cristo. Octavo, ser salvos en la vida divina dará por resultado la victoria sobre Satanás (16:20).

Estos ocho puntos son el contenido, la definición completa, de cómo ser salvos en la vida divina, desde Romanos 5:12 hasta el final del capítulo 16. Como conjunto, estos ocho puntos nos dan una vista panorámica de toda esta sección.


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