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Estudio-vida de Isaíaspor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6375-4
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LA VERDADERA VIDA DE IGLESIA

Después que Dios despide y reemplaza con Cristo a todo y a todos, primero ocurre la restauración del reino y después la restauración del cielo nuevo y la tierra nueva con miras a la Nueva Jerusalén. Eso será la verdadera vida de iglesia. La verdadera vida de iglesia es una vida en la cual todos los santos han sido despedidos y reemplazados con Cristo. Esto hará que Cristo lo sea todo en la iglesia. Ésta es la visión de la economía de Dios que está escondida en Isaías 1—23, y espero que todos podamos verla.

NO ES UN INTERCAMBIO,
SINO UN REEMPLAZO

En el cristianismo se recalca mucho que Cristo es nuestro sustituto, quien murió una muerte vicaria en la cruz, llevando sobre Sí el juicio que nosotros merecíamos. Aunque es verdad que en la revelación divina con respecto a la salvación de Dios, Cristo es nuestro sustituto, Él es más que solamente nuestro sustituto. Cristo se hace uno con nosotros y nos reemplaza. Esto es algo que va más allá de la muerte vicaria de Cristo en la cruz. Debido a que Cristo se unió con nosotros, haciéndose uno con nosotros, cuando Él murió en la cruz, nosotros morimos con Él y fuimos aniquilados (Ro. 6:6).

Al respecto, los cristianos de la vida interior usaron el término intercambio en lugar de reemplazo, afirmando que ha ocurrido un intercambio de la vida de Cristo por nuestra vida. Sin embargo, si una cosa es intercambiada por otra, no hay lugar para que ambas se unan. La enseñanza sobre la vida intercambiada no se ajusta con precisión a la verdad. El reemplazo requiere que ocurra cierta unión, mientras que el intercambio anula nuestra unión con Cristo.

Una vida injertada

En el Nuevo Testamento, el hecho de que Cristo nos reemplace está íntegramente relacionado con la vida injertada. Esta vida injertada es el aspecto sobresaliente de la salvación de Dios presentada en Juan 15. Cristo es la vid, y nosotros somos los pámpanos (v. 5). Nosotros, que éramos ramas del olivo silvestre, hemos sido injertados en Cristo (Ro. 11:17). Por tanto, estamos unidos con Cristo, y en esta unión Cristo nos reemplaza. Él nos reemplaza al vivir en nosotros, con nosotros, por nosotros y a través de nosotros. Vivimos, pero no nosotros, sino que Cristo vive en nosotros, y nosotros vivimos por la fe del Hijo de Dios. Esto indica que hay una unión con Cristo.

La lucha en torno a ser reemplazados

En toda la Biblia, de Génesis a Apocalipsis, hay una lucha entre Dios y el hombre. El hombre quiere reemplazar a Dios. Al reaccionar ante Dios, el hombre trata de reemplazar a Dios, ponerlo a un lado, expulsarlo. Pero en Su reacción ante el hombre, Dios no pone a un lado al hombre ni lo expulsa; más bien, Él coloca al hombre en posición de ser aniquilado de modo que el hombre pueda vivir por otra persona: Cristo.

Aunque Dios desea reemplazar al hombre, el hombre no está de acuerdo con esto, debido a que Satanás está detrás del hombre. Según Isaías 14:12-14, Satanás fue el primero que intentó reemplazar a Dios, expulsar a Dios y tomar el lugar de Dios, al elevar su trono y hacerse igual al Altísimo. Ahora Satanás está detrás del hombre, procurando poner a un lado a Dios y expulsarlo. Incluso cuando el hombre desea hacer algo para Dios, pone a un lado a Dios. Éste es un asunto crucial que todos debemos conocer.

Cristo llega a serlo todo

Debido a la reacción del hombre, Dios, quien había contratado a todos, finalmente despidió a todos para poder reemplazarlos con Cristo. Cuando toda persona y cosa sea reemplazada con Cristo, entonces Cristo llegará a serlo todo. Por ejemplo, Él llega a ser para nosotros tanto el Renuevo de Jehová como el fruto de la tierra.

En Isaías todo ha sido despedido, desechado por Dios, y luego este mismo Dios que despidió todas las cosas interviene a fin de reemplazarlo todo con Cristo. Éste es el concepto de Pablo en Colosenses 2:16 y 17: “Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o Sábados, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; mas el cuerpo es de Cristo”. Aquí Pablo dice que nuestro alimento y bebida, fiestas, lunas nuevas y Sábados, todos ellos son sombras de Cristo. Cristo, por tanto, reemplaza todas las cosas en la economía antiguotestamentaria de Dios.

Dios puso todas las cosas en su lugar y luego las despidió. Él puso a todos los reyes en sus respectivos cargos, y después los despidió a todos e hizo de Cristo el único Rey. Sin embargo, el reinado de Cristo es un reinado corporativo, el cual incluye a Cristo y a todos los que son uno con Él. Del mismo modo, el sacerdocio es un asunto corporativo: Cristo es el Sumo Sacerdote, y nosotros somos uno con Él. De este modo, Dios reemplaza todas las cosas con Cristo, y nosotros somos unidos a Cristo. Por un lado, hemos sido despedidos; por otro, no somos expulsados, pues Cristo viene a vivir en nosotros, con nosotros, por nosotros y a través de nosotros. Éste es Emanuel que lo reemplaza todo y llega a serlo todo en la economía de Dios.


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