Información del libro

Estudio-vida de Jobpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6291-7
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 38 Sección 2 de 2

V. MANIFIESTA POSEER EL COMÚN CONOCIMIENTO
DE LAS PENALIDADES, LA VANIDAD, LAS AFLICCIONES,
EL SUFRIMIENTO Y EL FIN DE LA VIDA HUMANA

Al vindicarse a sí mismo, Job manifestó conocer las penalidades, la vanidad, las aflicciones, el sufrimiento y el fin de la vida humana (7:1-10). Aunque Job conocía estas cosas, él no conocía a Dios en realidad ni tampoco sabía nada con respecto a la economía de Dios.

VI. ABORRECE LA VIDA Y SE QUEJA

Job aborreció la vida y se quejó preguntándole a Dios por qué no perdonaba su transgresión y le dejaba morir (vs. 11-21). Job dijo que hablaría en la angustia de su espíritu y que se quejaría en la amargura de su alma (v. 11b). Él aborrecía la vida y no quería vivir para siempre (v. 16a). Job concluye diciéndole a Dios: “Si he pecado, ¿qué te he hecho a Ti, oh Guardián del hombre? / ¿Por qué me has hecho blanco Tuyo, de modo que soy carga para Ti? / Y ¿por qué no perdonas mi transgresión, / y quitas mi iniquidad? / Pues ahora me acostaré en el polvo; / me buscarás, y ya no existiré” (vs. 20-21). Así se quejaba Job al vindicarse delante de Dios.

VII. JOB, AL IGUAL QUE SUS AMIGOS, SE DETIENE
EN EL CONOCIMIENTO DE LO CORRECTO
Y LO INCORRECTO, SIN CONOCER LA ECONOMÍA DE DIOS

Job, al igual que sus amigos, se detuvo en el conocimiento de lo correcto y lo incorrecto, sin conocer la economía de Dios, sin comprender de manera adecuada el propósito por el cual Dios había creado al hombre. Job y sus amigos carecían de la revelación divina y de la experiencia de la vida divina. Él no tenía idea de que Dios no se había propuesto edificar su perfección, rectitud, justicia e integridad, sino que, más bien, Dios se había propuesto despojarlo de todas estas virtudes humanas en las que Job basaba su contentamiento, de modo que Job pudiera buscar únicamente a Dios y ganara a Dios mismo únicamente. Ni él ni sus amigos se encontraban en la línea del árbol de la vida, según Dios dispuso para el hombre.

Dios puso el libro de Job en la Biblia para que nos provea un telón de fondo oscuro. Todo lo dicho por Job y sus amigos indica que si bien, en apariencia, ellos eran hombres piadosos, en realidad estaban escasos de Dios mismo y no expresaban a Dios. Job y sus amigos se reunieron a fin de debatir, no para tener comunión mutua. Ellos no habían adquirido algo de Dios mismo que pudiesen compartir en mutua comunión.

Debemos considerar nuestro hablar en las reuniones de la iglesia. Al poner en práctica el camino neotestamentario, nuestro deseo es nutrir, alimentar, a todos los santos a fin de que ellos puedan ser perfeccionados, equipados, para hablar por Dios. Lo único de lo cual queremos hablar es Dios en Cristo con la iglesia. Hablamos lo que somos, hablamos lo que tenemos, hablamos lo que disfrutamos y hablamos lo que amamos y apreciamos. Si amamos a Cristo y sentimos aprecio por Dios en Cristo, esto será lo que hablaremos. Entonces, nuestro profetizar en las reuniones de la iglesia será rico en Dios con Cristo y con la iglesia. Sin embargo, muchos han sido miembros del Cuerpo de Cristo por años, pero todavía no pueden hablar ni siquiera unas cuantas palabras por Cristo. Quizás hablemos sobre Cristo, pero no vivimos a Cristo ni tenemos la práctica de apreciar a Cristo o exaltarle. Si ésta es nuestra condición, ¿cómo podemos ministrar Cristo a los demás hablándoles Cristo con miras a la impartición divina? Espero que de ahora en adelante nuestra vida de iglesia esté llena de Cristo, teniendo a Cristo al orar, alabar y profetizar.

La Biblia es un libro coherente. Comienza hablando de Dios y concluye hablando de Dios. Comienza con el árbol de la vida y concluye con el árbol de la vida. Comienza con el río de agua de vida y concluye con el río de agua de vida. Esto nos muestra cuán coherente es la Biblia.

En este libro coherente, el tema es la economía de Dios, el plan eterno de Dios, lo dispuesto por Dios, cuya finalidad es que el hombre contenga a Cristo, esto es: que Cristo mismo sea la vida del hombre, su naturaleza e incluso su persona. Tener a Cristo como nuestra vida, nuestra naturaleza y nuestra persona significa que Cristo es nuestro elemento constitutivo. El hecho de que Cristo sea nuestro elemento constitutivo redunda en que llegamos a ser Cristo-hombres, cristianos. Entonces expresaremos a Cristo al vivirle, al magnificarle y al exaltarle. Cuando nos reunamos, en todo cuanto hagamos —ya sea cantar, orar, hablar, profetizar— Cristo será expresado.

Lo dicho por Pablo en Efesios difiere mucho de lo dicho en el libro de Job. En Efesios 1 Pablo habló de las bendiciones espirituales en los lugares celestiales: fuimos escogidos por Dios, predestinados por Dios, redimidos por Cristo y sellados con el Espíritu. Por medio de tales bendiciones, el Dios Triuno llega a ser uno con todos Sus beneficiarios, con lo cual hace de ellos la iglesia, el Cuerpo de Aquel que todo lo llena en todo. Después, en el capítulo 3, Pablo dijo que él doblaba sus rodillas ante el Padre y le pedía que, por Su Espíritu, fortaleciera con poder en el hombre interior a Sus creyentes, para que Cristo hiciese Su hogar en el corazón de ellos, para que éstos fuesen llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios, Su expresión.

Dios no pudo hablarle estas cosas a Job y sus amigos porque la cultura espiritual de ellos todavía era bastante incipiente. Por tanto, cuando ellos conversaban entre sí, lo único que pudieron hacer fue reprenderse mutuamente y vindicarse los unos delante de los otros hablando palabras vanas y vacías. En Job 11:12 Zofar llama a Job: “Hombre de cabeza hueca”.

No debiéramos sentir aprecio de forma positiva por el hablar de Job y sus amigos, sino, más bien, por la función negativa que cumplen tales palabras al proveer un telón de fondo oscuro para la luminosa revelación del Nuevo Testamento. Espero que mediante el presente estudio del libro de Job nuestra cultura divina avance un poco más a fin de que seamos llenos de la impartición de Dios en Cristo como nuestra vida, nuestro suministro de vida y nuestro todo.


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