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Administración de la iglesia y el ministerio de la palabra, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-6813-1
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LA EDIFICACIÓN EN EL NUEVO TESTAMENTO

Quiera el Señor concedernos a todos los que servimos juntos un profundo sentir de que Él necesita un recobro fuerte. Él necesita un recobro de la edificación. Edificar va más allá que educar o instruir. Nuestra obra no consiste simplemente en edificar a los santos de manera individual, en forma general; más bien, consiste en edificar el Cuerpo como una casa espiritual. Efesios 4:11-12 declara: “Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo”. Las personas dotadas fueron dadas con el fin de edificar el Cuerpo de Cristo.

En Mateo 16:18 el Señor afirma: “Edificaré Mi iglesia”. En Efesios 2:22 leemos que en Cristo los judíos y los gentiles son “juntamente edificados para morada de Dios en el espíritu”. Además, 1 Pedro 2:5 dice que nosotros “como piedras vivas”, somos “edificados como casa espiritual”. En 1 Corintios 3:10 leemos que Pablo, como sabio arquitecto, puso el fundamento y que nosotros debemos tener cuidado de cómo edificamos sobre dicho fundamento. Debemos edificar con oro, plata y piedras preciosas (v. 12). El capítulo 14 hace un marcado énfasis en que debemos anhelar los dones espirituales por causa de la edificación (vs. 1, 3-5, 12). Esto significa que todos los dones deben ser para la edificación de la iglesia.

De acuerdo con los versículos anteriores, el deseo de Dios en esta era es edificar la iglesia, la cual es Su casa, el Cuerpo de Cristo. El hombre habita en un cuerpo físico y también en una casa; ambos son el lugar donde éste mora. Cuando una persona parte de este mundo, es despojada de la vestidura de su cuerpo. Esto significa que abandona su cuerpo, el lugar de su morada en la tierra. La obra de Dios en esta era consiste en edificar una morada para Sí mismo.

LA EDIFICACIÓN DE LA IGLESIA
ES LA EDIFICACIÓN DE LA NUEVA JERUSALÉN

Hebreos 11:10 dice que Abraham “esperaba con anhelo la ciudad que tiene fundamentos, cuyo Arquitecto y Constructor es Dios”. La ciudad que tiene fundamentos se refiere a la Nueva Jerusalén venidera. La Nueva Jerusalén es el tabernáculo de Dios con los hombres (Ap. 21:3). En otras palabras, la Nueva Jerusalén es la morada de Dios. Esto no quiere decir que Dios tenga dos diferentes edificios en esta era. Él no tiene por edificio la iglesia en la tierra y además la santa ciudad, la Nueva Jerusalén, en los cielos. Dios no está morando temporalmente en la iglesia hoy en día con la intención de pronto abandonarla y mudarse a la Nueva Jerusalén en el futuro. La iglesia y la Nueva Jerusalén son una.

Cuando Dios edifica Su iglesia, Él está edificando la Nueva Jerusalén. Éstos son dos aspectos de una misma obra. La iglesia es el templo de Dios, la casa de Dios; pero en la Nueva Jerusalén no veremos un templo (v. 22), porque el templo será agrandado hasta llegar a ser una ciudad. La edificación del templo y la edificación de la ciudad no son obras distintas. La Nueva Jerusalén venidera es la consumación de la iglesia. El templo es agrandado para llegar a ser una ciudad.

La única obra que Dios está efectuando en esta era es la edificación. Aunque Su obra de edificación ocurre en la tierra, es una obra celestial. Aunque Dios está edificando la iglesia en el tiempo, este edificio es eterno. Aunque Dios está edificando la iglesia en la tierra, este edificio está en el ámbito celestial. Aunque Dios está edificando la iglesia dentro del tiempo, dicho edificio es eterno. La Nueva Jerusalén es celestial; está llena de la naturaleza y el sabor celestiales.

El objetivo final de la obra que Dios efectúa en esta era es edificar una morada para Sí mismo. En la etapa inicial, es una casa; pero en su etapa de madurez, será una ciudad, la cual es el tabernáculo de Dios con los hombres. En el Antiguo Testamento el tabernáculo de Dios es el templo de Dios. En el Nuevo Testamento la iglesia es el tabernáculo de Dios y el templo de Dios. La Nueva Jerusalén será el tabernáculo de Dios con los hombres. En la Nueva Jerusalén no habrá templo porque allí todo habrá alcanzado la etapa de madurez. La ciudad es un tabernáculo, así como también es el templo agrandado.

LA OBRA CENTRAL DE DIOS ES LA EDIFICACIÓN

La obra central de Dios es la edificación. La edificación no consiste en entender la doctrina ni en salvar pecadores, ni siquiera en edificar o instruir a los santos. Aunque el Nuevo Testamento sí menciona que los santos deben ser edificados de modo individual, su enfoque está en la edificación de la casa de Dios. A menudo sentimos una gran carga por salvar pecadores y edificar a los santos, pero no tenemos ningún sentir para edificar la casa de Dios. Esto no significa que no debemos atender a la salvación de los pecadores o la edificación de los santos de modo individual, pero es necesario que veamos cuál es la meta final de la obra de Dios en esta era.

Debido a la visión tan clara que Pablo poseía en cuanto a la edificación, él dijo: “Yo como sabio arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica” (1 Co. 3:10). Debemos ser muy cuidadosos en cuanto a la manera en que edificamos, los materiales con los que edificamos y al resultado de nuestra edificación. Espero que los hermanos y hermanas puedan entender que tanto la obra de salvar a los pecadores como la de edificar a los santos de modo individual guarda estrecha relación con la meta central de Dios, la cual consiste en edificar Su casa. Si estamos atentos a tal obra central, nuestra predicación del evangelio para salvar pecadores se volverá más eficaz y nuestra obra de edificar a los santos de modo individual no ocasionará problemas. Por ejemplo, nuestra carencia en la edificación de la casa de Dios es la razón básica por la cual los hermanos y hermanas en Taipéi parecen no tener fuerzas para predicar el evangelio. La clave es la edificación de la casa de Dios. Si la casa de Dios, el Cuerpo de Cristo, puede ser edificada, nuestra tarea de salvar pecadores y edificar a los santos de modo individual será una tarea muy fácil.


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