Gran misterio: Cristo y la iglesia, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-8704-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
ISBN: 978-0-7363-8704-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
Font Size
Para contactar algo debemos usar el órgano apropiado. Sería ridículo tratar de ver con los ojos cerrados. También es ridículo cubrirnos los oídos en un intento por escuchar algo. Si no vemos ni oímos nada, se debe a que no estamos usando el órgano correcto, no a que no haya nada que ver ni escuchar. Por ejemplo, si nuestro sentido del olfato no es agudo, no seremos capaces de decir si el aire está fresco o viciado. Esto no es porque no haya olores en el aire, sino porque hemos perdido nuestra capacidad de oler. Por tanto, quizás haya una sustancia fétida en el aire, pero no podemos detectarlo.
Mucha gente dice que Dios no existe, porque ellos no usan el órgano correcto, no porque Dios no exista. Dios es Espíritu; por tanto, el hombre debe adorar a Dios en el espíritu (Jn. 4:24). Si no usamos nuestro espíritu, Dios no será real para nosotros. No es que Dios no sea real —Dios existe—, pero no podemos percibirle cuando no usamos nuestro espíritu. Siempre que usemos nuestro espíritu, percibiremos la presencia de Dios. El evangelio habla de que Dios es Espíritu y de que el hombre tiene un espíritu, con la esperanza de que el hombre se arrepienta. Arrepentirse significa que ya no vivimos en la carne, ni nos interesamos sólo por nuestras necesidades físicas, ni vivimos más según nuestros razonamientos. Arrepentirse es volverse a la parte más profunda de nuestro ser, nuestro espíritu humano, esto es, tomar cuidado de nuestro espíritu. Éste es el arrepentimiento que necesitamos y debemos predicar.
Cuando una persona se vuelve a su espíritu, entiende el propósito de la vida humana y comprende que sus esfuerzos humanos son de poco valor. Si no estamos en nuestro espíritu, no conocemos el propósito y significado de la vida humana, ni conocemos lo que nuestra vida humana necesita. Conocemos el significado de la vida humana cuando ejercitamos nuestro espíritu. Si queremos conocer el bien y el mal, y lo correcto e incorrecto, no debemos permanecer en la razón; más bien, debemos ejercitar nuestro espíritu.
Proverbios 20:27 dice: “Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre, / que escudriña lo más profundo del ser”. Esto quiere decir que el espíritu del hombre fue creado por Dios como una lámpara que puede escudriñar el ser del hombre. La lámpara de Dios se halla en el interior del hombre, y puede escudriñar al hombre cada día. La operación de la conciencia es semejante al resplandor de una lámpara. Cuando la lámpara resplandece, vemos nuestras fallas y sabemos que no estamos bien con nuestros padres, ni con la esposa, los vecinos, los parientes, ni nuestros hijos. Tal descubrimiento es fruto de la iluminación de la conciencia en nuestro espíritu humano, ya que el espíritu del hombre es una lámpara. El espíritu del hombre es la lámpara de Jehová, y esta lámpara escudriña lo más profundo del ser humano.
Esto comprueba que hay un Dios en el universo y que Dios es Espíritu. El espíritu dentro del hombre es el órgano con el cual podemos contactar a Dios y que escudriña al hombre en nombre de Dios. Ésta es una clara enseñanza hallada en la Biblia que todos pueden conocer y experimentar.
Dios es Espíritu, y Él formó un espíritu humano en nosotros a fin de poder entrar en nuestro espíritu. Nuestro espíritu es el vaso de Dios, y Él es nuestro contenido. El hecho de que Él entre en nosotros puede compararse con la acción de echar agua en una taza. Si la taza no tiene agua, estará vacía; si tiene agua, la taza estará llena. Dios quiere entrar en nosotros para ser nuestro contenido. Cuando seamos llenos de Dios en nuestro espíritu, estaremos satisfechos. Ésta es la razón por la cual los nuevos creyentes son muy celosos por el Señor, le aman y están dispuestos a perder sus tesoros terrenales.
Los que creen en Jesús han recibido algo más. No hemos creído meramente en una religión, ni hemos aceptado simplemente algunas doctrinas. Hemos recibido al Espíritu, el cual es verdadero y viviente. El Espíritu ha entrado en nuestro ser con bendiciones indecibles. Cuando sufrimos, Él es nuestro consuelo. Cuando estamos solitarios, Él está con nosotros. Cuando somos débiles, Él es nuestra fortaleza. Él no resuelve meramente nuestros problemas externos; Él es nuestro gozo interior. Aquellos que tienen a Dios están en paz, gozosos y satisfechos, no importa cuál sean sus circunstancias. No creemos en una religión; creemos en el viviente Jesús.
La Biblia es muy clara: si estamos dispuestos a arrepentirnos y creer en el Dios verdadero, Jesucristo, Él, el verdadero Espíritu viviente, entrará en nuestro espíritu, y nuestro espíritu nacerá de nuevo (Jn. 3:3, 6-7). Nacimos de nuestros padres como seres humanos, pero puesto que nos hemos arrepentido y hemos creído en Jesús, Él está en nuestro espíritu. Cuando Jesús entró en nuestro ser, recibimos otra vida. En esto consiste la regeneración. Nacimos de nuevo en nuestro espíritu; nuestro espíritu está lleno de Dios.
Cuando los filósofos chinos hablaban del desarrollo de la virtud brillante, se estaban refiriendo sólo al desarrollo de la conciencia. Sin embargo, nosotros los que hemos creído en Jesús, hemos recibido a Dios, quien es la fuente y realidad de toda virtud. Él ha vivificado nuestro espíritu, ha alumbrado nuestro ser interior y nos ha llenado.
Éste es el significado de nuestra salvación. La salvación es la entrada del Espíritu viviente en nuestro espíritu humano. En 2 Timoteo 4:22 se nos dice: “El Señor esté con tu espíritu”. El Señor Dios es Jesús, quien ahora es el Espíritu vivificante. Él quiere estar unido a nuestro espíritu humano. Él entra en aquellos que creen en Él. Su presencia provee un suministro abundante y todo-inclusivo. Si necesitamos amor, Su presencia es nuestro amor. Si necesitamos obediencia y fidelidad, Su presencia es nuestra obediencia y fidelidad. Si necesitamos consuelo, Su presencia es nuestro consuelo. Todo lo que necesitemos, Él es, porque Él es la fuente y realidad de toda virtud. Cuando le tenemos a Él, tenemos la realidad de la vida humana, conocemos el significado de la vida humana, y conocemos nuestro destino futuro. Esto no es superstición, ni una cuestión de psicología.
Ésta es la realidad del evangelio de Cristo: Dios creó al hombre como un vaso que tiene un espíritu, para que le contenga a Él. Cuando recibimos a Dios, Él entró en nosotros para regenerarnos, y nosotros experimentamos un cambio fundamental e intrínseco en nuestra vida y en nuestro vivir. Ésta es la experiencia que tenemos de la regeneración y la salvación. El Señor Jesús está ahora en nosotros como nuestra vida y nuestra realidad.
Es nuestra esperanza que más personas se arrepientan humildemente, crean en el Señor Jesús y le reciban a fin de que sean bendecidas juntamente con nosotros. Si todos recibieran al Señor Jesús, los individuos y las familias serían bendecidas, y las sociedades y naciones también lo serían. Dios mismo es la bendición. Él es todopoderoso y puede escuchar nuestras oraciones, pero Él también es el Señor de vida a fin de entrar en nosotros, como Espíritu, para ser la realidad de nuestra vida en nuestro espíritu. Que el Señor nos bendiga.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.