Economía divina, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-443-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En 2 Timoteo 4:22 dice: “El Señor Jesucristo esté con tu espíritu”. Hoy en día el Señor Jesús ya no está en la cruz ni meramente en los cielos, sino que El está ahora mismo en usted y en mí, en nuestro espíritu. Si El no fuera el Espíritu, ¿cómo podría estar en nuestro espíritu? El Señor esté con tu espíritu. Hoy en día el Señor está con nuestro espíritu porque El es el Espíritu vivificante. El está en los cielos, y, al mismo tiempo, como el Espíritu omnipresente, está en nuestro espíritu para darnos vida y también paz. Esto es para llevar a cabo el dispensar del Dios Triuno en nuestro ser.
Ahora debemos ver cómo es que el Señor, como el postrer Adán, llegó a ser el Espíritu vivificante. Saber que el Señor llegó a ser Espíritu vivificante es relativamente fácil porque la Biblia nos lo dice directamente. Pero saber cómo El llegó a ser Espíritu vivificante no es fácil. En el Evangelio de Juan se nos dice que el Hijo vino con el Padre (8:29) y en el nombre del Padre (5:43). El era uno con el Padre (17:22). El Padre estaba en El y El estaba en el Padre (14:10-11). El no buscó Su propia voluntad sino la voluntad del Padre (6:38). El no hizo Su propia obra sino la obra del Padre (17:4). No habló Su propia palabra, sino la palabra del Padre (14:24). No buscó Su propia gloria sino la gloria del Padre (7:18). El Hijo vino en el nombre del Padre y vivió por el Padre, no por Sí mismo (6:57). El actuaba, se movía y obraba totalmente por el Padre. Cuando la gente veía al Hijo, veía al Padre (14:9). El Hijo y el Padre son uno (10:30). Esto se revela claramente en el Evangelio de Juan. La manera en que el Hijo llegó a ser el Espíritu vivificante también se revela en Juan. Primero, el Hijo vino con el Padre y en el nombre del Padre. En segundo lugar, el Hijo llegó a ser el Espíritu vivificante.
En Juan 7:38 el Señor Jesús dijo que de lo más profundo de todo aquel que creyera en El correrían ríos de agua viva. Luego el versículo 39 dice: “Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en El; pues aún no había Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado” (gr.). El versículo 39 no dice “el Espíritu de Dios”, “el Espíritu de Jehová” ni “el Espíritu Santo”. Simplemente dice: “el Espíritu” (gr.). Durante la creación en Génesis 1, el Espíritu de Dios ya estaba allí (v. 2). Luego, después de la creación Dios vino a tener contacto con el hombre, de este modo, el Espíritu de Jehová es revelado (Jue. 3:10; 6:34). El Espíritu de Dios es para que Dios efectuara la creación, y el Espíritu de Jehová es para que Dios tuviera contacto con el hombre. Estos son los dos títulos principales dados al Espíritu en el Antiguo Testamento. En el Antiguo Testamento no se menciona el Espíritu Santo. En Salmos 51:11 e Isaías 63:10-11 el “Santo Espíritu” debería ser traducido “Espíritu de santidad”. El título divino “Espíritu Santo” empezó a ser usado para la iniciación del evangelio de Dios, la cual era preparar el camino para la venida del Salvador (Lc. 1:15) y preparar un cuerpo humano para El (Mt. 1:18, 20). Es cuando Jesús fue concebido y nació que el Espíritu Santo se menciona.
El Espíritu de Dios, el Espíritu de Jehová y el Espíritu Santo son simplemente un solo Espíritu. Pero en Juan 7 dice que todavía no había Espíritu. El Espíritu de Dios estaba presente desde el principio, el Espíritu de Jehová estaba presente cuando Dios tuvo contacto con el hombre, y el Espíritu Santo estaba presente en la concepción del Señor y en Su nacimiento. Pero, ¿por qué dice Juan 7 que “no había Espíritu”? Juan dice a continuación que aún no había Espíritu, porque Jesús no había sido aún glorificado. Que Jesús fuera glorificado era la manera de que el postrer Adán fuera hecho Espíritu vivificante. El Señor Jesús como el postrer Adán fue hecho Espíritu vivificante mediante ser glorificado.
Andrew Murray en su libro El Espíritu de Cristo habla de Juan 7:39. En ese libro, el tema del capítulo cinco es el Espíritu del Jesús glorificado. Andrew Murray señala que el Espíritu del Jesús glorificado es diferente del Espíritu de Dios, del Espíritu de Jehová, y aun diferente del Espíritu Santo. En la creación estaba el Espíritu de Dios, en el asunto de que Dios tuviera contacto con la gente estaba el Espíritu de Jehová, en la concepción y el nacimiento de Cristo estaba el Espíritu Santo, pero el Espíritu del Jesús glorificado no estaba sino hasta que Jesús fue glorificado. Desde que Dios creó hasta la resurrección de Cristo acontecieron principalmente cuatro grandes cosas en el universo: la creación, el contacto de Dios con el hombre, el nacimiento de Jesús y la resurrección de Jesús. Para la creación de Dios estaba el Espíritu de Dios, para que Dios tuviera contacto con el hombre estaba el Espíritu de Jehová, para el nacimiento de Jesús estaba el Espíritu Santo, y para la resurrección de Cristo estaba el Espíritu del Jesús glorificado.
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