Terreno genuino de la unidad, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-3873-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El primer resultado de la división fue Babel. La fuente de Babel fue el árbol del conocimiento. Si Adán no hubiera comido del fruto del árbol del conocimiento, habría sido imposible que sus descendientes construyeran la torre y la ciudad de Babel. Según el relato de Génesis 3, Adán tomó del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Al comer de este fruto, el árbol del conocimiento entró en él y llegó a ser parte de él de manera subjetiva. El relato de Génesis 4 indica esto. En este capítulo vemos el odio, el homicidio, la poligamia y el invento de las armas de guerra. En Génesis 6 vemos que esta situación empeora aún más: el hombre llegó a ser carne (v. 3), y “la maldad de los hombres era mucha en la tierra” (v. 5). Además, como lo indica el versículo 11: “La tierra se corrompió delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia”. Cuando Dios miró la tierra, vio que se había corrompido, “porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra” (v. 12). Como ya sabemos, Dios juzgó esa generación corrupta enviando el diluvio. Sin embargo, ni siquiera este juicio hizo que la naturaleza del hombre cambiara. Según Génesis 11, el hombre incluso se atrevió a luchar contra Dios. En Génesis 11:4 los hombres dijeron: “Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre [...] y hagámonos un nombre”. Al procurar hacerse un nombre, ellos se rebelaron contra Dios. El resultado de esta rebelión fue división y confusión; esto es Babel, el primer resultado de la división. Como resultado de la rebelión que ocurrió en Babel, la humanidad fue dividida.
La división que ocurrió en Babel estaba relacionada con la idolatría. Algunos historiadores creen que sobre los ladrillos que se usaron para construir la torre y la ciudad de Babel estaban inscritos nombres de ídolos. Josué 24:2 dice: “Así dice Jehová, el Dios de Israel: ‘Vuestros padres habitaron antiguamente al otro lado del río, esto es, Taré, padre de Abraham y de Nacor, y servían a dioses extraños’”. Este versículo indica que antes de que Dios llamara a Abraham, éste servía a otros dioses en la tierra de Caldea. Esto significa que adoraba a los ídolos. Por tanto, la división de la humanidad en Babel involucraba la idolatría.
Estos capítulos de Génesis nos muestran que la división incluye cosas negativas como el odio, el homicidio, la poligamia, la guerra, la corrupción, la rebelión y la idolatría. El resultado de este elemento todo-inclusivo de división primero fue Babel con su división y confusión. Por tanto, el significado de Babel es división y confusión.
Aunque fue necesario que Dios abandonara al linaje creado, no abandonó Su propósito eterno con el hombre; más bien, según Su misericordia, se le apareció a Abraham, un miembro del linaje de Adán, y lo llamó a que saliese del ambiente en que se hallaba. Aquí vemos la elección de Dios. Como ya indicamos anteriormente, cuando Dios escogió a Abraham, lo hizo según Su naturaleza de unidad. Por esta razón seleccionó a un solo hombre, y no a una multitud. Dios le ordenó a Abraham que dejara su país y a sus familiares, y que fuera a la tierra que le daría a él y a sus descendientes.
Finalmente, bajo la bendición del Señor, los descendientes de Abraham, los hijos de Israel, llegaron a ser miles y miles de personas. Después que los hijos de Israel hicieron su éxodo de Egipto, entraron en la buena tierra, la tierra que Dios le había prometido a Abraham. Según el libro de Deuteronomio, Dios les mandó que no debían adorar de manera corporativa en el lugar que ellos escogiesen (Dt. 12); más bien, tenían que humillarse ante el Señor y aceptar Su elección. Puesto que los hijos de Israel honraron al Señor en cuanto al lugar donde debían adorar corporativamente y aceptaron acudir al lugar único que Dios había escogido para que le adorasen, ellos fueron preservados en la unidad. Conforme a la elección de Dios, el templo fue construido en el monte de Sión, y el pueblo de Dios tenía que ir allí tres veces al año. El Lugar Santísimo que estaba en el templo construido en el monte de Sión era el centro de la unidad del pueblo de Dios. Este centro era el lugar del oráculo de Dios y guardaba la unidad del pueblo escogido de Dios.
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