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Vida cristiana, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0260-9
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CAPÍTULO CUATRO

LAS FUNCIONES DEL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO

(1)

Lectura bíblica: Jn. 16:7-11; 1 P. 1:2a; 1 Co. 15:45; 2 Co. 3:6b; Jn. 3:5-6; Ro. 6:19, 22; 15:16; Tit. 3:5; 2 Co. 3:18; Ef. 1:13, 14; 2 Co. 1:22b; Ro. 8:11, 14; Gá. 5:18; Jn. 15:26; 1 Jn. 5:6; Ro. 8:16; Hch. 9:31; Ro. 14:17; Hch. 13:52

Los versículos de la lectura bíblica referentes a las funciones del Espíritu todo-inclusivo fueron seleccionados de todo el Nuevo Testamento. Quisiera animarnos a todos, especialmente a los jóvenes, a recordar todos estos versículos. De ser posible, sería apropiado aprendérselos de memoria. Cada uno de estos versículos contiene alguna palabra o frase que debe impresionarnos.

En el mensaje anterior vimos quince aspectos tocantes al Espíritu todo-inclusivo. El primer aspecto consiste en que Dios es Espíritu, y el último aspecto consiste en que el Espíritu es el Dios Triuno procesado y consumado. Estos dos aspectos son el alfa y la omega de todos los puntos con respecto al Espíritu todo-inclusivo. El alfa es Dios como el Espíritu, y la omega es el Espíritu. En este mensaje queremos ver las funciones del Espíritu todo-inclusivo.

Las funciones del Espíritu todo-inclusivo tienen que ver con la economía de Dios en Su Trinidad. Dios es únicamente uno, mas en Su Deidad existen tres. La Trinidad Divina —el Padre, el Hijo y el Espíritu— es para la economía de Dios. Lamentablemente, el término economía pasa desapercibido para la mayoría de los cristianos, a pesar de que está claramente revelado en el Nuevo Testamento, en especial en los escritos de Pablo (Ef. 1:10; 3:9; 1 Ti. 1:4). La Trinidad tiene como objetivo la economía de Dios, y la economía de Dios tiene como objetivo el deseo de Su corazón. Cuanto más grande es una persona, mayores y más elevados son sus deseos y aspiraciones. Dios es muy grande. Él es muy cuidadoso y esta lleno de deseos. La economía de Dios tiene como fin que Él lleve a cabo Su deseo.

Según la revelación que consta en la Biblia, Dios como el Padre, en la primera persona de Su Deidad, hizo una economía, un plan, en la eternidad pasada a fin de efectuar algo conforme al deseo de Su corazón. El Padre está íntimamente relacionado con el plan, economía o arreglo divinos. Después de hacer tal plan, Dios como el Hijo vino en la carne para ser un hombre con el propósito de cumplir el plan del Padre, el cual es llevar a cabo Su economía. Dios el Padre planeó una economía, y Dios el Hijo vino para llevar a cabo esa economía. Luego Dios el Espíritu nos aplica lo que Dios el Hijo ha realizado. Tenemos que recordar estos tres puntos simples: Dios el Padre planeó, Dios el Hijo realizó y Dios el Espíritu aplica lo que el Hijo realizó. Hoy en día estamos en la etapa de la aplicación efectuada por el Espíritu. La aplicación que el Espíritu efectúa de lo que el Hijo realizó es la función del Espíritu.

La función del Espíritu todo-inclusivo es Su comisión. Él ha sido comisionado por la Deidad en Su Trinidad para que funcione aplicando lo que Dios el Hijo, Cristo, ha realizado conforme a lo que Dios el Padre ha planeado en Su economía. Hoy en día estamos bajo la aplicación que efectúa el tercero de la Deidad, quien realiza lo que Dios en la segunda persona logró según lo que Dios en la primera persona planeó en Su economía. Tenemos que abarcar todo esto cuando hablemos de la función del Espíritu todo-inclusivo.

Esta breve comunión abarca toda la Biblia. La Biblia primeramente nos muestra el plan de Dios en la persona del Padre. Luego la Biblia nos revela cómo Dios lleva a cabo Su plan en la persona del segundo en Su Trinidad. Luego la tercera persona viene para hacer que todo lo que el segundo logró sea nuestra experiencia. Ésta es la función del Espíritu todo-inclusivo.

I. CONVENCE A LOS PECADORES
A QUE SE ARREPIENTAN Y CREAN EN CRISTO

La primera función del Espíritu todo-inclusivo es convencer a los pecadores a que se arrepientan y crean en Cristo. Esto es según Juan 16:7-11. Éste es un maravilloso pasaje de la Palabra. Antes de ir a Rusia el año pasado para la propagación del recobro del Señor, los hermanos vinieron a mí y tuvimos un poco de comunión en cuanto a las verdades que deberíamos presentar al pueblo de Rusia. Yo propuse que les presentásemos las siete maravillas de la Biblia. Juan 16:7-11 está incluido entre las maravillas de la Biblia.

Cuando el Señor Jesús dijo esto en Juan 16, el Espíritu de realidad todavía no había venido. El Señor dijo que cuando el Espíritu viniera, convencería al mundo con respecto al pecado, la justicia y el juicio. Cuando el Señor Jesús dijo esto, Él todavía no había ido a la cruz para efectuar la redención. Él les dijo a Sus discípulos que si Él no se iba, el Consolador, el Espíritu de realidad, no vendría a ellos (v. 7). El Hijo se iba para que viniera el maravilloso Espíritu. Después de morir en la cruz, el Hijo entró en la resurrección. El Espíritu de realidad vino en el día de Su resurrección. El Cristo resucitado sopló este Espíritu en Sus discípulos para que fuera la realidad de todo lo que Cristo es y todo lo que Cristo realizó (20:22). Después de cuarenta días Cristo ascendió a los cielos, y diez días después, en el Día de Pentecostés, cuando se cumplían los cincuenta días, el Espíritu descendió como poder sobre los discípulos (Hch. 1:8). Este Espíritu vino para convencer al mundo, incluyendo a toda tribu, lengua, pueblo y nación (Ap. 5:9). Éste es el tercer paso de la economía de Dios.

En la economía de Dios, el primer paso ocurrió cuando el Padre planeó, el segundo paso ocurrió cuando el Hijo realizó y el tercer paso ocurre cuando el Espíritu aplica la redención de Cristo. El tercer paso es la venida del Espíritu para ganar a las personas a quienes el Padre quería ganar para Sí. Ahora en la aplicación efectuada por el Espíritu, el primer paso es que el Espíritu nos convenza. Hoy en día nuestra predicación del evangelio tiene como meta que el Espíritu nos convenza. Al predicar el evangelio, primero debemos aprender a convencer a otros. No debemos meramente decir buenas cosas a las personas. Tenemos que llevar a cabo la labor del Espíritu Santo al convencernos.

Cuando las personas nos escuchen, deben ser convencidos primeramente con respecto a la justicia, en segundo lugar con respecto al pecado y en tercer lugar con respecto al juicio. La justicia está relacionada con Cristo, el pecado está relacionado con Adán, y el juicio está relacionado con Satanás. Si las personas no se arrepienten del pecado que está en Adán y creen en Cristo como justicia, permanecerán en pecado y tendrán parte en el juicio de Satanás por la eternidad (Mt. 25:41). Cristo, Adán y Satanás son las tres personas que deben ser incluidas en nuestra predicación del evangelio. La función del Espíritu todo-inclusivo es convencer a la gente caída que vive sobre la faz de la tierra. Nuestra comisión es convencer a la gente. El primer paso de la aplicación que el Espíritu efectúa es convencer a la gente.


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