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Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0346-0
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2. Los obligaron a servir con dureza

El versículo 13 dice: “Y los egipcios hicieron servir a los hijos de Israel con dureza”. Algunas versiones traducen la palabra hebrea “dureza” por “severidad”. Esta palabra indica que los hijos de Israel no tenían ninguna libertad, ningún derecho, ningún descanso. Cualquiera que fuesen sus circunstancias, tenían que laborar como esclavos. Tenían que hacer lo que Faraón pedía.

3. Amargaron su vida con dura servidumbre

a. En barro, ladrillo y en toda labor

El versículo 14 continua: “y amargaron su vida con dura servidumbre, en hacer barro y ladrillo, y en toda labor del campo y en todo su servicio, al cual los obligaban con rigor”. Faraón amargó la vida de los israelitas con dura servidumbre. Actualmente, a los ojos de Dios, todo el pueblo labora en el “campo”. Usted quizá trabaje en un hospital, una fábrica o una oficina, pero en realidad está laborando en el “campo” haciendo “ladrillos” y usando como cemento el “barro”.

b. Edificaron dos ciudades de almacenaje para Faraón

Como esclavos en Egipto, los hijos de Israel “edificaron para Faraón las ciudades de almacenaje, Pitón y Ramesés” (v. 11). Pitón significa “boca de integridad” y Ramesés significa “trueno de la norma”. Estos nombres indican que las ciudades de almacenaje de Faraón fueron construidas para el orgullo y la jactancia, así como lo fueron las pirámides. Creo que bajo el reino de Faraón, los egipcios edificaron estas ciudades de almacenaje para jactarse de su integridad, honestidad y bondad y también para propagar sus normas culturales. La boca de integridad sigue expresándose hoy en el mundo. Cada raza y nación se jacta de su bondad. Además, todos los países están orgullosos de sus logros. Durante miles de años, el mundo se ha jactado de su bondad y ha propagado sus normas. Hoy, la gente mundana está construyendo ciudades de almacenaje para Satanás a causa del orgullo que tienen en su integridad y normas.

En contraste con la gente mundana, el Señor Jesús no se jactó de Su integridad. En lugar de jactarse, El pronunció palabras de gracia (Lc. 4:22). Además, con el Señor no hubo expresión de normas. Mateo 12:19 dice de El: “no contenderá, ni voceará, ni nadie oirá en las calles Su voz”.

c. Igual que en Babel

La labor de los hijos de Israel en Egipto era idéntica a los esfuerzos de los rebeldes en la tierra de Babel, de la cual fue llamado Abraham a salir. Los habitantes de Babel hicieron ladrillos y usaron barro como cemento para edificar la ciudad y la torre de Babel a fin de hacerse un nombre para ellos mismos (Gn. 11:3-4). En Egipto, Faraón obligó a los hijos de Israel a edificar ciudades para él con ladrillos y barro.

III. FARAON MATO A LOS HIJOS DE ISRAEL

A. Mató a los hombres y preservó a las mujeres

Faraón no solamente esclavizó a los hijos de Israel, sino que también intentó matar a todos los niños varones que nacieron de mujeres hebreas (1:15-19). El versículo 22 dice: “entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida”. La Biblia indica que la vida del varón sirve para el propósito de Dios; y especialmente entre el pueblo caído, la vida de la mujer sirve para el placer del hombre. Lo que hizo Faraón en Egipto es exactamente lo que está haciendo Satanás hoy en día: está matando la vida que sirve para el propósito de Dios y preserva la vida que sirve para el placer del hombre. Como creyentes en Cristo, aún nosotros podemos ser usados por Satanás para matar al varón, una vida que es para el propósito de Dios, y preservar a la mujer, la vida para el placer del hombre. Todo creyente tiene ambas clases de vida. Si no tenemos la gracia del Señor, a diario seremos un Faraón que mata la vida para el propósito de Dios y conserva la vida para el placer del hombre. Por ejemplo, en el día del Señor, muchos cristianos no tienen deseos de asistir a las reuniones. Al contrario, pasan el día disfrutando de deportes, entretenimientos, y diversiones. No obstante, en el día del Señor, los creyentes deberían reunirse para adorar al Señor, escuchar Su palabra y servirle. Sin embargo, en el día del Señor, muchos creyentes matan la vida del varón, pero conservan la vida de la mujer. En cuanto a la adoración del Señor en el día del Señor, ellos están amortecidos, pero cuando se trata de compartir los entretenimientos y diversiones mundanas, son activos y muy vivientes.

Satanás siempre busca oportunidades para matar la vida que sirve para el propósito de Dios y preservar la vida que sirve para el placer del hombre. ¿Ha considerado usted alguna vez por qué resulta mucho más fácil murmurar que orar? Orar consiste en ejercitar la vida masculina, pero murmurar, es ejercitar la vida femenina. Quizás aún ahora usted es uno con Satanás al matar la vida que sirve para el propósito de Dios. Cuando el Señor nos incita a orar y en lugar de eso murmuramos, somos usados por Satanás para matar la vida masculina y preservar la vida femenina. Esto indica que hoy en día estamos haciendo lo mismo que Faraón en el capítulo uno de Exodo. ¿Vive usted por la vida que sirve para el propósito de Dios o por la que sirve para el placer del hombre? Es posible que parte del tiempo usted sea un Faraón entronizando el ego y matando la vida que sirve para el propósito de Dios, pero preserva la vida que sirve para su propio placer.


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