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Pastorear a la iglesia y perfeccionar a los jóvenespor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8420-9
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Actualmente disponible en: Capítulo 6 de 10 Sección 1 de 3

CAPÍTULO SEIS

COMUNIÓN EN CUANTO A
LA NECESIDAD DE LAS IGLESIAS
EN EL EXTRANJERO

CELEBRAR ENTRENAMIENTOS PARA
LOS SANTOS LOCALES Y EXTRANJEROS
ANIMAR A LOS SANTOS EXTRANJEROS
A ESTUDIAR EN TAIWÁN

Si las iglesias en Taiwán continúan avanzando y si los colaboradores están dispuestos a recibir la carga de ayudar a las iglesias en el extranjero, habrá resultados sustanciales. También sería bueno tener un tiempo de reuniones o un entrenamiento cada año o cada dos años para que asistan los santos de varias iglesias locales de Taiwán y del extranjero. Cada término de entrenamiento podría ser de tres semanas o un mes. Los santos de varias iglesias pueden congregarse y participar en el entrenamiento, así como los hijos de Israel guardaban la Fiesta de los Tabernáculos. Los hermanos y las hermanas que sirven al Señor pueden juntarse al menos una vez cada dos años y tener un entrenamiento en el cual ellos vivan juntos y se reúnan y tengan comunión juntos. Este entrenamiento también podría celebrarse cada año. Me parece que esto sería una gran ayuda para las iglesias.

Los colaboradores que vayan al extranjero a laborar por el Señor deberían tomar nota de los santos que buscan del Señor y que son prometedores. Los colaboradores pueden incluso animar a los santos jóvenes en Japón, Corea y el sudeste de Asia a que vengan a Taiwán para estudiar, asistir a las reuniones y aprender el idioma, teniendo como meta la traducción. Cuando estos jóvenes terminen su educación y regresen a sus países, serán una gran ayuda para las iglesias. Que los colaboradores vayan al exterior y que los santos jóvenes del extranjero vengan a Taiwán hará que la obra progrese. Ello duplicará los resultados con la mitad del esfuerzo.

DAR EL DIEZMO PARA LAS IGLESIAS
EN EL EXTRANJERO

Que los colaboradores vayan al extranjero y los santos jóvenes vengan a Taiwán aumentará la carga de las iglesias y de los colaboradores en Taiwán. La carga espiritual y material será más pesada. Por esta razón, las iglesias en Taiwán deberían comenzar a diezmar para las iglesias en el extranjero. Esto significa que no importa cuánto las iglesias reciban en ofrendas, deberían dar una décima parte al Señor. En el Antiguo Testamento los levitas recibían el diezmo por parte de los israelitas, y luego daban una décima parte de lo que habían recibido al Señor. Esto era grato para el Señor. Nunca piense que su iglesia no recibe mucho y por lo tanto no puede diezmar. Esto es un pensamiento egoísta. La Biblia dice: “Dad, y se os dará” (Lc. 6:38).

A partir de enero de 1971, todas las iglesias deberían ofrendar el diez por ciento, sin importar cuánto reciban. Supongamos que una iglesia local recibe diez mil nuevos dólares taiwaneses, pero necesita doce mil. ¿Qué debería hacer esta iglesia? Los ancianos de todos modos deberían esforzarse por ofrendar una décima parte y luego encomendar lo que falta al Señor. Esto está en conformidad con la palabra del Señor en Malaquías 3:10, que dice: “Traed todo el diezmo al alfolí para que haya alimento en Mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, a ver si no os abriré las ventanas de los cielos y derramaré sobre vosotros bendición tal que no haya donde quepa”. El Señor dijo que debíamos probarlo al nosotros dar, y que Él abrirá las ventanas de los cielos para nosotros. No deberíamos esperar hasta que recibamos un excedente a fin de dar el diez por ciento; más bien, deberíamos primero, por fe, poner aparte el diez por ciento. Si las iglesias pusieran esto en práctica, las ofrendas aumentarían. Dar de esta manera duplicará lo que recibimos de parte del Señor. Dad al Señor y Él os dará. Ésta es la manera en que los santos son bendecidos y, aún más, las iglesias son bendecidas.

Independientemente de si tenemos suficiente para satisfacer nuestra necesidad, las iglesias en Taiwán tienen que ofrendar una décima parte al Señor por fe. El Señor bendecirá esto. Esto no sólo nos pondrá a prueba, sino que también confirmará la experiencia que los santos han tenido a lo largo de las generaciones. Nadie jamás ha sufrido una pérdida como consecuencia de amar al Señor y ofrendar bendiciones materiales a Él. Sin excepción alguna, lo que el Señor nos da de regreso es más que lo que le damos a Él. Esto aplica a los individuos y también a las iglesias. Tenemos que mirar hacia el futuro. Si cada iglesia está dispuesta a poner esto en práctica, traeremos la bendición del Señor.

Las iglesias en Taiwán deberían dar para las necesidades de Corea del Sur al ayudar a los santos allí a comprar un terreno para la construcción del local de reunión. Tal proyecto no puede cumplirse dentro de un corto tiempo; no obstante, deberíamos pedirle al Señor que nos dirija en este asunto. Según la dirección del Señor, podríamos tener un encuentro de todas las iglesias en Asia del Este cada año o cada dos años. La necesidad financiera para tal encuentro sería inmensa. La carga sería demasiado grande para que las iglesias satisfagan esta necesidad en un periodo corto de tiempo. Quizás las iglesias puedan hacer una ofrenda cada mes con miras a satisfacer esta necesidad. Esto no tiene que ser una práctica rígida. Si las iglesias son guiadas a hacerlo, pueden enviar la ofrenda a la oficina de negocios de la iglesia en Taipéi, designándola para que sea usada en la conferencia de Asia del Este. Así los fondos gradualmente serán acumulados, y será más fácil llevar la carga financiera en el momento de la conferencia. Tenemos que satisfacer esta necesidad por causa del Señor.

He aquí otro ejemplo. Hay dos locales en la iglesia en Taipéi que pueden acomodar aproximadamente mil santos cada uno, pero ambos salones de reunión necesitan ser remodelados. Necesitamos un lugar que pueda acomodar de dos a tres mil personas para un entrenamiento. En el futuro necesitaremos alquilar un local que sea lo suficientemente grande para recibir diez mil personas a fin de celebrar una conferencia. Por supuesto, quizás no podamos construir un local de reunión tan grande en Taipéi. Sin embargo, la iglesia en Taipéi debería tener un local de reunión que pueda acomodar de dos mil quinientas a tres mil personas a fin de que podamos llevar a cabo entrenamientos allí con regularidad.


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