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Presentación breve de lo que es el recobro del Señor, Unapor Witness Lee

ISBN: 978-0-87083-570-4
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G. Cómo tratar con las divisiones

En cuanto a tratar con las divisiones, grupos que se han separado de las iglesias locales genuinas y que han quebrantado la única comunión del Cuerpo de Cristo, me gustaría presentarles mi sugerencia, y creo que ésta es de acuerdo a la santa Palabra.

1. Considerarlas sectas divisivas

Primero, debemos considerar estas divisiones como sectas divisivas, igual que las denominaciones, no conforme a su condición sino conforme a su posición, es decir, conforme a su terreno, su base. Si usted fuera a una reunión de personas divisivas, verá que en apariencia ellos tal vez se comporten de una manera muy espiritual. Esta clase de conducta tiene que ver con su condición. En este libro he usado el ejemplo del matrimonio. El matrimonio se basa en la castidad o pureza de la esposa, no en su amabilidad. Tal vez una esposa sea muy amable, pero si su esposo es el señor Smith, y ella comienza a llamarse señora Jones, no importa cuán amable, humilde y sumisa pueda ser ella para con su esposo, la base de su matrimonio está anulada. La base de un matrimonio no es el estado de la esposa, sino la castidad. Si una esposa es casta, aunque en ocasiones no trate amablemente a su esposo, es decir, aunque su estado sea algo pobre, ella todavía tiene la posición apropiada de esposa. Acerca de la situación entre nosotros hoy en día, necesitamos ejercitar el discernimiento apropiado. Debemos discernir si cierto grupo de creyentes es una iglesia genuina o una secta, no conforme a su estado sino conforme a su posición, es decir, conforme a su base. En cuanto al estado de alguien, es posible que finja, pero con respecto a la base en que alguien se encuentra, nadie puede fingir. O estamos en la base apropiada o no lo estamos. Tal como una mujer no puede fingir que tiene un solo esposo, nosotros no podemos fingir que estamos en la base apropiada de la única comunión de la iglesia.

2. Recomendar a todo creyente
de las iglesias locales
que no tenga participación en las divisiones

En segundo lugar, no debemos recomendarle a ningún creyente de las iglesias locales que participe en las reuniones y actividades de esas divisiones. No obstante, puede darse el caso de que algunos asistan a las reuniones de la mesa del Señor en una iglesia local y después de participar de la mesa, vayan a una reunión de los disidentes a escuchar un mensaje. Si algún creyente de las iglesias locales asiste a las reuniones y participa en las actividades de estas sectas, las iglesias locales no deben apartarlo de la comunión de la iglesia mientras él no sea infectado ni promueva algo que sea divisivo. Nuestro trato con tal persona depende de si él ha sido infectado por los “microbios” de la división o no, y de si él está transmitiendo los microbios a otros o no. Si él está transmitiendo esos microbios, debemos advertirle que no lo haga. No podemos tolerar ningún microbio que cause división.

3. No rechazar a ningún creyente
que no promueva nada divisivo

Si algún creyente que se reúne con cualquiera de estos grupos sectarios asistiera a las reuniones de las iglesias locales, o tuviera contacto con los creyentes que se reúnen en las iglesias locales, no debe ser rechazado, siempre y cuando no promueva nada divisivo.

4. Considerar como divisivo y rechazar
a cualquiera que promueva grupos sectarios

Sin embargo, cualquier persona que insista en promover estas divisiones sectarias se debe considerar divisiva y debe ser rechazada después de la primera y la segunda amonestaciones (Tit. 3:10). Yo creo que ésta es la manera justa y bíblica de tratar con las divisiones que se han separado de las iglesias locales genuinas y que han quebrantado la comunión del Cuerpo de Cristo. En todo caso, según la enseñanza de los apóstoles en el Nuevo Testamento, a todo aquel que causa divisiones, que es divisivo y transmite “microbios” de división, o sea, que es partidista, sectario, lo debemos rechazar (Tit. 3:10) y debemos apartarnos de él (Ro. 16:17).

II. LA NATURALEZA, LA BASE Y LA CONDICION
DE UNA IGLESIA LOCAL

Lectura bíblica: 1 Co. 1:2; Ro. 16:16b; Ef. 4:3; Hch. 8:1; 13:1; Ro. 16:1; 1 Co. 1:2; Ap. 1:11

En esta palabra complementaria vamos a considerar, en segundo lugar, la naturaleza, el terreno o base, y la condición de la iglesia local.

A. La naturaleza

1. La iglesia de Dios
posee la naturaleza divina de Dios

En cuanto a la naturaleza de la iglesia local, primeramente debemos darnos cuenta de que la iglesia es la iglesia de Dios (1 Co. 1:2). Una iglesia local debe ser una iglesia de Dios, que posee la naturaleza divina de Dios. El título “la iglesia de Dios” denota que la iglesia no sólo pertenece a Dios, sino que también debe tener la naturaleza de Dios.


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