Espíritu y el cuerpo, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-4516-3
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Conforme a la economía de Dios, este Dios procesado, este Espíritu todo-inclusivo, debe nacer en nosotros, y nosotros debemos nacer de Él. Nuestra primera relación con este Espíritu tiene que ver con el nacimiento. Esto no es algo insignificativo. Este maravilloso Espíritu ha nacido en nuestro ser, y nuestro ser ha nacido de Él. Juan 3:6 dice: “Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es”. En este versículo vemos dos clases de espíritu, uno de los cuales se indica con la letra mayúscula E, y el otro con la letra minúscula e. Sin duda alguna el Espíritu se refiere a este maravilloso Espíritu, y el espíritu denota nuestro ser interior. Lo que es nacido del Espíritu es nuestro espíritu. Antes de ser salvos, éramos carne. Ser salvo no sólo significa que nuestros pecados sean perdonados, que seamos redimidos, justificados y reconcilia dos con Dios. El significado de la salvación es mucho más profundo y significativo que eso. En última instancia, ser salvo significa nacer de este maravilloso Espíritu. Hoy en día ya no somos carne, sino que somos espíritu.
Al escuchar esto, quizás algunos de ustedes digan: “Hermano Lee, no se jacte a causa de todos nosotros. Incluso ahora mismo siento que todavía soy carne”. En un sentido, estoy de acuerdo con usted. Me gusta que diga esto, pues el hecho de que se dé cuenta de que todavía está en la carne indica que está bajo la misericordia de Dios. Sólo alguien que está bajo la misericordia de Dios reconoce que es carne. Todos los demás dirían que son mejores que un ángel. Así que, por la misericordia de Dios, usted reconoce que su condición es lamentable. En especial usted confiesa que es despreciable a los ojos de su cónyuge. Sin embargo, aunque se percata de que todavía es carne, ¿acaso no tiene otro sentir en su interior? ¿No siente que usted es una persona maravillosa, gloriosa, admirable y misteriosa? Dentro de esta carne hay algo divino; al menos hay una pequeña cantidad de oro. ¿No tiene dentro de usted al menos una onza de oro? En lo exterior aún podemos ser carne, pero interiormente tenemos oro. Debemos aprender a ponernos del lado de la gracia de Dios y olvidarnos de lo que somos externamente. Debemos decir: “Carne, ¡vete ya! No me interesas más ni te aprecio, pues dentro de mí hay oro”. Si usted dice esto, de inmediato será glorioso. Cuanto más hable de esta manera, más aumentará el oro en usted. Esto no tiene nada que ver con un crecimiento acelerado como el de los hongos, sino con la fe. Debemos decir: “Carne, ¡vete ya! ¡Lo que me gusta es el oro! ¡Aleluya por el oro! Me gusta vivir con este oro y en virtud de este oro”. Cuanto más usted alabe al Señor por el oro que está en usted, más se aumentará el oro poco a poco, de una onza a varias onzas.
Lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Éste es un asunto muy importante. ¿Se ha dado cuenta de que usted ha nacido del Espíritu y que el Espíritu ha nacido en usted? Esto no tiene que ver con la religión ni con las enseñanzas, ni con ningún tipo de práctica; más bien, tiene que ver con el nacimiento.
En cuanto a la adoración a Dios, la adoración tiene que ver totalmente con el espíritu. Dios es Espíritu, y nosotros los que le adoramos debemos adorarle en espíritu (Jn. 4:24). Nosotros adoramos a Dios el Espíritu ejercitando nuestro espíritu. Esto es muy crucial. Muchos cristianos entienden esto, pero en la práctica han visto muy poco que deben adorar a Dios exclusivamente en su espíritu. Su espíritu es diferente de su mente, de su parte emotiva o de cualquier parte de su ser interior. Todos debemos estar restringidos al espíritu. Siempre que contactemos a Dios o tengamos comunión con Él, debemos estar restringidos a nuestro espíritu, recordando que nacimos del Espíritu en nuestro espíritu. Así que, debemos adorar al Espíritu únicamente ejercitando nuestro espíritu que ha renacido, y no ninguna otra parte de nuestro ser.
Algunos se preguntarán cuál es la diferencia entre adorar a Dios en espíritu y adorarle de otra manera. Aunque es difícil analizar esto doctrinalmente, puedo mostrarle la diferencia de una manera práctica. Supongamos que después de entrar en la reunión usted examina con una actitud de crítica a los viejos y luego a los jóvenes. Si hace esto, definitivamente no estará en el espíritu. Luego, supongamos que usted se dice a sí mismo: “Esta noche, el hermano Lee va a dar el mensaje. ¿De qué hablará? Él ha hablado mucho acerca del Espíritu. ¿Será que todavía tendrá algo que decir acerca del Espíritu?”. Todos estos pensamientos son como insectos que revolotean en su mente y la ocupan. Si usted tiene su mente ocupada con estos pensamientos, definitivamente no estará en el espíritu. ¿Qué significa entonces estar en el espíritu? Significa que usted se da cuenta de que ha nacido del Espíritu en su espíritu y de que ha venido a la reunión para contactar a Dios el Espíritu en su espíritu. Así que usted se olvida de sus pensamientos y se restringe a su espíritu. Usted puede alabar al Señor diciendo: “¡Amén! ¡Aleluya! ¡Oh, Señor Jesús! ¡Oh, los siete Espíritus, las siete lámparas y los siete ojos! ¡Amén! ¡Oh, los siete ojos de la piedra y los siete ojos del Cordero! ¡Alabado sea el Señor!”. Finalmente, cuando un hermano se ponga en pie para hablar, usted se olvidará hasta de su nombre y simplemente disfrutará al Señor.
Algunos creyentes son muy activos en sus pensamientos, sentimientos y capacidad analítica, pero no ejercitan su espíritu. Por ello, cuando usted venga a la reunión, debe olvidarse de sí mismo y ejercitar su espíritu. Siempre que voy a compartir la palabra, hago lo posible por olvidarme de los cielos, la tierra, e incluso de mi familia. Sin embargo, a veces el enemigo me envía pensamientos acerca de mi esposa, hijos y nietos para distraerme. Todos estos pensamientos son como insectos. Sin embargo, lo único que me interesa es mi espíritu. Así que cuando hablo, tomo la determinación de hablar desde mi espíritu. Éste es el secreto para causar impacto al hablar y el secreto para tener el hablar del Señor. Debemos restringirnos a nuestro espíritu.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.