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Línea central de la revelación divina, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8224-3
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La línea central de la revelación divina

LA ECONOMÍA DIVINA
Y LA IMPARTICIÓN DIVINA

MENSAJE TRES

LA ECONOMÍA DIVINA

Lectura bíblica: Ef. 1:5, 9-11; 3:8-11; Hch. 2:23; 1 Ti. 1:4b; Ef. 3:2; 1 Co. 9:17

En estos mensajes tenemos la carga de presentar la línea central de la revelación divina. Si preguntáramos a varios estudiantes y maestros de la Biblia acerca de lo que es la línea central de la Biblia, tendrían diferentes opiniones. Nuestro parecer con respecto a la línea central depende de nuestro entendimiento de la Biblia, el cual, a su vez, depende de quiénes somos. Muchos cristianos del Lejano Oriente prefieren el libro de Proverbios, mientras que aquéllos del Occidente prefieren el libro de Salmos. Frecuentemente el Nuevo Testamento en chino tiene el libro de Proverbios adjunto, mientras que muchas veces el Nuevo Testamento en inglés va acompañado de Salmos. Es posible que lo que uno ve en la Biblia sea conforme a su preferencia y esté basado en su cultura y su temperamento natural. Para poder ver la línea central de la revelación divina, necesitamos vaciarnos. Necesitamos olvidar lo que queda atrás, incluso lo que hemos oído anteriormente en la vida de iglesia. En esta serie de mensajes, queremos presentar de una manera nueva la verdad acerca de la línea central de la revelación divina.

Lo primero que se menciona en la Biblia es el relato de la creación efectuada por Dios. Génesis 1:1 dice: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Sin embargo, en realidad, lo primero no fue la creación de Dios. El principio que se menciona en Génesis es el comienzo del tiempo. El tiempo tiene un comienzo, pero no la eternidad. La eternidad no tiene principio ni fin. Sólo Dios sabe realmente qué es la eternidad, porque Él es el Dios eterno. El Evangelio de Juan también usa la frase en el principio. Juan 1:1 dice: “En el principio era la Palabra”. En Juan 1:1 “en el principio” se refiere a la eternidad pasada. En el principio del tiempo, Dios creó, pero en la eternidad pasada la Palabra estaba con Dios y era Dios.

Necesitamos considerar lo que Dios hacía en la eternidad pasada. Los capítulos 1 y 3 de Efesios nos dan un indicio de lo que Dios hacía antes del principio del tiempo. Quisiera que leamos Efesios 1:9-11 y 3:9-11. Efesios 1:9-11 dice: “Dándonos a conocer el misterio de Su voluntad, según Su beneplácito, el cual se había propuesto en Sí mismo, para la economía de la plenitud de los tiempos, de hacer que en Cristo sean reunidas bajo una cabeza todas las cosas, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En Él asimismo fuimos designados como herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el consejo de Su voluntad”. Efesios 3:9-11 dice: “Y de alumbrar a todos para que vean cuál es la economía del misterio escondido desde los siglos en Dios, que creó todas las cosas; a fin de que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia a los principados y autoridades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”. En estos versículos Pablo usa varios términos cruciales: la voluntad de Dios, el propósito de Dios, el beneplácito de Dios, el consejo de Dios y la economía de Dios.

Hemos visto que la línea central de la revelación divina comienza con Dios. Luego, la revelación divina nos muestra la economía divina y la impartición divina. Dios mismo, la economía de Dios y la impartición de Dios pueden verse por toda la Biblia. Estos tres asuntos constituyen la línea central de la revelación divina. La revelación divina nos presenta tres entidades principales: Dios mismo, la economía de Dios y la impartición de Dios.

I. UN RESULTADO DE LA VOLUNTAD, PROPÓSITO,
BENEPLÁCITO Y CONSEJO DE DIOS

La economía divina es algo que procede de la voluntad, el propósito, el beneplácito y el consejo de Dios.

A. La voluntad de Dios es el deseo de Dios

La voluntad de Dios es lo que Dios quiere, Su deseo. La voluntad de Dios es lo que Él desea y quiere hacer. El beneplácito de Dios pertenece a Su voluntad. Efesios 1:5 habla acerca del “beneplácito de Su voluntad”. Su beneplácito está incorporado en Su voluntad, así que Su voluntad lo precede. La voluntad de Dios estaba escondida como misterio en Dios, por lo cual Efesios 1:9 habla del misterio de Su voluntad. En la eternidad Dios planeó una voluntad. Esta voluntad estaba escondida en Él; por eso era un misterio. La voluntad de Dios como un misterio escondido en Él produce la economía, la impartición, de Dios (3:9). De la voluntad de Dios procede la economía de Dios a través de Su propósito, Su beneplácito y Su consejo.


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