Estudio-vida de Éxodopor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0346-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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En el último mensaje, cubrimos dos de los aspectos positivos del adiestramiento adicional de Dios: el nombre de Dios y el pacto de Dios. Por consiguiente, en este mensaje empezamos con la palabra infalible de Dios.
Dios aseguró a Moisés que los hijos de Israel serían liberados del cautiverio egipcio (6:1, 6-7; 7:5). Esta era una palabra infalible, que difiere de una palabra de promesa. Mientras Dios aseguraba a Moisés, parece que El estaba diciendo: “Moisés, olvídate de la incredulidad del pueblo, olvídate de Faraón, y olvídate de la condición de tus labios. Más bien, sé impresionado por Mi palabra infalible. Yo soy Jehová, y Yo recuerdo el pacto que Yo he establecido. Según Mi pacto, ciertamente libraré a los hijos de Israel del país de Egipto. Moisés, cree en esta palabra infalible y ocúpate en ella. Te aseguro que Mi pueblo escogido será liberado”.
En 6:7, el Señor dijo: “Os tomaré por mi pueblo y seré vuestro Dios”. Aquí Dios le aseguró a Moisés que El tomaría a los hijos de Israel por Su pueblo y que El sería el Dios de ellos. El Señor no quería que Moisés le dijera cuán malo era el pueblo y cómo rehusaron escuchar su palabra. Por el contrario, El quería que Moisés creyera y declarara que los hijos de Israel eran el mejor pueblo en la tierra. El Señor los amaba; ellos eran Su tesoro especial.
En lugar de Moisés, nosotros probablemente habríamos discutido con el Señor acerca de Su pueblo. Quizá hubiéramos dicho: “Señor, no los tomes por Tu pueblo. Puedo testificar por mi experiencia que no son buenos. Probablemente yo soy el único que Te obedece”. Por muy malo que haya parecido el pueblo ante los ojos de Moisés, Dios le aseguraba a Moisés que ellos eran Su pueblo escogido. A Sus ojos, ellos eran excelentes.
En el versículo 7, el Señor dijo también: “Y vosotros sabréis que Yo soy Jehová vuestro Dios que os sacó de debajo de las tareas pesadas de Egipto”. El Señor quería hacer todo lo que fuese necesario para darse a conocer como Jehová Dios a los hijos de Israel. Para asegurarle eso a Moisés, El le repitió continuamente las palabras: “Yo soy Jehová”.
Además, el Señor aseguró a Moisés que El haría de los hijos de Israel Su ejército (6:26; 7:4). Eso significa que El los usaría para combatir por El. ¡Qué palabra infalible fue ésta!
Finalmente, en 6:8, el Señor dijo: “Yo os meteré en la tierra por la cual alcé Mi mano jurando que la daría a Abraham, a Isaac, y a Jacob; y Yo os la daré por heredad, Yo Jehová”. El Señor no quiso escuchar ninguna queja acerca de Su pueblo escogido. El los tomaría como Su pueblo. El los haría Sus ejércitos y los llevaría a la buena tierra como lo había prometido. Esta era la palabra infalible que Dios le dirigió a Moisés.
Naturalmente hablando, lo que dijo Moisés al Señor acerca de los hijos de Israel y de Faraón era cierto. Pero Dios no creía esa situación. Por el contrario, El creía en Sí mismo, en Su pacto y en Su palabra infalible. El también creyó en lo que Su mano poderosa podía cumplir. Finalmente, Dios hizo efectivamente de los hijos de Israel Sus ejércitos. Mire lo que sucedió en la conquista de Jericó. Mientras los hijos de Israel marchaban alrededor de esa ciudad, los ángeles en los cielos deben haberse regocijado al ver el ejército que Dios había ganado para vencer a Su enemigo. Puesto que Dios creyó en lo que El podía hacer, El no prestó ninguna atención a la situación exterior, en cuanto a la incredulidad de Su pueblo y la terquedad de Faraón.
La palabra infalible que dirigió el Señor a Moisés debería alentarnos en el recobro del Señor. Algunos dicen que es imposible tener el recobro de la vida de iglesia hoy. No obstante, si esto no fuera posible, entonces el Señor Jesús no tendría la manera de volver. Por el bien de Su regreso, El necesita que la iglesia sea edificada. Sólo la iglesia edificada según el deseo del Señor puede ser el escalón que nos lleva a la era del reino. En Mateo 16:18, el Señor dijo: “Edificaré Mi iglesia”. Por consiguiente, creemos que es totalmente posible tener el recobro de la vida apropiada de iglesia hoy. Tenemos la promesa del Señor y Su palabra infalible.
Debemos recordar que el recobro del Señor no se originó con nosotros. Lo que estamos haciendo en el recobro actualmente no es conforme a nuestro plan, sino según el pacto del Señor y Su palabra infalible. El Señor Jesús dijo que El edificaría Su iglesia. Esto se está produciendo hoy en día, no según nuestro plan, sino conforme a la palabra del Señor. No crea en el entorno ni en las circunstancias; crea en la palabra infalible del Señor. Si usted es enviado por el Señor a un lugar particular para la vida de iglesia, no crea en las cosas negativas del entorno. Por el contrario, escuche al Señor y preste atención a Su palabra infalible. Todos necesitamos adiestramiento en estos asuntos.
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