Entrenamiento y la práctica de los grupos vitales, Elpor Witness Lee
ISBN: 978-0-7363-0320-0
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Nuestra labor en el Señor nunca será en vano ni podrá ser en vano. Simplemente debemos laborar. Una táctica muy engañosa del diablo es apartarnos de laborar para el Señor. Uno quizás tenga una excusa, al decir que ha estado trabajando en cierto lugar por tres años y que no ha ganado ninguna persona. ¿No puede tratar por otros tres años? Con el tiempo, si les hablamos a las personas acerca de Jesús, quizás no crean, pero oirán una palabra acerca de Jesús. Eso no lo podrán olvidar. Lo que hayamos hecho nunca será en vano.
He estado trabajando en los Estados Unidos por treinta y un años. Aparentemente, debido a la oposición del cristianismo, no he ganado a muchas personas. Pero realmente, ese no es el caso. El recobro del Señor se ha esparcido a cinco continentes a través de este ministerio. En 1949 cuando fui enviado de la China continental a Taiwán, había menos de cien iglesias fuera del continente, principalmente en el sureste de Asia, en países como las Filipinas, Indonesia, Malasia, Singapur y Tailandia. Sin embargo, hoy hay por lo menos mil doscientas iglesias alrededor del globo.
Necesitamos laborar día y noche. No tengo mucho tiempo para salir a visitar a las personas. Mi tiempo lo empleo principalmente preparando los bosquejos de los mensajes y hablando. Los mensajes que doy son grabados, transcritos, corregidos e impresos, y los libros son enviados a muchos lugares. En los últimos tres años, seis millones de ejemplares, incluyendo Biblias, mis libros y los libros del hermano Nee, se han distribuido gratuitamente a más de mil ciudades en Rusia. ¿Podemos pensar que todo eso ha sido en vano? No; esas publicaciones aún están trabajando allí.
Aunque los Estados Unidos es un país cristiano, siento que la necesidad del pueblo americano por Cristo es mucho más grande que en ninguna otra parte. Cuando empecé a trabajar en este país hace treinta y un años, la necesidad no era tan grande como lo es hoy. Necesitamos salir a visitar a la gente y darles un folleto o un volante. Ya sea que pensemos que lo van a entender o no, necesitamos creer que todo lo relacionado a Cristo servirá. No sabemos qué palabra tocará a la gente. Si le damos a alguien un volante, quizás lo tire en la calle, pero lo que una persona tira otra quizás lo recoge y se lo lleva a su casa. Entonces los miembros de esa familia, sus amigos y la visita de esa casa lo verán. No sabemos cuál será el resultado. Tarde o temprano las personas serán tocadas por Cristo.
Por supuesto, todo esto también depende de mucha oración de nuestra parte. No obstante, no debemos sentir que debemos orar a propósito arrodillándonos por diez o veinte minutos. Podemos orar en cualquier momento. Mientras estamos comiendo podemos decir: “Señor Jesús, acuérdate de los pecadores. Señor, acuérdate de mi primo”. Debemos creer que nuestra oración será escuchada y contestada.
Estoy muy contento que el Señor me haya salvado del mundo y que he estado trabajando para El por más de sesenta y cinco años. Nunca me he arrepentido de esto. Creo que un buen número de personas ha recibido el beneficio de mi trabajo. Necesitamos dar lo mejor de nosotros, laborar para el Señor. De otra manera, nuestra vida cristiana no tendrá ningún significado. Hemos sido salvos, hemos sido iluminados, y conocemos la iglesia y el recobro, pero necesitamos laborar. Sólo trabajar no es suficiente. Nuestro trabajo no impresionará a las personas; nuestra labor las impresionará. Las personas saben por su sentir interior si estamos laborando o simplemente trabajando. Si contactamos a las personas como una rutina, eso no les impresionará. Necesitamos tener un corazón para ellas. Necesitamos tener un deseo de ganarlas y laborar en ellas. Dentro de ellas se darán cuenta de que somos dedicados al Señor. Eso nunca lo podrán olvidar. Eso es efectivo.
Todos necesitamos laborar en amor. Necesitamos amar al Señor, amar Su recobro, amar la iglesia y amar a los santos. Debemos amar a los fuertes y debemos amar a los débiles aún más. Debemos desear verlos y hablarles. Debemos estar ardientes. Esto nos hará muy contagiosos. Les animo para que antes y después de cada reunión cultiven el hábito de contactar a las personas. El contacto que tenemos con las personas seguramente será productivo.
Hoy nuestro Señor es prevaleciente. Nadie en el Hades, ni en la tierra, ni en el aire, ni aun en el tercer cielo puede derrotar al Señor Jesús. En Su ascensión el Señor Jesús trascendió y traspasó el Hades, la tierra, el aire y también el tercer cielo (He. 4:14). El Señor necesitaba trascender aun el tercer cielo porque el tercer cielo fue contaminado por la presencia de Satanás (Job 1:6). Debido a que Satanás aún tiene un lugar en el tercer cielo, aún el tercer cielo necesita estar bajo los pies de Cristo. Por lo tanto, Hebreos 7:26 nos dice que hoy Cristo, nuestro Sumo Sacerdote, está por encima de los cielos. El no sólo está por encima del Hades, la tierra y el aire, sino también por encima de los cielos. El está en la cumbre del universo. Según Efesios 1:20-23, la trascendencia de Cristo tiene como fin formar la iglesia.
En Efesios 1:3-14 el dispensar triple del Dios Triuno sólo produce los materiales que constituirán la iglesia; no forma la iglesia. Antes de la trasmisión del Cristo trascendente en Efesios 1:22, existían los materiales, tales como Pedro y los ciento veinte en Hechos 1, pero no había iglesia. En el día de Pentecostés la iglesia no fue formada por el Cristo crucificado ni por el Cristo resucitado, sino por el Cristo trascendente que atravesó y traspasó el poder de las tinieblas en el Hades, la oposición en la tierra, los principados y autoridades en el aire, y aun la morada de Dios en el tercer cielo. El es Aquel que tiene el poder para vencer toda clase de circunstancias para formar la iglesia. Cuando formó la iglesia, El era trascendente. El césar, los sumos sacerdotes, los fariseos, los saduceos y los ancianos se oponían a El. A Jesús no le interesaban esos opositores. El es trascendente. Cuando El se derramó sobre la tierra, la iglesia fue formada. Pedro y los ciento veinte se hicieron uno. En el día de Pentecostés, cuando Pedro se levantó a hablar, no se levantó por sí mismo; se levantó con los once (Hch. 2:14). No fue Pedro el que habló; la iglesia fue la que habló. La iglesia llegó a existir; por lo cual, desde Hechos 2 la iglesia se menciona específicamente (5:11; 8:1, 3; 9:31; 11:22, 26; 12:1, 5; 13:1; 14:23, 27; 15:3, 4, 22; 18:22; 20:17, 28).
La trasmisión única del Cristo trascendente no tiene como fin producir los materiales para constituir Su Cuerpo sino para hacer de los materiales un solo Cuerpo. Hoy necesitamos darnos cuenta de que salir a visitar a las personas está relacionado con el Cristo trascendente. El Hades se opone, toda la tierra se opone, y los principados y las autoridades en el aire se oponen. Aun la morada de Dios en el tercer cielo fue contaminada por la presencia de Satanás. Cristo ha trascendido y traspasado todo esto. Nadie puede competir con El en Su trascendencia. El es Aquel quien tiene toda clase de poder. En Mateo 28:l8 El dijo: “Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra”. Luego en el versículo 19 El dijo: “Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones”. Nuestro ir a visitar a las personas es una respuesta a la trascendencia de Cristo, en la cual El recibió toda potestad. Esto sirve para formar la iglesia. Si nosotros no vamos, la iglesia no puede ser formada.
Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.