Fe cristiana normal, Lapor Watchman Nee
ISBN: 978-0-87083-779-1
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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Para empezar voy a suponer que el asunto de la existencia de Dios está demostrado. Todos creemos que hay un Dios. Puesto que deseamos conocer la verdad, debemos dar otro paso para descubrir qué clase de Dios es El. Dios es muy desconocido. Debemos dedicar tiempo para conocer a este desconocido. El paso siguiente es saber qué clase de Dios es El.
Durante miles de años el hombre se ha estado preguntando acerca de la naturaleza de Dios. ¿Es El bondadoso o justo? ¿Es indiferente hacia nosotros o está extremadamente interesado en los asuntos humanos? Este tipo de preguntas es el origen de todas las religiones humanas. ¿Qué es religión? La religión es la investigación y la explicación del hombre acerca de Dios. Por medio de estas explicaciones el hombre ha formulado diferentes conceptos acerca de Dios. ¿Qué clase de Dios es El? Este es un gran interrogante. Esta también es una pregunta seria. Todos hemos pensado en este tema en un momento u otro. Es posible que esta pregunta se nos haya ocurrido en nuestra pequeña mente cuando teníamos apenas cinco años de edad. Todos los hombres, cultos o iletrados, han estado intrigados en cuanto a esta pregunta. Tal interrogante viene naturalmente después de alguna contemplación y observación.
Una persona que trata de especular acerca de Dios es como una hormiga intentando entender a los seres humanos. Es extremadamente difícil para esta criatura tan insignificante tratar de comprender nuestra vida, naturaleza y raciocinio. De la misma manera nos es imposible tratar de comprender a Dios. Por esta razón, en siglos pasados, personas de toda índole, teólogos y filósofos, han meditado mucho acerca de Dios. ¿Qué ha estado haciendo Dios todo este tiempo? ¿Ha sido indiferente o ha tratado de revelarse a nosotros? ¿Cuál es la actitud de Dios? Piensa usted que El podría decir: “Yo soy Dios y no tengo nada que ver con los seres humanos. No me importa lo que ustedes piensen de Mí. Yo permaneceré en los cielos como Dios. ¡Que los mortales permanezcan en su ignorancia!”. O ¿piensa usted qué El tiene el deseo de revelarse al hombre y de visitarlo?
Cuando estuve en la India, vi hombres desnudos acostados en una tabla llena de clavos. Algunos caminaban descalzos sobre brasas. Esta gente ponía gran empeño en buscar a Dios. ¿Qué les ha hecho Dios a ellos? ¿Se ha escondido, sin hacerles caso alguno? ¿No se ha mantenido como un misterio perpetuo? Esta es una gran pregunta. Tenemos que considerarla científica y objetivamente para darnos cuenta cómo es Dios.
Hace unos años hablé de un tema similar a algunos estudiantes de medicina en el auditorio de la Universidad de Cheloo. Les dije que el hombre es un organismo vivo. Dios también tiene vida. La vida del hombre es más elevada que la de los animales bajos, y la vida de Dios es aún más elevada que la del hombre. Les pregunté a unos estudiantes: “Puesto que nos damos cuenta de que todos los organismos vivos tienen algunas leyes y características en común, ¿pueden ustedes nombrarlas?”. Varios estudiantes empezaron a mencionar diferentes puntos. Al final resumimos la discusión de esta manera: todos los organismos vivos tienen dos características comunes. Estas características las puede llamar sus expresiones o sus leyes comunes. Primero, toda especie de vida necesita preservarse y tiende a reproducirse; tiene la capacidad de producir perpetuidad, de continuar su propia vida. Segundo, toda especie de vida desea tener comunión con otras especies. Ninguna especie puede soportar estar sola. Cuando un hombre no encuentra comunión con otro ser humano, acude a los perros, los gatos, los peces o los aves y se hace amigo de los animales. Todas las criaturas vivientes desean comunión.
Las leyes del gobierno humano son instituidas en base a estas dos características de la vida que nombramos: la preservación de sí misma y la comunión con otros. Por ejemplo, la pena de muerte refleja el deseo de la víctima de preservar su propia vida; el castigo viene en la forma de quitar y poner fin a tal vida. Esta es la manera de infligir sufrimiento en una vida. El encarcelamiento, un castigo menos serio, le impide tener comunión con otros. Esta inversión del principio de vida llega a ser entonces un sufrimiento. De esto vemos que el castigo es aplicado de acuerdo al principio de vida.
Con estas dos características principales en mente, tomemos la vida de Dios. Dios es un organismo de un orden más alto que el de los seres humanos. El es naturalmente gobernado por esta ley de vida. Nosotros podemos conocer a Dios por las características y los rasgos distintivos de Su vida. De esto podemos deducir si Dios desea o no tener comunión con el hombre.
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