Información del libro

Manera normal de llevar fruto y de pastorear a fin de edificar la iglesia, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-4643-6
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 4 de 9 Sección 4 de 4

CADA MIEMBRO PRODUCE UN FRUTO
Y CUIDA A UN MIEMBRO MÁS JOVEN

Conforme a este principio, casi todos nosotros somos anormales. No debiéramos esperar a que se nos designe como ancianos para cuidar a otras personas. Esto no es un medio efectivo. En la vida apropiada de iglesia no necesitamos “pastores” ni buenos oradores que prediquen el evangelio y cuiden a otras personas. Lo que necesitamos es que cada miembro como pámpano de la vid lleve fruto y tome cuidado de los más jóvenes. Debemos tener la carga por al menos por un hermano o hermana más joven. El Señor no nos exige llevar mucho fruto. Es suficiente producir un fruto anual compuesto de una sola persona y tener a un miembro más joven bajo nuestro cuidado. Si todos nosotros trajéramos una persona a la vida de iglesia cada año y cuidáramos de un miembro más joven, la vida de iglesia sería maravillosa. Esperar por un avivamiento de manera milagrosa es anormal. No deseamos experimentar ninguna situación de índole milagrosa, mas anormal. Más bien, deseamos tener una situación muy normal en la cual nada es milagroso, sino que todo es en vida. No esperamos que ninguno conduzca a cincuenta personas al Señor después de orar por unas cuantas semanas. Más bien, es nuestro deseo que a lo máximo para el final de este año, todos podamos conducir a una persona a la vida de iglesia de manera sólida y tener la carga de cuidar a un miembro más joven. Si hacemos esto, aprenderemos muchas lecciones. La vida de iglesia y el llevar fruto nos permite aprender muchas lecciones, pero si cuidamos de los miembros más jóvenes podremos aprender muchas más lecciones. Todos tenemos que pasar por las pruebas que representan la vida de iglesia, llevar fruto y cuidar a otros.

El disfrute que tenemos de las riquezas de la vida de Cristo y las lecciones que aprendemos en la vida espiritual y en la vida de iglesia dependen principalmente de que llevemos fruto. Si no llevamos fruto, seremos separados del disfrute que tenemos de la vida de Cristo y nos perderemos las lecciones que aprendemos en nuestra vida cristiana y vida de iglesia. Por tanto, si deseamos disfrutar constantemente las riquezas de la vida de Cristo y aprender tales lecciones, no nos queda otro camino sino llevar fruto y cuidar a otros. Necesitamos traer este asunto al Señor y tratar con Él minuciosa y seriamente. Podemos decirle: “Señor, mis ojos han sido abiertos. Ahora veo que no soy normal porque no llevo fruto. Soy muy indisciplinado en esto de llevar fruto. Ahora vengo a Ti para someterme a un escrutinio cabal”. Si acudimos al Señor de esta manera y nos sometemos a un escrutinio minucioso, el Señor nos hablará en cuanto al precio que debemos pagar o respecto de cuánto necesitamos ser quebrantados y disciplinados en ciertas áreas. Si no escuchamos Su hablar, seremos cortados del disfrute que tenemos de la vid; pero si realmente le escuchamos, tendremos una experiencia profunda en relación con el disfrute que tenemos de las riquezas del Señor. La razón por la que no tenemos claridad con respecto a aquello en lo cual debemos ser disciplinados o aquellos asuntos en los cuales debemos pagar un precio es que nos hallamos bajo una nube, pero si escuchamos el hablar del Señor, nuestro “cielo” interior estará despejado. No será necesario que otros nos digan que debemos ser disciplinados en ciertas áreas, pues interiormente tendremos claridad. También tendremos claridad con respecto a quiénes de nuestros familiares, compañeros de clases, vecinos y amigos debiéramos cuidar. El Señor no nos dará la responsabilidad de cuidar a demasiadas personas.

ACUDIR AL SEÑOR PARA SER EXAMINADOS
CON RESPECTO A LLEVAR FRUTO

Al cuidar de las personas no debemos tratar de aplicar ningún método. Hemos aprendido que los métodos en sí no son efectivos. Incluso crear normas para nosotros mismos o hacer resoluciones no son eficientes. Pablo dice: “El querer el bien está en mí, pero no el hacerlo” (Ro. 7:18). Por tanto, no debemos meramente valernos de nuestra voluntad natural. Simplemente debemos acudir al Señor y decir: “Señor, no puedo hacer nada y no soy normal. Oh, Señor, ten misericordia de mí”. El Señor es el resplandor celestial. Cuando acudimos a Él, Él irradiará Su amor y Su carga sobre nosotros. Si no hay nada que nos obligue a acudir al Señor, al menos nuestra necesidad de llevar fruto hará que vayamos a Él. Muchos de nosotros no somos normales porque hemos permanecido estériles. Por lo mismo, tenemos que acudir al Señor para confesarle nuestra esterilidad y para permanecer en Su presencia y resplandor por algún tiempo. Entonces algo será irradiado en nuestro ser. Lo que recibimos no será una mera palabra o entrenamiento del hombre, sino una “irradiación” celestial. Entonces seremos iluminados. Veremos aquellas áreas en las cuales debemos ser disciplinados y veremos aquellos asuntos en los cuales debemos pagar un precio. No debiéramos decir: “No me hablen de pagar un precio. Quiero algo de manera gratuita”. Más bien, tenemos que acudir al Señor y ser examinados por Él.

Quiera el Señor impresionarnos con el hecho de que somos cristianos anormales en cuanto a llevar fruto. Tenemos que acudir a Él para recibir una irradiación celestial. Entonces a medida que llegamos a ser normales, seremos la iglesia en nuestra localidad compuesta por cristianos normales que viven una vida cristiana apropiada, sin causar molestias a las personas, sino produciendo en ellas la impresión de que nosotros en la iglesia tenemos algo resplandeciente. Este resplandor espontáneamente atraerá a las personas y las convencerá. Aun sin necesidad de hablarles, poco a poco nuestros familiares serán convencidos y atraídos, y quienquiera que contactemos permanecerá bajo nuestro resplandor durante todo el año. Tal vez no les hablemos siempre de Jesús a los demás, pero ejerceremos un poder atrayente y resplandeciente y exhibiremos cierto elemento convincente entre nuestros familiares, vecinos y compañeros de clase. Aun si no somos de su agrado, ellos tendrán que admitir que somos personas de una clase más elevada. Luego podemos obedecer la “irradiación” interior y cuidar de ellos. De esta manera, nos será fácil conducir a alguna persona al Señor y a la vida de iglesia anualmente. A la postre, todos en nuestra localidad sabrán que la iglesia está conformada por un grupo maravilloso de personas, y al final del año la iglesia habrá duplicado su número. En ese tiempo, cada uno de los nuevos será igual a nosotros. Así como los hijos son iguales a sus padres, todos los nuevos serán personas que llevan fruto, y al final del siguiente año la iglesia se habrá duplicado nuevamente. Esto edificará en las personas una buena reputación y credibilidad. Incluso los creyentes dirán: “Si usted desea creer en Jesús, el mejor lugar donde debe ir es esa iglesia”.

Si acudimos al Señor y permanecemos con Él, el Espíritu viviente nos dará la carga de orar por ciertas personas de entre todos nuestros conocidos. Salir a la calle para encontrar gente es bueno, pero no es lo mejor. Es preferible laborar con las personas que conocemos y que nos conocen. Por tanto, debemos edificarnos a nosotros mismos entre aquellos que conocemos, pero no de una manera natural sino según Cristo. Entonces ellos conocerán la clase de vida que llevamos y la clase de personas que somos, y serán impresionados, influenciados y convencidos por nosotros. Aun si inicialmente no tuviesen ningún interés en nosotros ni en el evangelio, ellos no podrán negar que en nuestro vivir hay algo elevado que tiene peso y es radiante. Luego podemos orar por ellos, no de manera general, sino de manera específica en conformidad con la dirección interior. Quizás tengamos la carga de orar por un familiar durante todo un mes. El Señor sabe cómo ganar a esa persona. Si oramos por ella, entonces en algún momento vendrá a nosotros, o nosotros iremos a ella. Claro, también debemos conducir reuniones para predicar el evangelio, pero el factor básico en la predicación del evangelio en una iglesia local es el vivir de todos los miembros. A menos que todos los miembros lleven este vivir diario, la iglesia no tiene base alguna para predicar el evangelio. La predicación del evangelio que realiza una iglesia local se basa por completo en la vida diaria de predicación que llevan todos los miembros.

Si un cristiano está en serio con el Señor, le será fácil conducir a una persona al Señor y a la vida de iglesia. Es justo esperar tal resultado. No tener tal resultado es contrario a la ley natural que es propia de la vida de la vid. Todo árbol frutal produce fruto anualmente. Esto es conforme a la ley natural, al principio natural. El Señor no nos exige hacer nada que esté más allá del principio apropiado. Conforme a la ley de vida, debemos producir un fruto anualmente. Tenemos que admitir que esto es cierto. Éste es el requerimiento según la ley de vida. No debemos culpar a nadie ni fabricar excusas. Todos tenemos que admitir que no hemos vivido de manera normal. Si hubiésemos sido normales, habríamos cumplido con el requisito de llevar fruto. A partir de ahora, todos debemos ir al Señor y decirle: “Señor, este año quiero llevar una vida cristiana normal en una vida de iglesia normal. Quiero ser fructífero”. Todos debemos ir al Señor para ser examinados por Él minuciosamente. Debemos orar no de manera milagrosa, sino de una manera muy normal y constante pidiendo que todos los miembros en todas las iglesias sean introducidos en una vida cristiana y una vida de iglesia normales con la predicación apropiada y pidiendo que todos llevemos fruto según el principio de la vida.


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top