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Carácterpor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-3754-0
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Actualmente disponible en: Capítulo 1 de 7 Sección 1 de 3

CAPÍTULO UNO

EL CARÁCTER

EL PRIMER GRUPO:
GENUINO, EXACTO, ESTRICTO

1. Genuino

Lo opuesto de genuino es lo falso. El que aparenta no es genuino. Ser genuino forma el fundamento y la base de una persona. Una persona que no es genuina no tiene base y no se le puede confiar responsabilidades mayores. Ser genuino de carácter es la habilidad de sacrificarse por otros. No es suficiente ser sólo una persona honesta, sino que también debe ser genuina. Alguien que no sea genuino puede ser que sea bien recibido inicialmente por otros, pero la bienvenida no durará mucho. Ser genuino es lo que con el tiempo le gana el corazón a la gente. Una persona tiene que poseer un carácter genuino para así inspirar la confianza de otros.

2. Exacto

La mayoría de las personas son imprecisas; pocos son verdaderamente exactos. Aquel que es puntual no deja las cosas para mañana. Uno que es preciso en sus palabras es confiable, y uno que es preciso en su trabajo es digno de confianza. Una persona que sea perfectamente precisa es rara y muy preciada.

3. Estricto

Ser genuino y riguroso componen la exactitud, la cual a su vez se manifiesta en ser estricto. Ser relajado lleva a la inexactitud; aquel que es exacto siempre es estricto. Ser estricto es el secreto de una persona puntual. Una persona puede ser genuina y exacta sólo si es estricta.

EL SEGUNDO GRUPO: DILIGENTE, AMPLIO, FINO

1. Diligente

Pocas personas son diligentes; la mayoría prefiere el recreo a la labor. Una vez que una persona se vuelve perezosa, no puede lograr nada. Romanos 12:11 dice: “En el celo, no perezosos” y Proverbios 6:6 dice: “Mira la hormiga, perezoso, observa sus caminos y sé sabio”. ¿Por qué la pereza, la glotonería y el dormir van juntos (Tit. 1:12)? Se debe a que todas las personas perezosas se compadecen y se aman a sí mismas, y por eso naturalmente aman el comer y el dormir. Sin embargo, 2 Tesalonicenses 3:10 dice: “Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”. Los cuatro puntos mencionados anteriormente se relacionan con disciplinarse severamente a uno mismo.

2. Amplio

Es muy fácil que la persona que posee los rasgos de carácter mencionados anteriormente, se convierta en una persona estrecha. Por consiguiente, él debe prestar atención en tener un carácter “amplio”. El idioma chino utiliza una expresión que significa “océano” para ilustrar que la capacidad de una persona puede ser tan amplia como el océano. “Dios dio a Salomón [...] tan dilatado corazón como la arena que está a la orilla del mar” (1 R. 4:29). Ya que la arena rodea el mar, el requisito bíblico en cuanto a ser amplio es mayor que el transmitido por la expresión china. El impacto que puede tener la obra que haga una persona durante toda su vida, depende mucho con el hecho de si esa persona es amplia o estrecha. Una persona de mente estrecha nunca puede lograr grandes cosas.

3. Fino

Una persona con una capacidad amplia a menudo no es fina, lo cual lleva a la negligencia y a una pérdida inevitable. Uno debe ser amplio pero no áspero, fino pero no una persona dada a pequeñeces.

EL TERCER GRUPO:
ESTABLE, PACIENTE, PROFUNDO

1. Estable

Una persona estable es firme y no es afectada fácilmente, no es temerosa, apresurada ni ansiosa. Sin embargo, la estabilidad difiere de la lentitud. Ser lento significa no actuar cuando hay tiempo para hacerlo, mientras que ser estable significa permitir que el tiempo haga su trabajo. Una persona estable no toma decisiones a la ligera ni lo hace de forma descuidada, tampoco alaba ni condena a otros con facilidad. Cuando una situación no le es totalmente clara, se detiene y no dice ni expresa sus opiniones descuidadamente. Tampoco procede informalmente en asuntos que son serios, inciertos o incomprensibles. Pablo, una persona estable, le dijo a los corintios: “Nuestra palabra a vosotros no es sí y no” (2 Co. 1:18).

2. Paciente

La paciencia aquí no se refiere a la perseverancia, sino a la capacidad de esperar, como se menciona en Jacobo 5:7: “El labrador espera el precioso fruto de la tierra”. La paciencia difiere de la lentitud. Ser lento es perder una oportunidad presente, mientras que ser paciente es anticipar una oportunidad venidera. Uno no debe ser lento, sino que debe ser capaz de esperar, trabajando diligentemente sin jamás perder la esperanza. Sin embargo, sólo tener esperanza es vano; uno debe confiar en su propia capacidad para lograr cosas. Una persona paciente es capaz de permanecer quieta cuando está en dolor. El labrador que espera pacientemente su cosecha de la tierra está permitiendo que el tiempo haga su trabajo. La paciencia no es pasividad, es agresividad sin ansiedad.


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