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Práctica de las reuniones de grupo, Lapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-0266-1
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ENSEÑAR EN LAS REUNIONES DE GRUPO
AL HACER PREGUNTAS Y RESPONDIÉNDOLAS

La manera de enseñar a otros en la sociedad humana es reunir a las personas como estudiantes con un solo maestro. La manera tradicional de reunirse en el cristianismo también consiste en que varios se reúnen con un maestro de la Biblia. Sin embargo, Hebreos 10:24-25 dice: “Considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca”. Las frases “considerémonos”, “estimularnos al amor y a las buenas obras” y “exhortándonos” indican que esta reunión de la cual se habla en estos versículos, no es una reunión para que uno enseñe y los demás escuchen. Ésta es una reunión en la que todos los asistentes son iguales, estimulándose y exhortándose los unos a los otros.

Efesios 4:11-12 dice: “Él mismo dio a unos como apóstoles, a otros como profetas, a otros como evangelistas, a otros como pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del Cuerpo de Cristo”. Las cuatro categorías de personas dotadas perfeccionan a los santos. El evangelista podría tener una carga de perfeccionar a los santos en el asunto de predicar el evangelio para estimularlos y enseñarles las verdades en cuanto al evangelio. Según nuestra manera natural de pensar, él les pediría a los ancianos que una vez por semana arreglaran una reunión con este propósito. Luego, cada categoría de personas dotadas a su vez arreglarían sus propias reuniones especiales para perfeccionar a los santos. Ésta no es la manera en que las personas dotadas deben perfeccionar a los santos. Por el contrario, en una reunión de grupo podría estar presente un apóstol, también podría estar un profeta, un evangelista o un pastor y maestro. Entonces, espontáneamente cada uno puede enseñar en mutualidad.

En nuestro estudio y en nuestros experimentos, hemos descubierto que la mejor manera de enseñar es suscitar preguntas en las reuniones de grupo. Al hacer las preguntas apropiadas y al responder las preguntas de otros, enseñamos, instruimos y perfeccionamos a otros espontáneamente. Anteriormente preparamos dos juegos de libros de lecciones, Lecciones de la verdad y Lecciones de vida, con la intención de que fueran usadas en las reuniones de hogar y en las reuniones de grupo. Cuando preparamos esas lecciones, no sabíamos con certeza que la mejor manera de enseñar en mutualidad es hacer preguntas. No sólo debemos aprender a cómo responder las preguntas de los nuevos en las reuniones de grupo, sino también a cómo hacer preguntas. Hacer preguntas en la manera apropiada es aún más difícil que contestarlas. Si tenemos la carga de enseñar cierto asunto, no debemos enseñarlo directamente, sino que debemos volver esta carga en una pregunta. Puede que tengamos la carga de enseñarles a los nuevos en cuanto a tomar medidas con respecto a los ídolos. Sin embargo, no debemos hacer esto como lo haría un profesor. Más bien, debemos preguntar a los santos que están en la reunión de grupo cómo tomar medidas con respecto a los ídolos. Esto animará a los asistentes a decir algo. Habrá diferentes clases de respuestas con varios puntos. Cada uno dirá algo, y lo que todos digan llegará a ser parte de la enseñanza. Luego un hermano que sepa más que los demás puede agregar algo, e incluso alguien más puede añadir aún más. El resultado será una enseñanza muy buena y muy completa en cuanto a tomar medidas con respecto a los ídolos. Este modo de enseñar por medio de preguntas no se lleva a cabo por una sola persona. Más bien, da la oportunidad a que todos los asistentes funcionen en la reunión de grupo. No importa cuánto sepa uno ni cuán bien pueda hablar, el hablar de una persona nunca se puede comparar con muchas respuestas.

Los asistentes aprenderán mucho al asistir a las reuniones de grupo como éstas cada semana durante uno o dos años. Tal vez una semana uno pregunte cómo tomar medidas con respecto a los ídolos. Otra semana alguno podría preguntar cómo orar. No tenemos un método sistemático ni una línea fija de temas. Si las personas que están en la reunión han sido salvas durante veinte años o si lo han sido durante dos meses, todos tienen algunas experiencias y todos pueden decir algo. Después de asistir a las reuniones de grupo así por tres o cuatro años, los santos serán perfeccionados. Esto no es demasiado tiempo para esperar. Un niño no se puede criar de la noche a la mañana. Tiene que asistir a la escuela primaria por seis años, a la escuela intermedia por otros dos o tres años, a la escuela secundaria por tres o cuatro años más y luego a la universidad por otros cuatro años. Después de dieciséis años de educación, un joven es perfeccionado y puede hacer algo en la sociedad. Éste es el camino correcto para perfeccionar a otros, y nosotros tenemos que aprender a tomar este camino. No se puede realizar nada de una manera apresurada. Algunas iglesias han sido establecidas por casi dieciséis años, pero, debido a que no practicamos la manera apropiada, ellas no han aumentado mucho. Esto se puede comparar con permitirles a nuestros hijos jugar y pelear durante dieciséis años sin jamás enviarlos a la escuela. Después de muchos años ellos no tendrán educación y no serán útiles. Ésta podría ser nuestra situación. Puede que hayamos desperdiciado mucho tiempo. De ahora en adelante necesitamos un cambio en nuestro proceder. Para construir una sociedad necesitamos engendrar, alimentar, enseñar y edificar a los niños. La iglesia es la sociedad celestial y espiritual. Así que, para edificar la iglesia, necesitamos engendrar a fin de ganar personas para el Señor. Luego necesitamos alimentar a aquellos a quienes hemos ganado, y también tenemos que enseñarles y edificarlos.


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