Información del libro

Conocer la vida y la iglesiapor Witness Lee

ISBN: 978-0-7363-8903-7
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea

    Por favor, utilice Firefox o Safari
Actualmente disponible en: Capítulo 19 de 23 Sección 2 de 4

EL QUE NO HA SIDO QUEBRANTADO
NO ES CONFIABLE

Tercero, una persona que no es quebrantada no es de fiar. Una persona que no ha sido quebrantada por Dios no puede ser encomendada con la obra de Dios; no es confiable. Ni Dios, ni aun los ancianos y colaboradores pueden confiar en tal persona. Una persona que no ha sido quebrantada, que no ha sido derribada por Dios, no es confiable. Ella es una persona natural, y su vida es natural y falsa. Nuestra vida natural no solamente engaña a los demás, sino también a nosotros mismos. Si aún estamos viviendo en nuestro ser natural y no hemos pasado por el quebrantamiento de Dios, no somos confiables.

En una ocasión laboré en cierto lugar donde disfruté muchísimo de la presencia y bendición del Señor. Los santos estaban dispuestos a ayudarme, y me expresaban sus muestras de aprecio. Entre ellos había un hermano muy inteligente y capacitado que me dijo: “De hoy en adelante, me entrego por completo a usted y me someto a su dirección”. Yo sonreí, sin darle una respuesta clara. Simplemente le dije: “Tómese su tiempo”. Al analizarle, tuve el sentir de que él un día se levantaría y se rebelaría en contra mía porque no se conocía a sí mismo. Una persona que no es quebrantada nunca puede someterse a otros. Usualmente, nos sometemos a un hermano cuando él encaja con nuestros gustos. Cuando un hermano es compatible con nuestra manera de ser, nos sometemos a él, y cuando un hermano deja que descarguemos nuestra ira contra él, nos sometemos a él. Sin embargo, cuando un hermano nos reprende y ejerce cierta presión, no estamos dispuestos a someternos e incluso nos rebelamos. Si por naturaleza nos gusta comer cosas dulces, no podremos tolerar cosas ácidas ni por tres días. En realidad, no nos conocemos a nosotros mismos; sólo los que verdaderamente han estado sujetos a otros conocen la rebeldía de su hombre natural. Después de un par de años, aquel hermano tan capacitado un día perdió la paciencia conmigo por completo. Este caso nos deja ver que no podemos confiar en alguien que no ha sido quebrantado; en determinado tiempo él se levantará en oposición. Por consiguiente, Dios no puede confiar en ninguno que Su mano no haya quebrantado.

EL QUE NO HA SIDO QUEBRANTADO
ES INCAPAZ DE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS

Cuarto, una persona que no ha sido quebrantada no puede hacer la voluntad de Dios. La persona que realmente hace la voluntad de Dios es aquella que ha sido quebrantada por Dios. Estos cuatro asuntos deben quedar grabados en nuestro ser profundamente. A fin de cooperar con Dios, tenemos que ser quebrantados por Él; a fin de tener valor espiritual, necesitamos ser quebrantados; a fin de ser encomendados con la obra de Dios, necesitamos ser quebrantados; a fin de hacer la voluntad de Dios, necesitamos ser quebrantados. Tenemos que ser aquellos que han sido quebrantados por Dios. Entonces le seremos útiles a Dios. Tenemos que captar estos cuatro principios firmemente.

CRISTO ES INTRODUCIDO POR LA FE
Y POR EL QUEBRANTAMIENTO

Ahora debemos considerar algunos ejemplos en la Biblia. Los judíos tienen en alta estima a dos de sus antepasados, Abraham y David. Aunque Moisés es de suma importancia para los judíos, a él no le llaman padre; sólo les llaman padres a Abraham y a David. En el Nuevo Testamento, la primera oración del Evangelio de Mateo comienza, diciendo: “Libro de la genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (1:1). Esto muestra que el Señor Jesús pudo venir a la tierra debido a dos vidas. En otras palabras, Dios pudo hacerse carne y venir a estar entre los hombres porque Él ganó la cooperación de dos hombres en la tierra: Abraham y David. Esto significa que las vidas de Abraham y David le rindieron su cooperación a Dios y le trajeron del cielo. Así pues, necesitamos examinar las vidas de Abraham y David.

La vida de Abraham representa una vida de fe

La vida de Abraham representa una vida de fe. En la Biblia Abraham es considerado como el padre de la fe (Ro. 4:16-17; Gá. 3:7-9, 29). Esto muestra que la fe tuvo su inicio en Abraham; la vida de fe comenzó con Él. La vida que puede traer a Cristo a la tierra es primeramente una vida de fe. La fe permite que el hombre contacte a Dios y tenga una relación con Dios. Así pues, Abraham fue llamado amigo de Dios, por cuanto sólo un hombre de fe puede hacer amistad con Dios y tratar con Dios (Jac. 2:23; Is. 41:8).


Nota: Esperamos que muchos se beneficien de estas riquezas espirituales. Sin embargo, para evitar cualquier tipo de confusión, les pedimos que ninguno de estos materiales sean descargados o copiados y publicados en otro lugar, sea por medio electrónico o por cualquier otro medio. Living Stream Ministry mantiene todos los derechos de autor en estos materiales, y esperamos que ustedes los que nos visiten respeten esto.

Back to Top