Manera ordenada por Dios de practicar la economía neotestamentaria, Lapor Witness Lee
ISBN: 978-0-87083-329-8
Copia impresa: Living Stream Ministry disponible en línea
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El cristianismo deforme y degradado ha dejado la manera ordenada por Dios de llevar a cabo la economía neotestamentaria. Al cristianismo no le interesa la economía neotestamentaria, pero a Dios sí. La economía neotestamentaria de Dios primero es completar a Su Cristo y luego propagar a este Cristo completado y pneumático para producir la iglesia. Todo el cristianismo está muy lejos de esta economía, habiendo dejado la manera ordenada por Dios de llevar a cabo Su propósito eterno.
Este degradado sistema religioso toma el modo natural, humano, tradicional, cultural y religioso. Hablando en términos humanos, la religión es algo bueno, pero en cuanto a lo espiritual es algo contra la economía de Dios. Dios no quiere una religión, pero, sin duda, quiere ver realizada Su economía. No estamos aquí para la religión, sino para la economía de Dios, la cual es propagar a Su Cristo completado para producir la iglesia como el Cuerpo de tal Cristo. El cristianismo no se centra en la economía divina, sino que es una religión humana saturada de cosas demoniacas y satánicas. Esta religión natural, humana, tradicional y cultural está llena de organizaciones. Sin las organizaciones, el cristianismo no podría subsistir. La Iglesia Católica y todas las denominaciones dependen de la organización. A pesar de que no nos gusta tener organización, a veces los hermanos responsables en algunas localidades han introducido su organización y han confiado en ella. Debemos darnos cuenta de que la organización mata. Nosotros confiamos en el Espíritu viviente. La iglesia como el Cuerpo de Cristo debe ser un organismo divino lleno del Espíritu viviente.
El cristianismo también está lleno de formalidades y ritos. La nueva manera que estamos tomando para llevar a cabo la economía neotestamentaria de Dios nada tiene que ver con formalidades ni ritos. En Taipei era nuestra práctica bautizar a los nuevos inmediatamente después de haber recibido al Señor. A veces el esposo fue bautizado un día y al día siguiente él bautizó a su esposa. Un padre fue bautizado una semana y la siguiente él bautizó a su hijo. El Nuevo Testamento nos muestra que el que predica el evangelio tiene el derecho de bautizar a aquellos que lleve al Señor.
En el pasado, no bautizábamos a nadie a menos que se sometiera al examen de los ancianos. Como resultado, una persona que recibía al Señor no podía ser bautizada inmediatamente, sino que tenía que esperar. Algunas veces un candidato para el bautismo no podía aprobar el examen de los ancianos, así que le animaban a aprender más y regresar el próximo mes para ver si entonces podría ser bautizado. Esta práctica es una formalidad que no es conforme a las Escrituras. En el libro de los Hechos, cada vez que alguien creía en el Señor, era bautizado inmediatamente (8:35-38; 16:14-15, 31-33; cf. Mr. 16:16). No había ningún tiempo de espera antes de ser bautizados. Es equivocado esperar. Marcos 16:16 nos dice que creamos y seamos bautizados. Este es un paso completo para la salvación. Muchos en el cristianismo enseñan que necesitamos creer en el Señor Jesús y recibirle, pero no quieren bautizar a nadie a menos que haya pasado por un examen formal. Nosotros no debemos practicar ninguna clase de formalidad.
El cristianismo deforme y degradado también está lleno de reglamentos y prácticas que no son bíblicas. La celebración de la Navidad es ejemplo de una práctica que no sólo no es bíblica, sino también pagana. Siglos antes de la era cristiana, los paganos europeos celebraban el cumpleaños del sol el 25 de diciembre. Cuando Constantino abrazó el cristianismo, animó a los ciudadanos romanos a hacerse cristianos y aun recompensó a muchos miles por haber sido bautizados. Miles que no sabían nada acerca de Cristo fueron bautizados y entraron en la cristiandad, llevando consigo sus costumbres paganas. Después, el nombre de Cristo fue ligado al nacimiento del dios del sol celebrado el 25 de diciembre. Nosotros no debemos tener nada que ver con estas prácticas que no sólo no son bíblicas, sino también paganas.
El sistema religioso de la cristiandad de hoy también mata a los miembros vivientes del Cuerpo de Cristo. Hasta cierto punto el cristianismo lleva a mucha gente al nombre de Cristo de una buena manera. No obstante, después que las personas entran en el cristianismo su función es atada y finalmente eliminada. Casi todos los llamados cultos de iglesia matan la función de la gente ahí. Por tanto, la misma gente que ha sido llevada al Señor en el cristianismo son muertos en su función. En la nueva manera necesitamos oponernos a matar a los miembros vivientes del Cuerpo de Cristo. En cambio, necesitamos ser los que hacen vivas a las personas.
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